SEÑOR DIRECTOR:
Nuestro sistema de partidos políticos tiene un desafío significativo, cual es recuperar nuestra institucionalidad y la convivencia democrática. Después del 04-S, e incluso desde antes, ha quedado en evidencia que nuestro sistema político se encuentra en una crisis profunda, como lo reflejan los datos del Servel en cuanto al aumento de partidos existentes o en vías de formación.
Es importante recordar que en el año 2016 tuvimos reformas al sistema de partidos y que si bien tuvo efectos en el año 2017 con la llegada de nuevos colectivos e independientes, demostró la insuficiencia y el desgaste completo del sistema de partidos, manteniéndose una combinación nefasta entre estabilidad electoral y desarraigo social. El punto central será observar, en unos meses más, si las 27 colectividades que intentan “conquistar” al electorado -de las cuales seis están en etapas de formación- tendrán la capacidad de sintonizar y tener una congruencia programática con sus votantes.
Dada la actual fragmentación, es de gran importancia para la mantención y desarrollo de nuestra democracia que los nuevos partidos en formación no sean “hidropónicos” y, por el contrario, tengan raíces que se conecten con la realidad cotidiana de sus votantes, para lo cual deberán tener liderazgos horizontales que propendan, ojalá, a cambios con gradualidad, sin populismos y con bases territoriales coherentes con sus programas.
Para quienes creemos en la democracia representativa, los nuevos partidos que se formen deberían permitir una relación que incentive la colaboración entre el Ejecutivo y el Legislativo para evitar que los proyectos extremos tengan éxito.
Marta Canto Castro
Administradora pública
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.