¿Y se descansa en vacaciones?



Se vive la última semana de febrero, la cual para la mayoría de lo/as chileno/as significa el fin de sus vacaciones de verano, y por supuesto, el temido inicio de la vorágine del año laboral y escolar con todas las obligaciones que conlleva. La pregunta aquí puede parecer sencilla, pero, ¿realmente lo/as chileno/as descansan en sus vacaciones, en este contexto de crisis pandémica a cuestas con dos años de teletrabajo en casa? En muchos casos quizás la respuesta ya no es tan fácil.

Primero, en nuestro país todo/a trabajador/a tiene 15 días de vacaciones al año, que pueden aumentar en el área pública a 20 o 25 días (Estatuto Administrativo) o un día cada tres años en el área privada (Código del Trabajo).

Si bien, la ley protege al/a trabajador/a estableciendo que debe tomar 10 días seguidos para lograr el descanso, el cuestionamiento es si este tiempo es suficiente. Sobre todo, pensando que la mayoría de lo/as chilenos han trabajado desde sus casas estos últimos dos años, es decir, si bien no desarrollarían labores propias del trabajo, si estarían en muchos casos en su oficina, sentados en la misma silla o compartiendo el mismo espacio en el que trabajan durante las vacaciones.

Un estudio de la Universidad Tampere de Finlandia plantea que desde el octavo día de vacaciones la mente de una persona ya es capaz de desconectarse y descansar, no obstante, esto ahora ocurre al estar viendo muebles u otros accesorios propios del empleo. En el régimen laboral anterior a la pandemia, sencillamente se dejaba de ir a la oficina, eliminando los registros visuales de la rutina laboral, pero ahora, un día de vacaciones comienza de igual forma que uno de trabajo e inclusive se vivencia en el mismo espacio.

En segunda instancia, otra variable que se debe considerar en estas vacaciones es “el viaje”. No solo planificar salidas dentro de la misma ciudad como ir al zoológico, parques, caminatas, piscina, entre otros, sino que ir a vacacionar a otro lugar, que realmente permita el descanso y recargar energías.

Es claro que esta elección dependerá primeramente del acceso económico de cada familia desde viajes a casas de familiares en el auto propio para abaratar costos en alojamiento y transporte, hasta idas al extranjero en avión.

Lo tercero es la salud. Un punto crítico en el concepto de vacaciones para que descanse el/la trabajador/a obedeciendo al espíritu de la normativa establecida a nivel mundial. Se busca y espera la persona a través del descanso logre restaurar y mejorar su estado de salud impactado por el proceso laboral realizado el año previo. Al respecto, existirán gustos e intereses individuales, y de este modo, potenciar el funcionamiento del proceso salud enfermedad de cada trabajador/a en forma integral.

Así, esta fecha como última semana de vacaciones coincidentes de educación y trabajo se torna vital, cada persona pueda descansar conforme a sus propias concepciones, de esta forma, retornar con un estado de salud mejorado para enfrentar otro año laboral.

* Dra. MSc. Enf. Denisse Parra-Giordano, Profesora Asociada Departamento de Enfermería Universidad de Chile

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