Por José Miguel WilsonOficialismo logra contener avance opositor en el Senado y se mantiene el empate técnico
El actual escenario no es muy distinto al que se registró en 2021, en el que Chile Vamos y quienes votaron por Gabriel Boric en la segunda vuelta presidencial estaban igualados a 24 votos. Senadores independientes y no alineados serán cruciales en la nueva gobernabilidad.

A pesar de que los tres candidatos presidenciales de derecha suman más que la abanderada del oficialismo y a pesar de la marca histórica que alcanzaron en la Cámara, las elecciones senatoriales dejaron un mal sabor en la oposición.
La nueva gobernabilidad en esta rama del Congreso, históricamente el principal espacio de entendimientos desde 1990, quedará a merced de grupos no alineados (como el Partido Demócratas), senadores independientes o bien colectividades que apuestan a representar al centro político (como Evópoli y la DC).
Si bien para aprobar una ley simple se requiere una mayoría de presentes en sala, para leyes orgánicas constitucionales y la aprobación de acusaciones constitucionales a ministros y jueces se necesitan necesariamente 26 votos (podrían ser 25 dependiendo cómo se resuelva la situación judicial de Miguel Ángel Calisto).
Para reformas constitucionales se necesitan 29 votos (28 sin Calisto), mientras que para nombramientos judiciales y cursar la destitución del Presidente de la República se requieren 33 senadores.
Este escenario no es muy distinto al que se registró en 2021, en el que Chile Vamos y quienes votaron por Gabriel Boric en la segunda vuelta presidencial estaban igualados a 24 votos. Los otros dos votos restantes, en aquella oportunidad, eran de Rojo Edwards (entonces republicano) y Bianchi.
Ese empate se rompió, sin embargo, en 2022, con el primer proceso constituyente y el cisma de la Democracia Cristiana. En aquella oportunidad, los senadores Matías Walker y Ximena Rincón renunciaron a la Falange antes de que se materializara su expulsión por haber rechazado públicamente el texto de la Convención Constitucional.
Tras ese paso, Walker y Rincón -que hasta ese minuto eran parte de un grupo no alineado como la DC-, transitaron a la oposición. Desde entonces el bloque opositor quedó con el control de la Cámara Alta con 27 de 50 senadores.
De acuerdo a esos números en esta elección, las fuerzas opositoras a Boric tenían que defender 13 escaños, pero solo lograron 12 senadores, sin contar a Calisto, quien fue elegido en un cupo del Frevs. En 2017, la última elección equivalente, en todo caso, la derecha también sacó 12 senadores.
El problema es que Calisto hoy salió en un pacto del oficialismo y está desaforado, por lo tanto, es un misterio su alineamiento político. Ni siquiera hay claridad jurídica de que pueda asumir y ejercer el cargo.
Al considerar exclusivamente a las fuerzas que se autoperciben como partidos de derecha, este sector solo cuenta con 24 escaños (sin considerar a Walker ni a Calisto).
Los senadores que fijan su domicilio en la izquierda y la centroizquierda suman 24 (incluyendo a Bianchi).
No obstante, al margen de ello, el desbalance de esta rama del Congreso quedará en manos de un grupo de senadores conformado por Walker (Demócratas), Enrique Lee (independiente Demócratas), Calisto, Sebastián Keitel (independiente hoy asociado a Evópoli), Fabiola Campillai (indep.), Karim Bianchi (indep.) y Rojo Edwards (independiente de derecha en proceso de conformación de un nuevo partido).
Por defecto Edwards, Keitel y Lee debieran aliarse a las fuerzas de derecha que apoyan a José Antonio Kast, sin embargo, ese es un tema aún en suspenso.
Bianchi y Campillai (que hoy apoya a Jara) difícilmente pactarán con la actual oposición ya que se definen en como legisladores progresistas o de izquierda.
Walker, por su parte, declaró que “yo no voto por los extremos”. “Ninguno de los dos (Johannes Kaiser y José Antonio Kast), ni tampoco Jeannette Jara, da garantías de gobernabilidad... Yo soy partidario de no hacer ningún acuerdo con la extrema derecha", dijo en una entrevista a La Tercera, agregando que la política de alianzas de su partido, “eso lo va a definir Demócratas en sus instancias”.
Nuevo Senado
El perfil que adopte el nuevo Senado es otra de las incógnitas, por la llegada de dirigentes políticos que se caracterizan por su autonomía o su estilo díscolo. Además, hay un grupo importante que nunca ejerció como parlamentario, por lo tanto, debutarán en tareas y negociaciones legislativas.
En el último período parlamentario, los senadores habían decidido congelar el ciclo de disputas por el control de la corporación, en el que se apostaba a mayorías circunstanciales con independientes y descolgados.
Originalmente, el acuerdo de gobernabilidad contemplaba repartirse dos años de presidencia para el oficialismo y la oposición, además de rotarse equitativamente la titularidad de las comisiones legislativas, que incluso son más estratégicas a la hora de apurar el ritmo legislativo o bloquear ciertos proyectos.
Ese pacto se rompió en 2024, porque el oficialismo se resistió a entregar sus asientos en la Comisión de Hacienda, por lo que, en represalia, las bancadas de Chile Vamos y Demócratas no apoyaron la elección del senador Pedro Araya (PPD) como presidente de la institución y, en su reemplazo, eligieron a José García (RN).
En 2025, el oficialismo apoyó la elección de Manuel José Ossandón (RN), para dividir a la oposición que mayoritariamente respaldaba a Felipe Kast (Evópoli).
Pese a las rencillas que provocaron ambas definiciones, el acuerdo se mantuvo en la distribución de cupos en comisiones, lo que aseguró que al menos un clima de gobernabilidad y de entendimientos.
Nuevos rostros y liderazgos
Dado que en el Senado solo se renueva 23 de los 50 escaños y dado el retiro por límite a la reelección de figuras como Juan Antonio Coloma Correa (UDI), José García Ruminot (RN), Jaime Quintana (PPD) y Ricardo Lagos Weber (PPD), inevitablemente se dará una renovación de liderazgos.
En la Cámara Alta, por lo general, la antigüedad constituye grado, y los senadores que ya están en su segundo período tienen una posición privilegiada para asumir el liderazgo de la corporación. Ellos son los mismos Ossandón (RN) y Araya (PPD), además de Carlos Kuschel (RN), Iván Moreira (UDI), Alfonso de Urresti (PS), Ximena Órdenes (indep. PPD), Francisco Huenchumilla (DC) y Yasna Provoste (DC).
Además, por sus antiguos y actuales roles en jefaturas partidarias, un papel protagónico también podrían ejercer otros legisladores como Paulina Vodanovic (PS) y Javier Macaya (UDI).
Dentro los rostros nuevos que llegan a la Cámara Alta, debido a su peso electoral, ya sea por número de votos o porcentaje, destacan Karol Cariola (PC), Andrés Longton (RN), Beatriz Sánchez (Frente Amplio), Daniella Cicardini (PS) Rodolfo Carter (indep. republicano), Arturo Squella (republicano), Renzo Trisotti (republicano), Cristián Vial (indep. republicano), Vanessa Kaiser (libertaria) y Andrea Balladares (RN).
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