Cuando el 14 de abril el Partido Republicano anunció un preacuerdo parlamentario con los libertarios y los socialcristianos, lo hicieron con tres cosas en mente: lograr que, eventualmente, Johannes Kaiser baje su candidatura presidencial en respaldo de José Antonio Kast, distanciarse de la “derecha tradicional” de Chile Vamos y también aumentar su representación en el Congreso.

Y es que más allá de la carrera a La Moneda, fuentes del partido reconocen que, en su momento, cuando a principios de año y en tiempo récord se constituyó el Partido Nacional Libertario (PNL), mientras Kaiser pasaba por su mejor momento en las encuestas, en la tienda comenzó a inquietar la disputa que se podía generar en la elección parlamentaria.

El diagnóstico de los republicanos era claro: que cada tienda fuera en una lista significaría arriesgar la apuesta de aumentar su representación en la Cámara de Diputados y en el Senado, por lo que decidieron dar los primeros pasos para concretar un acuerdo con la “nueva derecha”.

Actualmente, el partido liderado por Arturo Squella cuenta con 13 diputados, mientras que en la Cámara Alta quedaron sin representantes después de que la senadora Carmen Gloria Aravena presentara su renuncia al partido. Esto, tras respaldar el informe de la Comisión para la Paz y el Entendimiento.

En ese contexto, pese a que algunos son más cautos, fuentes del partido reconocen que en los comicios de noviembre el objetivo es consolidar la presencia del partido en el Congreso y, para eso, esperan alcanzar los 20 diputados y entre dos y tres senadores.

Incluso, hay quienes tienen más expectativas y aspiran a superar a Chile Vamos en los comicios. Ese bloque, actualmente, cuenta con 44 diputados y 22 senadores.

Hace algunos meses el jefe de bancada de los republicanos, Cristián Araya, en entrevista con La Tercera, indicó que “el mínimo que nosotros esperamos en la próxima elección es sobre 20 diputados, pero obviamente hay muchos factores”.

Al respecto, el presidente de la colectividad, Arturo Squella, dijo a este medio que “nosotros, tal como lo hemos anunciado, en esta oportunidad estamos trabajando en la conformación de un pacto con los partidos Social Cristiano y Nacional Libertario, en donde esperamos lograr representación de las tres colectividades en cada uno de los distritos y lo mismo en el Senado. Y evidentemente la apuesta es crecer como partido”.

En el partido ya tienen definida una nómina de candidatos. Mientras 11 diputados buscarán la reelección, dos de ellos -Sofía Cid y Renzo Trisotti- irán a diputar un cupo al Senado, en Atacama y Tarapacá, respectivamente.

A ellos se suman algunos nombres como el propio Squella, quien irá por Valparaíso; Ruth Hurtado por La Araucanía y Cristián Vial por el Maule. En la Cámara Baja, en tanto, ya cuentan con nombres como Enrique Bassaletti, José Antonio Kast Adriasola -hijo del abanderado del partido-, Macarena Santelices, James Argo, Rafael González y Pedro Lea-Plaza, entre otros.

Los cálculos de la colectividad, en todo caso, dependerán de varios factores, explican algunas fuentes. Y es que recalcan que la mejor apuesta se está haciendo solamente con dos listas en la oposición: por un lado, republicanos, libertarios y socialcristianos y, por el otro, Chile Vamos con Demócratas.

“Creemos que el ideal para quienes estamos hoy día en la oposición es lograr presentarnos en dos listas. Nosotros ya estamos bastante avanzados en eso y esperamos que Chile Vamos pueda hacer lo mismo con Amarillos y Demócratas, que entiendo están en conversaciones también”, planteó Squella.

Lo cierto es que con Amarillos ya fuera de esa fórmula y las conversaciones con Demócratas sin avances concretos, en la colectividad no descartan empezar a presionar para que se selle ese pacto. Así lo ha hecho ya, en algunas ocasiones, el timonel del partido. Esto con el objetivo de intentar instalar que los republicanos entregan más garantías de gobernabilidad que sus pares de Chile Vamos.

Por lo pronto, otro de los factores que también se tienen en consideración es la elección del Senado en las regiones binominales. Es decir, zonas que solamente cuentan con dos cupos, tales como Tarapacá, Atacama y Aysén.

En esos lugares no descartan pactos por omisión para garantizar al menos uno de los escaños para la oposición. Esas conversaciones, eso sí, están lejos de empezar y en republicanos recalcan que se darán solo una vez que esté claro cómo se organizarán las otras colectividades de la derecha.