5.255 millones de dólares sumaron los envíos chilenos a China en 2006, un 8,8% de nuestras ventas al mundo.

En octubre de ese año entró en vigencia el  Tratado de Libre Comercio  (TLC) entre ambas economías, lo que marcó un antes y un después en nuestras relaciones y llevó al gigante asiático a convertirse en el primer socio del país en estas lides.

¿Qué ocurrió? Salvo el retroceso registrado en 2008, generado por la crisis económica mundial, los envíos domésticos hacia la segunda potencia económica mundial más que se triplicaron desde la firma del TLC, llegando a los US$18.601 millones el año pasado, representando ahora el 22,8% del total de los  envíos. Por ello, hoy se habla de la chinodependencia.

Una situación similar ha ocurrido con las importaciones, que lejos de apartarse de este fenómeno, han aumentado anualmente, en promedio, en una tasa de 26% desde el año 2005, previo a la entrada en vigencia del acuerdo.

Con todo, el año pasado el intercambio comercial entre ambas naciones alcanzó los US$31.297 millones, con China como principal socio comercial de Chile alcanzando una participación del 20% del total de nuestro comercio exterior.

A todas luces, las cifras reflejan un éxito rotundo del pacto bilateral en el intercambio de bienes. Sin embargo, la tarea pendiente del TLC apunta a elevar las tasas de inversión entre ambos países.

De acuerdo con un estudio realizado por la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), “las relaciones bilaterales en esta materia no han exhibido el fuerte incremento que caracteriza a los tratados comerciales, alcanzando el stock de las inversiones bilaterales a sólo US$106 millones”.

En efecto, cabe destacar que la cifra a la que se refiere el estudio corresponde al período comprendido entre 1974 y junio de 2012, de los cuales US$101 millones corresponde a la inversión acumulada materializada en Chile proveniente desde China, lo que equivale al 0,1% del total invertido en el país.

Sin duda, una cifra ínfima, por lo que las autoridades nacionales apuraron las negociaciones para cerrar finalmente el acuerdo suplementario de inversiones con sus similares chinos, en el marco de la cumbre Apec realizada en Rusia este año, concluyendo así el ciclo iniciado en 2005.

Acuerdo que incorpora modernas normas relativas a la expropiación, tratamiento de la inversión garantizando un nivel mínimo conforme a la costumbre. Adicionalmente, el trato incluye normas de alto estándar en los procedimientos de arbitraje, incorporando un mecanismo de solución de diferencias inversionista-Estado, que le otorga al primero la posibilidad de recurrir a un arbitraje internacional en caso de cualquier incumplimiento.

Asimismo, tras la visita a Chile del primer ministro de la República Popular China, Wen Jibao, los mandatarios acordaron elevar la relación a una Asociación Estratégica, en el cual se estableció un mecanismo de diálogo entre ambos países para favorecer y fortalecer las inversión es entre ambas economías.

En esta línea, las últimas cifras de inversión extranjera directa informadas por el CIE, son un buen apronte para lo que viene.

Según el organismo dependiente del ministerio de Economía,  entre enero y octubre de este año por primera vez China figura entre las diez primeros solicitantes de inversión hacia nuestro país, por US$219 millones situación que destacó el vicepresidente ejecutivo del CIE, Matías Mori. “Esto es reflejo del trabajo que como gobierno hemos realizado para atraer inversionistas asiáticos en general y chinos en particular, y estamos seguros que serán las primeras señales de una presencia constante en el futuro”, afirmó.

Pero también hay otro desafío que le quita el sueño a los expertos del país, que se refiere a la necesidad de diversificar los productos de exportación hacia China, debido a que conforme a la complementariedad de ambas economías, la composición de los envíos nacionales está muy centrada en los embarques mineros. De esta forma el 2011, el 88% de las exportaciones al gigante asiático fueron productos de este tipo, cifra que se situaba en 86% en el 2005, mientras que el cobre ha pasado a representar el 81% el año pasado, un punto porcentual más que hace  7 años.

De todas formas es justo acotar que el resto de las exportaciones sí ha exhibido un importante crecimiento entre 2005-2011, a una tasa promedio anual de 21%, representando el 7% del total de envíos en 2011.