Emiliano Arias Madariaga, fiscal regional de O'Higgins: "Los que investigamos corrupción estamos expuestos a estas acusaciones"

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El persecutor regional de O'Higgins aborda la denuncia en su contra, por cuatro posibles irregularidades, que hizo su subalterno, el fiscal Sergio Moya. Y sobre una eventual renuncia es rotundo: "No lo he pensado".


Fue antes de las 8 horas de ayer cuando cierta intranquilidad comenzó a rondar por el Ministerio Público. El anuncio de la Fiscalía Nacional, la noche del jueves, de quitarle la investigación de la Corte de Apelaciones de Rancagua al fiscal regional de O'Higgins, Emiliano Arias, dejó a gran parte de los investigadores preocupados: "¿Qué va a pasar?". "¿Renuncia Arias?". "Acá algo va a pasar".

Esas eran las interrogantes que desde temprano se hacían fiscales y funcionarios del ente persecutor. Sin embargo, no fue hasta el mediodía que otra bomba, mucho más estruendosa, cayó en la capital de la Región de O'Higgins: el fiscal Sergio Moya, quien continuará a cargo de las pesquisas, ratificado por el fiscal nacional, Jorge Abbott, denunció a su jefe, Emiliano Arias, por cuatro hechos en los cuales lo vincula a un presunto tráfico de influencias y a una supuesta obstrucción la investigación.

¿Va a renunciar?

El que responde a La Tercera es el denunciado fiscal regional Emiliano Arias. "No lo he pensado, o a raíz de esto, no. No es algo que me surja como primera inquietud. Antes de tomar una decisión o pensar en una decisión como esta, es que todo se aclare con la urgencia que amerita, porque yo no tenía noticias de la existencia de esta imputación.

¿Ya fue notificado?

No, nada, por ninguna vía. Esa investigación, o esa denuncia que entiendo debe ser penal, se dio a conocer a través de los medios de comunicación por el propio denunciante.

Son cuatro hechos los que le imputa el fiscal Moya. Uno dice relación con que usted lo habría presionado para que atendiera de manera preferente a los requerimientos del abogado Luis Hermosilla, quien actuaba como defensor del alcalde de Rancagua, Eduardo Soto.

¿Eso fue así?

No, eso no es efectivo. Es más, todo esto lo vemos en conjunto con la Fiscalía de Alta Complejidad. No es solo el fiscal Moya el que trabaja en esas investigaciones, y yo no he interferido en ningún caso. Sin ir más lejos, la abogada que estaba a cargo de esa causa me estuvo comentando de ciertas diligencias que era necesario decretar y yo le dije que siguiera adelante. En ningún caso ha habido algún tipo de interferencia o atenciones preferentes, no es lo que acostumbro. Nunca lo he hecho.

¿Tiene algún vínculo con Hermosilla, que es abogado asesor del Ministerio del Interior?

No tengo ningún vínculo, más allá de lo que se pueda tener con un abogado que ha estado defendiendo a personas en algunos de los casos de connotación en los que me ha correspondido intervenir, desde el caso SQM en adelante. Aquí yo agradezco, en definitiva, que mis actuaciones sean públicas durante muchos años, no digamos que estoy apareciendo recién. En SQM conocí a Luis Hermosilla, porque era representante de la empresa en aquella época. Y de ahí ha tenido causas como interviniente en la región, pero nunca un trato especial. Eso carece de todo fundamento.

¿Existió una reunión suya con el fiscal Moya y el abogado Hermosilla?

En más de una oportunidad han existido reuniones en todos los casos que he asumido yo con distintas personas. Con el señor Dávalos, con los abogados de Quiroga del caso de los incendios, en todos los casos relevantes que he tenido, con Hugo Rivera, y todos los abogados de los casos de la Iglesia. No es una situación anormal que los abogados tengan reuniones con el fiscal a cargo del caso.

Moya también menciona que usted habría favorecido al síndico Herman Chadwick en el procedimiento abreviado, deslizando supuestas intenciones políticas.

Carece de toda lógica decir que yo quería influir a su favor, para así favorecer al gobierno, cuando en definitiva el imputado resultó condenado con una pena bastante alta, que es de tres años y un día. Perfectamente se pudo haber llegado a una salida alternativa en ese delito, como se ha llegado en muchos casos. En ese sentido también quisiera recordar que a mí me correspondió la formalización y defensa de los antecedentes en el caso de Jovino Novoa y en el caso del senador Jaime Orpis, y cuando se efectuó la formalización en el caso de Eguiluz. Por ende, en general, a uno se le pretende identificar con las decisiones que toma, cuando se persigue a personas de un determinado ámbito, se es fascista, o del otro lado es de izquierda. La verdad es que no tiene mucho asidero esa imputación. Es ridículo.

¿Usted no tiene vínculos con ningún sector político en particular?

Afortunadamente, no tengo vínculos con ningún sector político. La verdad, hay algo que no me enorgullece, pero te lo puedo decir: jamás he votado. No tengo tendencia política, mi familia no tiene tendencia política, en la universidad no tuve tendencia política y en mi carrera como fiscal tampoco.

¿Lo toma todo esto por sorpresa?

Sí, mucho, yo estuve con el denunciante el jueves.

¿Tenía una buena relación con el fiscal Moya?

Siempre fue una relación muy cercana, y de eso puede dar fe todo el equipo de Alta Complejidad. Cuando se creó esta oficina hice gestiones especiales para que el fiscal Moya fuera el fiscal con el grado más alto.

¿Cuándo se quiebra esa relación?

Hasta esto, no hubo otro indicio.

¿Y hasta ahí todo bien?

Todo bien. El jueves fue un día absolutamente normal, hablé con él, estuvimos con otras personas presentes, no me dijo absolutamente nada de la denuncia, ni tampoco esperaba que me dijera, pero, en definitiva, acá lo extraño es que el denunciante, el funcionario público, aparezca a través de los medios de comunicación haciendo una denuncia de naturaleza penal. Ahí hay una intencionalidad que en este momento no puedo dilucidar.

¿Qué tipo de intencionalidad?

La verdad que no lo sé. Espero que el investigador penal que se nombre para esto sea capaz de establecerlo. Insisto, revisen mis casos. Todas las críticas que han ido en relación a mis actuaciones son para sacarme de determinadas investigaciones. En definitiva, los fiscales que investigamos corrupción, no solo en Chile, sino que en el extranjero, estamos dispuestos a vernos expuestos a este tipo de acusaciones con intencionalidades que buscan el desprestigio del investigador. En consecuencia, al hacer una denuncia a través de los medios de comunicación es evidente que se busca el desprestigio.

O sea, ¿usted cree que esto está vinculado a alguna lucha de poder?

Por cierto, estas cosas se dan cuando se investiga al poder. Es como un hecho objetivo. Si yo me dedicara a investigar otro tipo de delitos, como homicidios o tráfico de drogas, los que estuve investigando por 10 años, esto no ocurre. Cuando se investigan ciertos círculos de poder, estos mismos círculos buscan controlar al que persigue. Y cuando no se puede controlar al persecutor, aparecen este tipo de denuncias infundadas.

El fiscal Moya también dice que le solicitó varias veces formalizar al juez Elgueta y que nunca encontró respuesta. ¿Fue así?

Jamás. Eso no es efectivo. Todas las imputaciones carecen de todo fundamento. Esto se inicia por una denuncia que el propio señor Moya me lleva y me dice en mi oficina que en una fiscalía local se había recibido una denuncia anónima. Yo personalmente me reuní con el jefe de la Bridef (PDI), en Santiago, para darle la urgencia al caso. Se tramitó esta investigación en un breve plazo, se reunieron los antecedentes y yo personalmente se los entregué a la ministra visitadora (Rosa María Maggi).

El jueves el caso salió de su jurisdicción. ¿Le molestó?

A nadie le gusta que le quiten las causas.

El fiscal nacional argumentó falta de objetividad. ¿La hay?

Para nada. Eso fue resuelto de esa manera por la misma Corte Suprema, y establece que se configura la causal de enemistad de ellos (los jueces) hacia mí. No es de mí hacia ellos.

Este no es el primer desencuentro con el fiscal nacional. ¿Cree que él no lo respalda?

Yo no trabajo para que me den una estrellita por parte de mi jefe. Yo trabajo por las personas. Mi función es investigar delitos, perseguir delincuentes y proteger a las personas.

¿Cuánto le queda para terminar su periodo de fiscal regional?

Cuatro o cinco años.

¿Los termina?

No sé, yo siempre estoy dispuesto a irme mañana. Lo he dicho en más de una oportunidad. Y a eso le sumo que yo no tengo ningún interés en seguir con una carrera en el Ministerio Público, ni optar a un cargo de fiscal nacional ni de regional en otro lado, ni me interesa una carrera política.

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