Bomba hallada en Comisaría de Ñuñoa es similar a la que detonó en el atentado del maratón de Boston

<p class="bullet">Según explicó a <b>La Tercera</b> el fiscal de la zona Sur Héctor Barros, cinco kilos de pólvora negra estaban contenidos en una olla a presión que además tenía clavos, parafina y gas butano.</p> <p class="bullet">Barros agregó que este tipo de bombas "son muy utilizadas en Europa por grupos anarquistas" y tienen un alto poder dañino.</p>




No es habitual que se utilice una olla a presión como contenedor de un artefacto explosivo como el que fue encontrado ayer en la 18ª Comisaría de Carabineros, en la comuna de Ñuñoa.

De sólo un caso similar tiene memoria el fiscal de la zona Sur, Héctor Barros, y fue en el año 2008.

Según explicó Barros a La Tercera, este tipo de bombas "son muy utilizadas en Europa por grupos anarquistas" y tienen un alto poder dañino.

Se trata de una olla a presión, que contenía cinco kilos de pólvora, clavos, gas butano y parafina, con un sistema de activación de relojería eléctrico, con fuente de poder de pilas, el que, según Barros, afortunadamente no detonó porque falló uno de los dispositivos.

El fiscal aseguró que el artefacto encontrado "es muy similar al que se colocó en el Maratón de Boston, que tendría esquirlas y los daños fueron mayores, por eso alcanzó a personas. Aumenta considerablemente el poder destructivo, no solamente por la carga de cinco kilos de pólvora sino que, además, porque trae esquirlas y funciona igual que una granada que salen objetos desprendidos y en este caso eran clavos".

Adicionalmente, explicó Barros, "los contenedores de parafina y gas propano butano podrían provocar un incendio generando daños a las instalaciones donde se colocó".

El aparato fue encontrado por un funcionario policial, en la parte posterior de la Prefectura Oriente, en uno de los peldaños del pasillo de acceso a la oficina del jefe de la unidad, al interior de un bolso negro. Quienes la instalaron habrían saltado el muro divisorio de la prefectura con el exterior.

Si bien se desconoce el o los autores del hecho, el fiscal Barros recordó que entre el 30 de diciembre al 10 de enero existe un "periodo de agitación y ataques", donde los movimientos anarquistas e insurreccionalistas locales realizan un llamado a atacar aquellos lugares que representarían "la existencia del poder".

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