Desde el balcón principal de la basílica de San Pedro en el Vaticano, el Papa León XIV dio su primera oración dominical desde que fue electo.

El pontífice estadounidense-peruano rezó ante la multitud -que según la Santa Sede superaba las 100 mil personas- la oración mariana Regina Coeli, que sustituye al Ángelus durante el tiempo pascual.

El Papa inició su reflexión en un fluido italiano aludiendo a una reciente efeméride: “La inmensa tragedia de la Segunda Guerra Mundial terminó hace 80 años, el 8 de mayo después de haber causado 60 millones de víctimas. En el dramático escenario de una ”Tercera Guerra Mundial" que se libra poco a poco, como el Papa Francisco ha declarado recientemente, yo también apelo a los grandes del mundo, repitiendo la siempre relevante súplica: ¡No más guerra!“.

En esa línea, dedicó unas palabras a las víctimas del conflicto ruso-ucraniano, así como a la guerra entre Hamas e Israel. “Llevo en el corazón el sufrimiento del amado pueblo ucraniano, que se haga todo lo posible para alcanzar cuanto antes una paz verdadera, justa y duradera (...) Me entristece profundamente lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza, ¡cese el fuego inmediatamente! Que se proporcione ayuda humanitaria a la agotada población civil y que se libere a todos los rehenes”.

Asimismo, expresó su satisfacción frente al alto al fuego entre India y Pakistán y añadió: “Pero, ¡cuántos otros conflictos hay en el mundo! Confío esta sentida súplica a la Reina de la Paz, para que la presente al Señor Jesús y nos obtenga el milagro de la paz”. Luego, encabezó la oración mariana e incluso cantó parte de ella.

Además de invitar a los jóvenes a unirse a la fe, Robert Francis Prevost recordó la celebración del Día de la Madre: “Envío un saludo a todas las madres con una oración por ellas y por todas las que están en el cielo”.