El feminismo según Axel Kaiser: "Jamás en la historia la situación de la mujer ha sido mejor que hoy"

Kaiser y Vargas Llosa, a principios de mes, en Santiago.

Tras su carta a El Mercurio de hoy, quisimos ahondar en la postura del director ejecutivo de la Fundación Para el Progreso. Esto fue lo que respondió.


La otra vez dejó en claro que lo suyo era, también, la provocación. Hoy, a través de una carta a El Mercurio, el director ejecutivo de la Fundación Para el Progreso (FPP), quien se define como liberal, expuso con escepticismo las medidas que se podrían desprender de las demandas feministas actuales, que tienen en paro a más de un veintena de universidades en el país.

"Estas son algunas ideas planteadas por ciertas minorías y grupos feministas en otros países con el fin de superar de una vez la, en su visión, intolerable sociedad machista, racista, abusiva y patriarcal que los humilla a escala masiva y sistemática. Varias de estas ideas ya se están implementando total o parcialmente y algunas ya se están insinuando en Chile", dice en su misiva. Después de ello, enumera de forma crítica una serie de iniciativas.

La Tercera PM quiso profundizar en la mirada que el abogado liberal tiene del tema, las que respondió vía mail.

-¿Qué piensa un liberal sobre las demandas feministas de hoy? La carta de hoy en El Mercurio muestra cierta ironía o sorna al respecto.

-No hay ironía, mucho menos sorna, solo constaté algunos hechos. En el punto de fondo hay que distinguir tipos de feminismos. Existe el feminismo liberal y científico, que busca la igualdad jurídica y cultural de la mujer y que no niega sino que más bien reconoce los hallazgos científicos que han demostrado que existen varias diferencias de género producto de cómo están cableados nuestros cerebros. Para este feminismo, que yo suscribo, el hombre y la mujer son complementarios y no están necesariamente en una relación de conflicto sino de complementariedad por lo que hay que avanzar en igual dignidad entre hombre y mujer. Ese es el feminismo de Mary Woolstonecraft, Camile Paglia, Deirdre Mccloskey, Roxana Kreimer, María Blanco y muchas otras. Luego existe el feminismo marxista que es el predominante y que concibe la relación del hombre y la mujer como una entre enemigos donde una es siempre víctima del otro. Este feminismo, dice Kreimer, es "intolerante y autoritario", promueve la censura, las funas, la violencia en contra del hombre y en contra de la mujer que rechace sus postulados. Se trata de una ideología, el feminismo marxista, que entiende todo en términos de juegos de poder y que conduce a un espíritu de persecución incompatible con una sociedad abierta y tolerante.

-¿Son legítimas estas demandas y la forma en que han sido planteadas?

-Algunas lo son. Pero el punto es más de fondo: todos tenemos hermanas, hijas, sobrinas, mamás, novias o esposas, etc. Suponer que aquel que discrepa del diagnóstico o algunos reclamos de ciertos grupos feministas le desea el mal a las mujeres, es una caricatura que refleja una profunda distorsión cognitiva que el sicólogo americano Jonathan Haidt ha explicado y que consiste en dividir el mundo entre buenos y malos: los buenos son los que están de acuerdo conmigo y el resto son los malos que no están de acuerdo y deben ser atacados y marginados. Hay demandas razonables, por su puesto, y otras no. Las cuotas para mujeres no son razonables, por ejemplo, pues toda la evidencia empírica muestra que no funcionan y que al final son una forma inversa de discriminación. Los feministas liberales creemos que nadie puede ser discriminado en razón de su género, tampoco los hombres, que es exactamente lo que ocurre con los cuotas. Por lo demás, estas son rechazadas por muchas mujeres feministas.

"Ese progreso no se reconoce y se pinta un mundo casi apocalíptico"

-Su crítica planteada hoy en El Mercurio ironiza con la "intolerable sociedad machista y patriarcal". ¿No existe tal cosa?

-La feminista de izquierda y lesbiana de Yale, Camile Paglia, dice literalmente que "el heteropatriarcado es una estupidez". Yo creo que existe mucho por avanzar en materia de reconocimiento del rol de las mujeres, pero no cabe duda alguna de que jamás en la historia la situación de la mujer ha sido mejor que hoy, desde cualquier punto de vista que se mire. Todo ese progreso no se reconoce y se pinta un mundo distópico, casi apocalíptico para las mujeres, lo que no es real. Por lo demás, si las feministas marxistas leyeran a otra feminista que fue comunista como Deirdre Mccloskey sabrían que la economía de mercado, que muchas critican, ha sido la fuerza liberadora más importante jamás conocida tanto para la mujer como para las minorías. Esto no lo pueden reconocer las que están inmersas en la ideología marxista, pues ahí todo es opresión.

- ¿Ante qué es lo que se están rebelando hoy las mujeres, y sobre todo las estudiantes?

-Hay temas pendientes sin duda, pero voy vivimos tiempos muy complejos en términos de la discusión racional. Se ha instalado una cultura donde la interpretación subjetiva de los hechos parece ser todo lo que importa. Hay una idea de que si alguien se siente de una forma eso debe ser real y todo el mundo debe encontrarle la razón. Con ello se clausura el debate racional, porque los sentimientos son inconmensurables, entonces si una persona subjetivamente siente que vive en una sociedad opresora, machista sistemática y horrible, todos tienden a buscar la empatía con la persona antes que someterla a un análisis racional en el que se evalúe hasta qué punto eso que siente tiene asidero en la realidad. La confianza a ciegas en los sentimientos, en la mera subjetividad, es otra de las distorsiones cognitivas que analizan Haidt y Lukianoff como uno de los mayores daños que se le ha hecho a las nuevas generaciones.

-¿Este feminismo es peligroso para la libertad de expresión? ¿Por qué?

-El feminismo marxista es peligroso porque concibe todo en términos de discursos legitimadores del poder de un grupo sobre otro. Y el discurso no es solo lo que se dice en público sino todo el arte, la literatura, el cine, etc. Si asumimos, como cree la sociología marxista y el feminismo radical, que los hombres solo por el hecho de pertenecer a un género determinado van necesariamente a crear todo un universo lingüístico y simbólico de dominación patriarcal, entonces no queda más que comenzar a censurar y crear una nueva lengua o nuevo discurso para evitar esa dominación simbólica. Así llegamos a un mundo orwelliano.

-¿El fenómeno de hoy no responde a un "aburrimiento acumulado o hastío histórico" por parte de las mujeres?

-No sabría contestar esa pregunta. Creo que hay desafíos y como partidario del feminismo liberal me parece que deben abordarse con espíritu de tolerancia, abiertos al diálogo racional y a la posibilidad de que nos equivoquemos. Si esa posibilidad no existe entonces estamos en el plano inevitable de la intolerancia y del conflicto y ahí perdemos todos.

"El gobierno se ha visto sobrepasado"

-También critica la existencia de oficinas de asuntos de género en establecimientos educacionales, ¿cómo se enfrenta el acoso en esos lugares?

-No las he criticado, simplemente constaté el hecho de que existen. Creo que vale la pena preguntarse si no será llevar las cosas demasiado lejos que la universidad se meta en la vida privada de sus alumnos como está pasando en Estados Unidos, donde cumplen un verdadero rol policial. Los casos de acoso deben ser estudiados, siempre bajo presunción de inocencia que es lo que corresponde si creemos en la igual dignidad de todos los seres humanos y, cuando existan, debe haber sanciones. Ningún hombre quiere que alguna mujer de su familia sea expuesta a acoso y quede impune y ninguna una mujer quiere que a un hombre de su familia se le acuse y arruine la vida de manera injusta. Hay que lograr un equilibrio para todos.

-¿Cómo ve ud. que ha sido, hasta ahora, la respuesta del gobierno, que ha decidido hacer suyas estas demandas?

-El gobierno se ha visto sobrepasado. No creo que entienda bien el fenómeno y ha cedido demasiado fácil a validar un discurso que claramente tiene varios puntos poco razonables. Debería explicar también todo lo que se ha avanzando en materia de inclusión de la mujer, de modo de despejar el fantasma de que estamos en el peor de los mundos. Los datos están ahí, pero no los usa.

-¿Hay un símil a las movilizaciones del 2011? ¿Será exitosa la apuesta del gobierno de plegarse a las demandas antes de que estas se conviertan en un problema?

-Eso está por verse. A corto plazo puede ser, en el largo, si prosperan ideas como leyes de cuotas, contrario a los que muchos creen, será negativo para las mujeres del país y para la sana convivencia.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.