Pascua y libertad

Crucifixion


En la primera carta a los corintios se contiene el versículo con la idea central del cristianismo, allí San Pablo dice: "Si Cristo no fue resucitado, nuestra predicación ya no contiene nada ni queda nada de lo que creen ustedes". Por eso hoy es el día más importante del año para una gran parte de la humanidad y de los chilenos. Este día recuerda un hecho que, aunque contradice las leyes de la naturaleza, le da sentido a la vida de los creyentes, define su concepción del mundo, es consuelo en el sufrimiento, esperanza en la adversidad y propósito en el despertar de cada día.

Pero para otra parte, incluso numéricamente mayor de los habitantes del planeta, hoy es un día más, la creencia en la resurrección es ajena a su cultura o es solo mitología, una construcción racional hecha a partir de nuestros temores atávicos, que ha servido de base para generar un cierto orden social. Richard Dawkins sostiene que las religiones y el cristianismo particularmente han sido muy dañinas.

Este es uno de los desafíos más difíciles de sortear para cualquier sociedad: la necesidad de generar normas de convivencia en que puedan desarrollar su proyecto de vida, en un contexto común, los que dan valor de sagrado a creencias, símbolos y ritos que, para otros, carecen de valor alguno, son apenas formas de superstición organizada.

Esto nos obliga a definir los ámbitos de la libertad, empezando por la de expresión, la naturaleza del espacio público, el estatuto que el derecho confiere a las iglesias y qué entendemos por una sociedad civil laica. Hace poco un canal de televisión fue sancionado, porque un cómico hizo un chiste gravemente ofensivo para un aspecto esencial de la fe católica. Los críticos de esa decisión sostienen que el humor no admite límites, ni restricciones; el daño, para que la libertad de expresión sea punible, tiene que referirse a las condiciones de vida social: la democracia, la honra, la seguridad individual; pero sus creencias personales son problema suyo. Cambie el canal.

En un estado democrático y liberal de derecho, nadie puede pretender que sus convicciones no sean objeto de cuestionamiento, incluso en los términos intelectuales más rudos. Personas como Dawkins tienen un derecho inalienable a escribir, publicar, dar conferencias, ser irónicos, incluso reírse de las inconsistencias lógicas de la religión. Probablemente Chesterton habría hecho lo mismo con las ideas de Dawkins.

Pero el insulto, la ofensa, es una forma de agresión, es una manera de excluir y el derecho existe para incluir, para dar a cada uno la seguridad de poder desarrollar pacíficamente su proyecto de vida en la sociedad común. Y si no es para eso, parafraseando a San Pablo, vana sería nuestra ley.

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