La pregunta no es una sola



SEÑOR DIRECTOR:

En su última columna, Daniel Matamala señala que, de ganar el Rechazo, habría una sola pregunta que formular a sus partidarios: si se aferrarán al poder de veto que les daría la actual Constitución o si convocarán a una nueva Convención Constitucional. Sin embargo, para poder reducir la cuestión a esas dos opciones hay que eliminar varias interrogantes previas.

En primer lugar, presumir que la ciudadanía mantiene la misma disposición a favor de un proceso constituyente que fuera expresada en 2020. Segundo, dar por sentado que existe un juicio positivo ciudadano respecto del actual desempeño del mecanismo de reemplazo elegido en dicha ocasión, la Convención Constitucional, como para anticipar que es el único mecanismo creíble. Formularse esta segunda pregunta obliga a evaluar detalladamente las particularidades de la Convención, especialmente de los elementos adicionados con posterioridad al acuerdo del 15 de noviembre de 2019: paridad de género, escaños reservados para convencionales indígenas, cuotas para candidaturas con discapacidad y participación de listas de independientes. Tercero, asumir que el actual Congreso Nacional, elegido bajo un sistema proporcional (no por el sistema binominal) y con una renovación importante de fuerzas políticas forzada por las prohibiciones de reelección, carece de legitimidad para embarcarse en un proceso de reforma constitucional o reemplazo de la Constitución vigente, pese a que desde el 4 de julio de 2021 se han aprobado tres reformas constitucionales.

En otras palabras, son varias preguntas más las que requieren respuesta en caso de ganar la opción Rechazo, y no solamente por parte de sus partidarios.

Pablo Fuenzalida Cifuentes

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