Mia Schem relata sus 54 días de horror cautiva en Gaza

“Sus ojos y su cara todavía están en mi cabeza. Me estaba examinando, tenía miedo de que de repente me metiera una bala en la cabeza”, contó sobre el sujeto que la vigilaba día y noche.


“We will dance again (volveremos a bailar). 7.10.23.”, dice un tatuaje de Mia Schem, la joven nieta de chileno que fue secuestrada por Hamas en un festival de música en Israel y permaneció 54 días secuestrada por el grupo terrorista en Gaza. Tras una serie de negociaciones, la israelí de 21 años se pudo finalmente reunir con su familia el 30 de noviembre. El tatuaje lo hizo para recordar la fecha en que su vida cambió de golpe.

Esta semana, en entrevistas con medios de su país, entregó detalles de su experiencia en el enclave palestino, habló del terror que vivió, de los dolores indescriptibles que sufrió en su brazo y lo mucho que deseaba abrazar a un ser querido mientras permanecía vigilada 24/7 en el hogar de una familia colaboradora de Hamas.

Schem fue secuestrada el 7 de octubre mientras participaba del festival Supernova. La tatuadora, que también tiene ciudadanía francesa, intentó escapar de la fiesta cuando fue herida por disparos. Vio su brazo casi desprendido de su cuerpo, relató. La manosearon y la arrastraron del pelo hasta un vehículo que la sacó de su país. Estaba en las afueras del kibutz Reim, a pocos kilómetros de la frontera. En un video difundido por Hamas, se le mostró siendo vendada y atendida por sus heridas.

Guillermo Zeev, su abuelo chileno, y Karen Schem, la madre de la joven, pidieron al Presidente Gabriel Boric interceder para que la dejaran libre.

En Canal 12 contó que fue operada sin anestesia o algún medicamento para soportar el dolor. “Estaba como una bestia en un zoológico (...) Casi me ahogo con mis propias lágrimas”, señaló.

Al entregar su testimonio graficó el pavor que sintió de ser agredida sexualmente por el hombre que la vigilaba día y noche. “Sus ojos y su cara todavía están en mi cabeza. Me estaba examinando, tenía miedo de que de repente me metiera una bala en la cabeza”, dijo. También contó los celos de la esposa de su captor y el odio que le expresaba esa mujer. Relató una cruel broma que le hizo un niño negándole un dulce que le ofreció cuando ella se moría de hambre.

“Me costaba caminar, me temblaban las piernas. Dormía una hora al día, no puedes dormir cuando él se sentaba y te miraba fijamente”, expresó la sobreviviente.

En una entrevista en el noticiero de Canal 13 de Israel que se exhibió este viernes y que había sido adelantada en algunos fragmentos, la joven aseguró que vivió su propio “Holocausto” al ser raptada.

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