Acuerdos post 5 de septiembre


SEÑOR DIRECTOR:

Entre los dos principales bandos en desacuerdo para enfrentar el plebiscito constitucional, además de pródigos en apellidos para sus opciones preferidas, tanto los del Apruebo como los del Rechazo concuerdan en algo: de ganar esta última opción, se comprometen a continuar con el proceso constituyente en curso. Las señales ofrecidas por ambos permiten inferir que se volverá a proponer como mecanismo de reemplazo de la Constitución vigente una nueva asamblea o convención constituyente -alternativa cuya plausibilidad favorece la reciente unificación del quórum de reforma constitucional a 4/7 del Congreso Nacional.

Donde difiere la actitud de ambos bandos es en el escenario de que gane el Apruebo. Solamente quienes militan a favor de esta opción han comprometido algunos puntos que reformar a la propuesta de nueva Constitución. Se podrá discutir su mérito y profundidad (una combinación de buenas intenciones, medidas legislativas, retoques cosméticos y, afortunadamente, algunos cambios constitucionales), pero al menos nos ofrecen a la ciudadanía un mensaje de disconformidad con la propuesta y un camino favorable a realizarle cambios, a costa de un sector de su electorado cada día más escéptico de cualquier intervención desde la política tradicional.

¿Y qué nos ofrece el bando contrario de aprobarse la propuesta de nueva Constitución? ¿Qué cosas de lo que pasaría a ser la Constitución de 2022 nos desunen como país y cabría modificar? ¿Qué alternativas propondrían para hacerlo? Y, quizás más importante, en dicha negociación, ¿qué cosas estarían dispuestos a mantener y hasta defender de la nueva Constitución? Esperemos que no se repita el error de los derrotados en 1970, cuando el candidato presidencial optó por guardar silencio para retirarse a dormir.

Pablo Fuenzalida Cifuentes

Investigador Centro de Estudios Públicos

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