
Axel Kicillof, el gobernador que desafía a Milei y Cristina Fernández
Luego del amplio triunfo del peronismo en las legislativas de la provincia de Buenos Aires del domingo pasado, el economista estaría perfilándose como el líder definitivo de la oposición en Argentina. Su resultado no solo fue una derrota para los libertarios, sino también una apuesta bien ganada frente al kirchnerismo.

El gobierno de Javier Milei aún no supera los dos años, y ya se está preparando el camino para sucederlo en la oposición argentina. Las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires del pasado domingo fueron una fuerte derrota para el oficialismo, que venía golpeado por las crisis de supuesta corrupción y los audios que mencionaban a la hermana del mandatario, Karina Milei, y ahora, desde el peronismo, una figura triunfante parece perfilarse para superar a Cristina Fernández.
“Se siente, Axel presidente” era el grito en el búnker de campaña del peronismo, con una intención que ya no se esconde. En total de votos, el 47% del peronismo dejó chico al 33% de La Libertad Avanza, y hace sospechar entre los expertos que Milei ya tocó techo.
El perfil de Axel Kicillof, a pesar de ser tan economista como Milei, es radicalmente distinto: keynesiano, apuntando a la centroizquierda y mostrándose como moderado en comparación a su mentora, el historial del peronista viene con más de una década de experiencia política en distintos puestos. Algo de lo que el libertario, por su parte, no puede presumir.

A sus 53 años, la victoria del domingo pasado en Buenos Aires es otra más en la vida política de Axel Kicillof. Empezó como dirigente estudiantil en la Universidad de Buenos Aires (UBA), y se hizo conocido cuando la presidenta Cristina Fernández lo nombró como ministro de Economía, entre 2013 y 2015. La cercanía con la gente es parte clave de su puesta en escena política, haciendo visitas en escuelas y en barrios, siempre con un mate en la mano.
El periodista argentino Ignacio Fidanza, fundador y director del portal La Política Online. comenta a La Tercera la etapa ministerial de Kicillof: “Cristina encuentra en Axel la persona que le da densidad a sus intuiciones económicas. Le despierta a Cristina el interés por la economía, y es como que la mirada económica de Cristina es la de Axel, no al revés. Axel se define como keynesiano, y de hecho él tiene libros sobre Keynes, y creo que una de las materias que daba en la UBA era sobre Keynes. Entonces, él, en el gobierno de Cristina, logra que, en una situación muy complicada, ella termine su mandato con una inflación en torno al 25% anual, con crecimiento, con un montón de problemas, pero no explotada. En fin, que lleva el barco a puerto”.
De ministro, Kicillof pasó a ser diputado por la Ciudad de Buenos Aires (2015-2019), y de ahí pasó a gobernador de la provincia luego de una campaña más bien austera en 2019. “Él dudaba mucho de ser candidato a gobernador, porque él era diputado por la Ciudad de Buenos Aires, y era como muy loco que sea candidato a gobernador, pero eso fue una apuesta de Cristina, que él se la tomó en serio, e hizo una campaña que se llamó la campaña del Clio”, comenta Fidanza.
El Renault Clio era el auto de “Carli” Bianco, su mano derecha, y como explica Fidanza, “daban vueltas por la provincia con dos mangos, tomando mate, y hablaban en las plazas al estilo Pepe Mujica, con un parlantito, y se paraba en la plaza de un pueblo X de la provincia de Buenos Aires, que tiene como 180 municipios, y hablaba, y hablaba, y compartían mate. Esa campaña súper austera da el batacazo y se convierte en gobernador de la provincia de Buenos Aires”.
Para el historiador y politólogo de la Universidad de Buenos Aires, Fernando Pedrosa, el perfil de Kicillof rompe con lo que se venía conociendo en el peronismo. “Axel Kicillof es considerado un producto típico del kirchnerismo. No proviene de la tradición peronista clásica, ya que no militó en el peronismo en sus inicios, sino que se formó en la izquierda estudiantil”, comenta a La Tercera.
“De origen judío y doctor en Economía, representa una trayectoria más ligada al ámbito universitario que a la militancia tradicional peronista. Durante el gobierno de Cristina Fernández, se desempeñó como ministro de Economía y se convirtió en un símbolo del kirchnerismo dentro del peronismo. Sin embargo, también recibió numerosas críticas, en particular por su participación en la estatización de Aerolíneas Argentinas, proceso que derivó en un juicio millonario contra el Estado argentino”, detalla el analista.

Después de derrotar al peronismo en las elecciones presidenciales de 2023, y luego de la inhabilitación de Cristina, Javier Milei empezó a necesitar otro enemigo para convertirlo en blanco de sus discursos, y en eso, Kicillof caía perfecto: era la posición de poder más alta en la que había un peronista. Por eso mismo, el libertario suele referirse al gobernador de la provincia de Buenos Aires como “enano soviético”, “pelotudo”, “burro eunuco”, “zar de la miseria” y “pichón de Stalin”, entre otros 20 apelativos que Infocielo recopiló de una sola alocución del presidente argentino.
Poco querido por el libertario, tampoco era tan apreciado por La Cámpora y el cristinismo, que vio en los comicios del pasado 7 de septiembre un desafío al liderazgo de Cristina Fernández. Fue Kicillof quien decidió que lo mejor sería separar las elecciones provinciales, adelantándolas a las legislativas nacionales, que ocurrirán el 26 de octubre.
Pero el quiebre con la tradición empezaba de antes, en un tiempo de crisis peronista frente a la popularidad creciente de Milei. “No podemos seguir viviendo de Perón, Evita, Néstor y Cristina”, dijo en 2023 Kicillof, asegurando que no podían seguir como “las bandas de rock que tocan grandes viejos éxitos” y llamando a “componer una nueva, no una que sepamos todos”. La metáfora caló hondo como un desafío a Cristina y La Cámpora.

Pedrosa comenta las diferencias entre la expresidenta y Kicillof: “Mientras Cristina estuvo asociada a la ola de la izquierda latinoamericana del siglo XXI -incluyendo el chavismo, el rechazo al ALCA y un discurso más populista y radicalizado-, Kicillof procura proyectarse como una versión más moderada. Intenta presentarse como un dirigente capaz de sostener los ejes centrales del kirchnerismo, pero adaptados a un contexto más reciente y con un perfil más orientado al consenso”.
Ahora bien, el gobernador se muestra cuidadoso en la elección de sus enemigos. “En la interna del peronismo, Kicillof evita confrontar directamente con Cristina para no poner en riesgo el voto compartido. En cambio, dirige sus diferencias hacia su hijo, Máximo Kirchner. De este modo, busca reducir los costos del conflicto interno: mantiene distancia de Cristina en ciertos gestos -como no asistir a reuniones, no se fotografían juntos, no hablan-, pero públicamente confronta sobre todo con el sector de Máximo, al que percibe como un opositor más manejable”, agrega.
Con miras a las legislativas nacionales, Fernando Pedrosa señala que ahora el problema es de Cristina, “dado que Kicillof y los intendentes ya aseguraron su caudal de poder en la contienda provincial”. “Allí, Cristina pone en juego su liderazgo: si no logra repetir los 13 puntos de ventaja obtenidos anteriormente -o peor aún-, si pierde, su carrera política podría iniciar un declive definitivo, ya que hasta ahora no había enfrentado un competidor interno de peso”.
Para Ignacio Fidanza, la diferencia central entre Milei y Axel Kicillof es la trayectoria de ambos. “A esta altura Axel ya es un político profesional, fue presidente de Aerolíneas Argentina, después fue ministro de Economía, después fue diputado nacional, después fue dos veces gobernador. O sea, si bien es joven, tiene una trayectoria larga, y con cargos muy difíciles, dos de los cargos más difíciles que hay en la Argentina: ministro de Economía y gobernador de la provincia de Buenos Aires”.
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