Piñera marca distancia de Bolsonaro por críticas a Bachelet

Imagen-BOLSONARO,-Jair

Alusiones al régimen militar y al padre de la exgobernante llevaron al Mandatario a hacer un llamado de atención a su par brasileño y señalar que no compartía sus palabras. En la oposición exigieron una protesta aún más enérgica.


Se subió al avión poco antes de las 9.30 sin saber que el contexto de su visita a Brasil cambiaría bruscamente antes de siquiera aterrizar en ese país. Lo que en el papel no era más que una bilateral con su contraparte Ernesto Henrique Araujo -y después con el gobernador de Sao Paulo, João Doria-, para el canciller Teodoro Ribera se sumó la incómoda urgencia de llegar a encarar el impacto y los efectos de lo que salió del teléfono celular de Jair Bolsonaro a sus cuentas de Twitter y Facebook.

A través de ambas redes sociales, el mandatario brasileño había cuestionado con dureza las declaraciones de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quien afirmó que el "espacio democrático en Brasil se estaba reduciendo" y alertó sobre la violencia policial, asegurando que "entre enero y junio, solo en Río de Janeiro y Sao Paulo, 1.291 personas habían sido asesinadas" por esas fuerzas.

"Michelle Bachelet, siguiendo la línea de (Emmanuel) Macron, entrometiéndose en los asuntos internos y la soberanía brasileña, ataca a Brasil en la agenda de derechos humanos y a nuestra valiente policía civil y militar", fue el primer mensaje de Bolsonaro.

El segundo posteo, refrendado en una rueda de prensa, fue aún más rudo: "Bachelet también dice que Brasil pierde espacio democrático, pero olvida que su país no es una Cuba gracias al personal de Pinochet, que derrotó a la izquierda en 1973, entre estos comunistas a su padre, militar de la época".

Así, la reacción de Bolsonaro bastó para que en una sola mañana se torciera el rumbo de la agenda política chilena. Tanto, que a esas alturas, en la Cancillería daban por descontado que lo primero que tendría que hacer Ribera al aterrizar en Brasil -lo que ocurrió poco antes de las 13.30 horas- sería liderar una respuesta oficial a los dichos de Bolsonaro.

Mientras que en el Edificio Carrera lamentaban lo "muy inoportuno" de lo sucedido, en La Moneda señalaban que el brasileño "se había excedido" y que había provocado varios efectos.

Uno de ellos, lograr que en una sola mañana la oposición se uniera y encontrara un motivo para descargarse contra todas las señales de apoyo que el gobierno de Sebastián Piñera ha entregado a Bolsonaro desde el día de su asunción, emplazando a una protesta enérgica contra su homólogo.

Parlamentarios y excancilleres, como José Miguel Insulza e Ignacio Walker, exigieron una rápida respuesta a la "muy grave ofensa contra la expresidenta y contra la República de Chile", mientras que diputados del Frente Amplio pedían que el canciller regresara a Chile si Bolsonaro no se disculpaba. Incluso, desde Chile Vamos cuestionaron la actuación del presidente brasileño.

La distancia de Piñera

En este escenario convulsionado, el propio Presidente Piñera -quien recién el lunes de la semana pasada había estado con Bolsonaro en Brasil- decidió dar a conocer la postura del gobierno.

Tras reunirse con los ministros Andrés Chadwick y Cecilia Pérez, además del jefe de asesores del segundo piso, Cristián Larroulet, para discutir el alcance de la respuesta y coordinarse telefónicamente con el canciller Ribera, Piñera ofreció un punto de prensa en el Patio de Los Naranjos de La Moneda.

En dos minutos y sin contestar preguntas, el Mandatario tomó distancia con su par brasileño, quien se ha transformado en uno de sus principales aliados en Sudamérica.

"No comparto en absoluto la alusión hecha por el Presidente Bolsonaro respecto de una expresidenta de Chile y, especialmente, en un tema tan doloroso como la muerte de su padre", afirmó Piñera.

Y agregó que "sin perjuicio de las distintas miradas que pueden existir respecto de los gobiernos que tuvimos en los 70 y 80, siempre estas visiones deben expresarse con respeto por las personas".

Pese al llamado de atención, Piñera también cuestionó el informe emitido por la repartición de Naciones Unidas encabezada por Bachelet. Y es que la decisión de Palacio -dicen en el gobierno- fue marcar una distinción entre su figura de exmandataria y su actual rol en el organismo multilateral.

"Las declaraciones emitidas por la alta comisionada deben ser debidamente justificadas con los antecedentes y las evidencias que corresponden, las que no fueron públicamente acompañadas en esta ocasión", afirmó Piñera.

Tras el punto de prensa del Mandatario, la Cancillería liberó un comunicado y un video con las declaraciones del ministro Ribera. Ahí, el canciller destacó la figura de Bachelet en la "construcción del Chile actual", y sobre su función en la ONU agregó que "los informes y declaraciones elaborados por la alta comisionada, debidamente justificados y con adecuadas evidencias, corresponde ser analizados por dicha organización y los Estados mencionados".

Además, remarcó que "Chile y Brasil tienen intereses comunes y una relación histórica que trasciende coyunturas y gobiernos", y que uno de los objetivos de su visita a esa nación era "acrecentar" esa relación de "amistad y colaboración".

Oposición disconforme

"Lamentable que el Presidente no haya sido categórico en relación a las declaraciones de Bolsonaro", dijo el presidente de la Cámara, Iván Flores (DC), dando cuenta de que en la oposición no quedaron conformes con la respuesta de Piñera a su par brasileño.

José Miguel Insulza, de hecho, pidió al gobierno una "protesta más enérgica y formal", mientras que los senadores de su partido presentaron un proyecto de acuerdo para solicitar al Presidente Piñera transmitir por vías diplomáticas el malestar generado tras las palabras de Bolsonaro.

Con todo, desde el gobierno desestimaban hoy el envío de un reclamo, argumentando que la respuesta de Piñera era tan válida como una nota por escrito.

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