La abrupta transformación de Roman Abramovich de oligarca rechazado a enviado de guerra

El multimillonario ruso Roman Abramovich llega a una división del Tribunal Superior en el centro de Londres, el 31 de octubre de 2011. Foto: Reuters

El multimillonario ruso fue reclutado para enviar mensajes directamente a Putin y ayudar a los ucranianos a entender lo que está pensando.


Temprano en la mañana en que Moscú comenzó su invasión de Ucrania, el multimillonario ruso Roman Abramovich fue despertado de su sueño por una llamada de teléfono celular de un productor de cine ucraniano con una solicitud urgente. ¿Estaba dispuesto a ayudar a detener la lucha?

Los funcionarios del gobierno ucraniano estaban preocupados de que sus homólogos rusos no estuvieran transmitiendo con precisión sus mensajes al Kremlin, según personas familiarizadas con el asunto. Querían que un empresario ruso actuara como intermediario informal, para entregar mensajes directamente al Presidente ruso Vladimir Putin y ayudarlos a comprender lo que estaba pensando el líder ruso.

Alexander Rodnyansky, el productor de cine que hizo la llamada, conocía al Presidente ucraniano Volodymyr Zelensky cuando el presidente era actor. Y conoció a Abramovich a través del financiamiento del cine independiente en Rusia por parte del empresario.

Abramovich no fue la primera persona a la que se acercó el productor, según personas familiarizadas con lo sucedido. Pero otros intermediarios potenciales ya lo habían rechazado, diciendo que había mucho en juego. Sin embargo, Abramovich dijo que lo haría.

Roman Abramovich espera un vuelo hacia Estambul en el aeropuerto internacional Ben Gurion, en Israel, el 14 de marzo de 2022. Foto: Reuters

Fue el comienzo de una transformación vertiginosa para el multimillonario. Hasta hace poco, era conocido principalmente como el prominente oligarca ruso cuyos activos estaban siendo perseguidos por los gobiernos occidentales debido a sus vínculos con Putin. En los últimos días, algunos funcionarios ucranianos han elogiado lo que dicen es su papel constructivo en las conversaciones de paz, gracias en gran parte a esa conexión con el presidente ruso.

“Invitamos a Roman y le dijimos: ‘Escucha, ¿puedes preguntarle a tu jefe por qué es así?’”, dijo el negociador ucraniano David Arakhamia, explicando que por “jefe” se refiere a Putin. “Normalmente (Abramovich) regresa bastante rápido con algunas soluciones alternativas”. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo a principios de esta semana que Abramovich “está involucrado en asegurar ciertos contactos entre las partes rusa y ucraniana”.

La participación de Abramovich ha desatado un debate sobre sus motivos. Algunos funcionarios europeos y estadounidenses han especulado que se involucró en los esfuerzos de paz para tratar de evitar más sanciones contra él, según personas familiarizadas con su pensamiento. Ya enfrenta restricciones de Reino Unido y la Unión Europea, pero no ha estado sujeto a las medidas de Estados Unidos debido a su papel en las conversaciones. Mientras participaba como intermediario en las conversaciones, también ha estado reorganizando activos para protegerlos de sanciones, incluido el cambio de control de un vehículo de inversión asociado con él, moviendo dos megayates e intentando vender algunos activos de fondos de cobertura de EE.UU.

Las personas cercanas a Abramovich dijeron que su participación no es un intento de proteger sus intereses comerciales. Quiere ayudar a poner fin al derramamiento de sangre, dijeron, y señalaron que está asumiendo riesgos personales para hacerlo. Servir como un canal secundario para Putin, agregaron, podría resultar contraproducente. Si las conversaciones fracasan, el Kremlin podría culparlo en parte y Occidente podría acusarlo de un truco publicitario.

Durante más de un mes, Abramovich ha viajado por Europa del Este, Rusia, Israel y Turquía actuando como un canal secundario, según personas familiarizadas con su movimiento y reuniones. Se ha reunido repetidamente con funcionarios rusos y ucranianos en habitaciones de hotel y oficinas. Ha mantenido conversaciones con Putin y Zelensky y se reunió con el Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cuyo gobierno ha desempeñado un papel de mediador en las conversaciones.

El oligarca ruso Roman Abramovich junto a Vladimir Putin.

Después de una reunión con los negociadores en Kiev a principios de marzo, la piel de Abramovich comenzó a pelarse y se quedó ciego temporalmente, según personas familiarizadas con el incidente. Algunos de los asistentes a la reunión creen que él y otros afectados fueron envenenados por políticos de línea dura del Kremlin que quieren descarrilar las conversaciones. El gobierno ruso lo ha negado.

Los negociadores de Ucrania dijeron que Abramovich está demostrando ser un reparador útil. Durante una reunión en Bielorrusia días después del incidente, estableció una relación con la parte ucraniana, dijeron los negociadores. Además de pasar las solicitudes ucranianas a Putin, ha ayudado en una variedad de temas, grandes y pequeños.

Funcionarios ucranianos dijeron que ha trabajado para asegurar algunos corredores para ayudar a las personas a salir de las ciudades ucranianas bombardeadas, y ha trabajado para facilitar los intercambios de prisioneros. No obstante, el gobierno ucraniano ha criticado repetidamente al Ejército ruso por atacar estos corredores humanitarios.

Otros éxitos han sido menores. La delegación rusa inicialmente insistió en que los funcionarios ucranianos viajaran a Bielorrusia para mantener conversaciones. Abramovich ayudó a organizar las conversaciones en línea.

Abramovich, un excomerciante de petróleo, había emergido del caos financiero de la década de 1990 en Rusia como un magnate del petróleo, beneficiándose de sus conexiones con el Kremlin, tanto bajo la presidencia de Putin como del expresidente Boris Yeltsin. Posteriormente gastó generosamente, comprando el club de fútbol londinense Chelsea FC, propiedades de alta gama en lugares como Londres y Colorado y arte de calidad de museo, y donando a instituciones filantrópicas, incluidas organizaciones benéficas judías.

Roman Abramovich, al centro, durante la reunión de las delegaciones rusa y ucraniana para conversar en Estambul, el 29 de marzo de 2022. Foto: AP

Durante su larga carrera empresarial, logró permanecer en el lado correcto del Kremlin. Sus negocios florecieron, mientras que otros oligarcas que se cruzaron con Putin vieron sus posesiones despojadas. A lo largo de los años, a través de varios abogados y voceros, ha negado repetidamente que estuviera vinculado financieramente con Putin o que tuviera una relación especial con él. En los últimos años, ha tratado de evitar enredarse en la política rusa.

En los días previos a que Rusia atacara Ucrania el 24 de febrero, el productor de cine ucraniano Rodnyansky, cuyo hijo asesora a Zelensky, se puso en contacto con tres empresarios rusos para pedirles que se pusieran de nuevo en contacto con el Kremlin, según una persona familiarizada con el asunto. Cada uno de ellos declinó.

Después de que Abramovich recibió su llamada, sopesó sus opciones y se comunicó con el Kremlin para obtener la aprobación del cargo. A fines de febrero, viajó a un hotel de Varsovia para reunirse con funcionarios del gobierno ucraniano para acordar los parámetros de su trabajo: ser un intermediario neutral para detener la pérdida de vidas y ayudar a establecer un proceso para buscar la paz. Su papel no incluiría tratar de forjar políticas.

Arakhamia, el negociador ucraniano, dijo que el Kremlin quería que las conversaciones se realizaran en persona en Bielorrusia, lo que requeriría un viaje nocturno para la delegación ucraniana. Las reuniones por Zoom, argumentaron los rusos, presentarían problemas de seguridad. Arakhamia dijo que Abramovich persuadió a los rusos para que aceptaran Zoom.

El Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, abre las conversaciones entre Ucrania y Rusia en Estambul, el 29 de marzo de 2022. Foto: AFP

A medida que se intensificaba la guerra y aumentaban los bombardeos rusos de las ciudades, Abramovich trabajó para tratar de conseguir suministros y convoyes de refugiados fuera de las ciudades ucranianas de Mariupol y Berdyansk, en ocasiones trabajando uno a uno con un ministro ucraniano de alto rango, según personas familiarizadas con las discusiones. Abramovich también ha tratado de facilitar al menos dos intercambios de prisioneros, dijeron estas personas.

Abramovich tiene una línea directa con Putin y lo ha contactado a menudo, según personas cercanas al proceso. Cuando no puede ponerse en contacto con Putin, habla con el jefe de gabinete de la administración presidencial, Anton Vaino.

A principios de marzo, cuando los gobiernos occidentales comenzaron a sancionar a los oligarcas con vínculos estrechos con Putin, Zelensky le pidió al Presidente Joe Biden que pospusiera la sanción a Abramovich debido a su papel en las conversaciones, según funcionarios estadounidenses. La administración Biden estuvo de acuerdo.

Los funcionarios ucranianos hicieron una solicitud similar al gobierno británico, según personas familiarizadas con el asunto. Londres lo sancionó de todos modos. Un portavoz del gobierno de Reino Unido dijo que no comenta sobre casos individuales. La UE también lo sancionó poco después.

El Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, y la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, asisten a una reunión en Kiev, el 1 de abril de 2022. Foto: Reuters

A medida que se intensificaba el escrutinio en Occidente, Abramovich puso a la venta su equipo de fútbol, el Chelsea. Un día después, estaba en Kiev con el legislador ucraniano Rustem Umerov y otro negociador.

Después de terminar las conversaciones alrededor de las 10 de la noche, se dirigieron a un departamento en Kiev. De repente, los hombres comenzaron a sentirse enfermos, con ojos irritados y descamación de la piel en las manos y la cara, según personas familiarizadas con el incidente. Abramovich luego buscó tratamiento en Turquía y se recuperó por completo.

Durante los últimos 10 días, ha estado en Moscú, Polonia y Turquía, viajando en jet privado, carretera y tren, según personas familiarizadas con la diplomacia de enlace. Se reunió en Kiev a principios de marzo con funcionarios ucranianos, incluido Zelensky.

En un momento, Abramovich estaba tratando de salir de Ucrania a través de Polonia, un miembro de la UE, pero no pudo llevar su avión al país debido a las sanciones de la UE. Entonces voló en un avión turco a Estambul, luego cambió a otro avión y voló a Moscú.

El martes estuvo en Estambul saludando a Erdogan antes de que comenzaran las conversaciones formales de paz allí. Más tarde ese día, se vio a Abramovich sentado en un restaurante al aire libre en un hotel de lujo, tomando té y hablando con funcionarios ucranianos.

En las conversaciones de Estambul, Rusia señaló su intención de suavizar su ataque a Kiev, elevando los mercados financieros mundiales en medio de la esperanza de que fuera una señal temprana de que las conversaciones de paz estaban progresando. Esas esperanzas pronto se desvanecieron. Moscú ha redoblado sus ataques terrestres y aéreos en las partes orientales de Ucrania. Los negociadores planean una próxima ronda de conversaciones, por videoconferencia, a principios de este mes.

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