Camila Moreno : "Actualmente en Chile es difícil hacer música más densa o reflexiva"

La solista presenta esta semana su álbum Mala madre, que indaga en lo femenino y el sonido trip hop. Además, explica los referentes de dicho trabajo y porqué este definirá su futuro artístico.




Pese a que por estos días recibirá un Disco de Oro por las 5 mil copias vendidas de su álbum Panal (2012), Camila Moreno no tiene certezas sobre su futuro en la música. Las dudas no pasan por inseguridades personales, sino más bien por las múltiples inquietudes artísticas de la cantautora de 28 años -que van de la danza hasta la poesía- así como por la recepción de su discurso entre la audiencia, uno que desde el comienzo marcó distancias de las convenciones y el optimismo pop de varios de sus compañeros de generación.

"El camino que estoy tomando es complicado", asegura la solista, que este jueves presentará por primera vez, con descarga gratuita por 24 horas en su sitio web, todas las canciones de Mala madre, su cuarto álbum en solitario, que lanzará en vivo en el Teatro Cariola el 7 de agosto. Una colección de composiciones de atmósferas densas y sombrías, en las que la autora no renuncia a sus convicciones e intensidad emocional.

Y si el primer single del álbum, Libres y estúpidos -la canción más agresiva de todo el disco según la cantante- se presenta como una versión más sintética de la popular Millones, es en temas como Julia y Bathory -inspirado en una condesa húngara que asesinó a cerca de 600 vírgenes en el siglo XVII- donde termina de cuajar su nueva apuesta, así como el título que escogió para este trabajo, en el que abundan las referencias a la brujería, la femineidad, la sangre y la maternidad. "Ese mundo pasional y salvaje, que se escapa del deber ser", explica la cantautora, que para este álbum grabó casi todos los instrumentos y figura como productora general, junto a la colaboración de gente como Cristián Heyne, Tomás Preuss y Cristóbal Carvajal.

La femineidad, o las distintas visiones de lo que es ser mujer, parecen cruzar varias de las nuevas canciones. 

Tiene que ver con una necesidad de liberación femenina. Siento que de pronto hay una carga en la sociedad de que la mujer debe ser virginal, bella, todos esos cánones sexuales y de belleza, mientras que por otro lado está la imagen de que la bruja es fea, mala, que hay que huir de ella. Se trata de una energía humana que existe, que es un motor creativo súper fuerte pese a que ha sido catalogado como algo negativo.

En cuánto al sonido de Mala madre, ya casi no hay ese folclor de sus inicios y más bien predomina las bases como de trip hop. ¿Influyó haber tomado las riendas como productora en esa nueva orientación?

Es un disco que en general tiene algo agresivo, pero a la vez más pop y directo, sobre todo en las estructuras. En términos musicales está súper basado en el sampler, está hecho como si fuera un disco de hip hop y con muchas citas al trip hop. Yo fui criada en los años 90 y me encanta esa música: Tricky, Massive Attack, Portishead, cosas de Björk.

Ha dicho que le interesa explorar otras facetas artísticas. ¿La respuesta que tenga este nuevo álbum será decidora en ese sentido?

Este disco viene a sellar lo que empece a forjar en Panal, que no tiene que ver con la música que está de moda, sino que con un lenguaje propio, con tener un mundo al cual invitar a la gente. Pero creo que en este momento en Chile es difícil hacer música más densa o más reflexiva, está todo inclinado hacia el electropop, que es algo que ahora no me interesa. Siempre he sido bien reflexiva y un poco densa para mis cosas, entonces ponerme a cantar sobre Bilz y Pap no me nace mucho.

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