Lejos de las canchas y con cuidados especiales: la silenciosa vida de Nelson Acosta en medio de la protección de sus familiares

Nelson Acosta, en su período como entrenador de Deportes Iquique.
Nelson Acosta, en su período como entrenador de Deportes Iquique. Foto: Pablo Vera/AgenciaUNO

El histórico técnico continúa recuperándose en una clínica de Rancagua, luego de sufrir un paro cardiaco. Tras ser diagnosticado con Alzheimer, se refugió en San Vicente de Tagua Tagua, bajo la custodia de Damián, uno de sus hijos.


Durante los últimos años, la vida de Nelson Acosta tomó un giro inesperado. El histórico estratega se caracterizó siempre por ser alguien frontal, un tipo que decía las cosas de frente. Además, por ser una persona muy activa. Hasta los 65 años seguía dirigiendo. A esa altura tenía una larga trayectoria de tres décadas en los bancos y no pensaba dar un paso al costado. Pero la salud lo hizo cambiar el rumbo.

A mediados de 2017 fue diagnosticado con Alzheimer. Desde ese momento, lleva una vida lejana a las cámaras y las canchas de fútbol. Su familia decidió que los focos ya no serían parte de su día a día y se lo llevó a San Vicente de Tagua Tagua, donde está bajo el cuidado de sus cercanos. Principalmente de su hijo, Damián.

De ahí en más, tuvo solo un par de apariciones públicas. Otras complicaciones, antes de la que ocurrió el último fin de semana, lo hicieron ser hospitalizado. Cuando se supo lo de su enfermedad, Acosta decidió dar una última entrevista, en TVN. Antes había participado como panelista invitado en El Deportivo. Dos años atrás había sido técnico de Deportes Iquique y luego, director deportivo honorario de Fernández Vial. Ese paso por los aurinegros, que lo recibieron como jugador y entrenador, fue su última ocupación en el fútbol.

Nelson Acosta, como jugador y como técnico.

Una vida buena

“Quiero una vida buena, tranquila. Ya estaba medio aburrido. Por eso vine al campo, a ser feliz. Estoy bien. No hago las cosas para dar pena”, dijo en la entrevista con Televisión Nacional. “Me encantaba ser futbolista y fui futbolista. Y ser técnico. Y también lo fui (...) Miro a un jugador y sé de inmediato si es bueno o malo”, manifestaba, en relación a una intuición que lo posicionó como uno de los mejores entrenadores del fútbol chileno. También resaltó su capacidad para sacarles rendimiento a sus dirigidos. “Si el chico tiene condiciones, conmigo rinde”, aseveraba en Calama, cuando era DT de Cobreloa.

Este fin de semana, su estado de salud inquietó a todo el fútbol chileno. Ingresó de urgencia a una clínica, luego de sufrir un paro cardiorrespiratorio. Su hija Silvana emitió un mensaje que generó calma. “Gracias por tanto cariño y apoyo. Más tranquilos por acá”, posteó en sus redes sociales.

Horas más tarde, la clínica Isamédica emitió un comunicado, respetando la reserva familiar. “Don Nelson Acosta López se encuentra hospitalizado, recibiendo todas las atenciones y cuidados médicos pertinentes y en compañía de su familia”, expresó el centro asistencial en el que Acosta aún está en observación. “Como clínica siempre respetamos las peticiones de los familiares de un paciente, por lo que no emitiremos mayor información respecto a su condición actual”, agregó el recinto hospitalario.

En San Vicente, su refugio desde siempre, ha llevado una vida distinta a la de sus años más activos. En 2019, en conversación con El Deportivo, Diego Orellana, uno de los futbolistas a los que hizo debutar, describía lo complejo que era dar con el otrora técnico durante los últimos años. “Es muy difícil llegar a él. De partida, no contesta el teléfono. Lo que sabemos es por la prensa. Mi cuñado lo vio en el hospital y comentó que se veía muy enfermo. Nada que ver con la imagen que uno tiene de él. A mí genera mucha tristeza. Es de las personas a las que más le tengo cariño. Es una enfermedad dura la que está viviendo”, relataba el jugador.

Otro episodio complejo ocurrió en 2021. En octubre de aquel año, el director técnico fue internado por por complicaciones derivadas de una infección urinaria. Su estado de salud le impedía recibir visitas y cualquier situación compleja debía ser tratada con suma cautela.

Nelson Acosta, tras la clasificación de la Roja a los octavos de final de Francia 98.

Olvido y desaires

Desde su etapa como entrenador, Nelson Acosta acusó ingratitud por parte de los actores principales del fútbol chileno. Decía que no lo valoraban. “Estoy apestado de todas las cosas que dicen. No se trata de reconocimiento, sino que de respeto, por lo que uno habla, y no pongan que uno siempre habla pura mugre. Siempre lo que yo digo le dan una cosa especial y de mala clase. Hay muchos que son mala clase. Eso a mí no me gusta”, decía, por ejemplo, en 2011, tras alcanzar la final del Clausura dirigiendo a Cobreloa.

El estratega es uno de los entrenadores más exitosos de la historia del fútbol chileno. Pero fue sometido, en su criterio, a injustas comparaciones. “No aguantaré a nadie que diga que al Mundial 98 clasificamos solo por Salas y Zamorano. ¿Por qué no dicen que de esa selección solo Zamorano y Salas jugaban en el extranjero? El resto estaba en Chile”, apuntaba cuando alguien le bajaba el perfil a su máximo logro al mando de la Roja. Suma otro igual de relevante: la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Sidney, en 2000.

Los desaires siguieron cuando ya estaba lejos del foco mediatico. En junio de 2021, tras las elecciones para Gobernador, la candidata Karina Oliva, que perdió en aquel momento, ironizó con su estilo de juego. Hicimos campaña a lo Bielsa. No a lo Acosta. Dejamos todo en la cancha, jugamos hacia delante, sin colgarnos al arco, fortalecimos el medio campo y la delantera, pero no basta”. Las afirmaciones de la política causaron el enojo de los cercanos del exentrenador. Lávese la boca antes de hablar mal de mi padre, que surgió por su propio esfuerzo, de un pueblo pequeño y llegó a ser medallista olímpico. Se sacó la mugre toda su vida y logró todo lo que aquí han dicho sin los humos en la cabeza que tienes con no sé qué logros. Mala clase”, respondió Silvana Acosta.

Más adelante, la descendiente del entrenador agradeció a la gente que le escribió dando apoyo a su padre. “El 98 fue llamado a cumplir una misión, lideró con pasión a sus jugadores (guerreros todos ellos), y a los hinchas. Entre todos lo hicimos y llegamos a Francia: unidos. Sin imponer teorías, sin dividir. Por eso fue épico: lo hicimos juntos. Mi abuelo fue ferroviario y mi abuela trabajaba en correos: 100 % ‘pueblo’ y después fuimos inmigrantes. Si alguien dejaba todo en la cancha fue mi papá”, contaba.

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