Acción colectiva para dar el salto en educación

Alumnos en sala de clases. Foto: Instituto O'Higgins.
Uno de los proyectos propone eliminar las notas en enseñanza básica.


Esta semana Acción Colectiva por la Educación (ACE) presentó 16 propuestas de mejoramiento en ámbitos cruciales para el sistema escolar del país. ACE agrupa 18 organizaciones, con experiencia y conocimiento práctico en diversos ámbitos del mejoramiento educativo, que representan una expresión de la sociedad civil que busca aportar en la construcción de un sistema educativo de calidad, equitativo e inclusivo.

Las propuestas se centran en ámbitos fundamentales en los que se requiere tomar acciones para cerrar brechas de acceso, equidad, calidad e inclusión que afectan al sistema escolar chileno. Estas brechas, dramáticas y persistentes, merman las oportunidades de miles de niños, niñas y jóvenes de sectores de menores ingresos para desarrollar su potencial a lo largo de la vida.

En efecto, mejorar la Educación Inicial, Fortalecer Equipos Directivos, avanzar en Inclusión y Diversidad y, finalmente, mejorar los aprendizajes en el aula a través de Innovaciones y Prácticas Efectivas en el Aula son dimensiones centrales para fortalecer el sistema educativo, pero los esfuerzos de política pública durante las últimas décadas han sido incipientes, inconsistentes o de bajo impacto. En estos cuatro ámbitos las entidades que participan en ACE acumulan literalmente décadas de experiencia y conocimiento, los que han decidido compartir y sistematizar para hacer un aporte sustantivo a la discusión de política pública.

Para un sistema educativo que ha estado sometido a un ciclo incesante de reformas de diversa dimensión y profundidad, es clave disponer de mecanismos de retroalimentación y aprendizaje que le permita consolidar y sostener los esfuerzos realizados e introducir cambios cuando exista evidencia que lo sugiera.

Los antecedentes analizados por ACE sugieren que, en muchos casos, las reformas o esfuerzos desarrollados están bien orientados, pero adolecen de mejores diseños para su implementación. Fortalecer el rol de los Directivos a través de procesos de selección dependientes de la Alta Dirección Pública es, por ejmplo, una orientación adecuada, pero al mismo tiempo existen hoy incentivos que han reducido el interés de docentes altamente competentes por seguir esa ruta. En otro ejemplo, la sofisticación de los sistemas para medir el desempeño del sistema escolar no se complementan con un esfuerzo de similar magnitud para fortalecer las capacidades de las escuelas para mejorar la calidad de los aprendizajes. Contar con mejores mecanismos para identificar en forma válida y confiable las prácticas efectivas en mejoramiento educativo es otra de las propuestas que ACE ha dado a conocer.

La capacidad que el país tenga para monitorear los avances en materia educativa y plantear las discusiones complejas con datos contudentes puede enriquecer el debate y hacer presente la voz de actores sociales que no participan directamente de los debates legislativos y que, además, no defienden intereses particulares o agendas de corto plazo.

Es importante constatar que varias de las propuestas de ACE coinciden con aquellas planteadas por la actual administración, pero señalan también la tensión entre el consenso público en torno a ciertos temas como equidad y los temas instalados en la discusión pública sobre educación en los últimos meses. Esperamos que las autoridades gubernamentales y los parlamentarios valoren la oportunidad que las recomendaciones de ACE ofrecen para profundizar y extender el diálogo ciudadano en materia de educación.

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