La prueba de fuego del ministro Gajardo: despachar la reforma a los nombramientos judiciales en dos meses
El mensaje del Ejecutivo está en su segundo trámite. La cuenta regresiva para el Ministerio de Justicia ya partió y uno de los nudos principales a resolver será definir la integración del futuro Consejo de Nombramientos Judiciales. Esta jornada la Comisión de Constitución del Senado aprobó la iniciativa en general.

Este jueves la Comisión de Constitución del Senado citó una nueva sesión para retomar la tramitación de la reforma del gobierno que modifica el sistema de nombramientos judiciales. Esta vez el objetivo era que la instancia vote en general el mensaje del Ejecutivo.
Este es uno de los primeros hitos relevante en el Senado luego de que en julio la Cámara despachara el primer trámite de este complejo proyecto de ley.
El problema es que al ministro de Justicia Jaime Gajardo (PC) se le está acabando el tiempo. En sus hombros carga con el peso de tener que lograr lo que ningún otro gobierno ha conseguido en las últimas décadas.
La primera vez que el Ejecutivo quiso reformar el sistema de nombramientos judiciales fue en 1991 con un proyecto de ley que diseñó el exministro de Justicia Francisco Cumplido. Desde ahí en adelante han pasado 34 años desde ese intento y entre medio han ingresado un total de 27 iniciativas legales para cambiar el sistema.

Pese a lo difícil que ha sido impulsar un cambio en la judicatura, con reformas que históricamente han tenido la férrea oposición de los jueces y de la Corte Suprema, la gran crisis del Poder Judicial que quedó al descubierto por el caso Audio permitió darle un nuevo impulso a esta idea.
De hecho el gobierno, para hacer frente a la peor crisis que atraviesa el Poder Judicial desde la dictadura, pensó esta reforma como una salida institucional para hacerse cargo del origen del problema: un sistema que favorece el besamanos y el tráfico de influencias entre los jueces y el mundo político.
Pese a que tiene el tiempo en su contra, Gajardo aún no pierde la esperanza. “Nosotros esperamos que este proyecto se pueda aprobar a la brevedad posible. En general, los senadores que forman parte de la Comisión de Constitución del Senado y la senadora que preside esta comisión, están de acuerdo con las ideas matrices de este proyecto y sobre todo con la necesidad de avanzar de manera urgente porque este es un proyecto que va a fortalecer la confianza de la ciudadanía en el sistema de justicia”, dice Gajardo a La Tercera.
En la audiencia, luego de la exposición de algunos invitados como el ministro Leopoldo Llanos y dirigentes gremiales, la comisión procedió a votar en general y dio su visto bueno a la iniciativa. De esta manera el Ejecutivo ya podrá dar paso en las próximas semanas al debate en particular.
La misión del Senado
El corazón del proyecto que lidera Gajardo implica un cambio radical en la judicatura ya que modifica el gobierno judicial, separa las funciones jurisdiccionales de las administrativas, saca a las cortes de la selección de las ternas para los nombramientos de los jueces y suprime la superintendencia directiva, correccional y económica de la Corte Suprema que data desde 1833.
El principal cambio es que la reforma reemplaza el actual sistema de nombramientos que está centrado en procesos de selección hechos por la Corte Suprema o las cortes de apelaciones por uno en que los procesos de selección serán realizados por un Consejo de Nombramientos Judiciales.

Para nombrar al fiscal judicial de la Suprema, a los ministros y fiscales de cortes de apelaciones y los jueces de letras el nuevo consejo elaborará ternas jerarquizadas por el puntaje obtenido por cada uno de los tres postulantes seleccionados. Estas ternas serán enviadas al Presidente de la República para que escoja al candidato que finalmente será designado en el cargo correspondiente.
Para la designación de ministros del máximo tribunal, el Presidente de la República seleccionará a un candidato de una lista jerarquizada de cinco nombres elaborada por el Consejo. Luego será el Senado el que deberá ratificar por 2/3 la elección en una audiencia pública. Si el Ejecutivo no elige un nombre de la quina en 10 días, se entenderá que ha elegido al primero de la terna. Y si es que el Senado no vota el nombre en 30 días, se entenderá nombrado el elegido por el Presidente.
La gran misión del Senado será definir los integrantes del futuro Consejo de Nombramientos Judiciales. Esto debido a que las normas que definían su composición no fueron aprobadas por la Cámara. Por lo tanto hasta el momento solo está definido que existirá esta instancia, pero quiénes lo componen es una materia que quedó en blanco.
Ese será gran parte del debate que enfrentará a los senadores. Fuentes del Parlamento comentan que hay disposición a acelerar la tramitación de este proyecto, más aún luego de que la crisis que afecta a la Suprema no haya amainado y tenga nuevos supremos al borde de la destitución como el ministro Diego Simpertegui.
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