David Dollar: “La economía china básicamente está regresando al punto previo al virus”

David Dollar: “La economía china básicamente está regresando al punto previo al virus”

El economista de Brookings anticipa que en ese marco el alza en el cobre es sostenible. -Además, asegura que la potencia asiática podrá seguir adelante con las reformas que la consolidan como una economía de libre mercado.


El reciente rebrote en Beijing es “francamente muy acotado” e incapaz de detener la reactivación de China, de acuerdo con David Dollar, exemisario económico del Tesoro en China, exdirector de China para el Banco Mundial y coautor junto a académicos chinos del recién estrenado libro de Brookings “China 1949: Los desafíos de una potencia en ascenso”.

Desde su punto de vista la veloz recuperación convertirá al país de nuevo en un motor económico, de lo cual ya da muestra el incremento observado en el cobre, el cual, a su juicio, puede ser sostenible.

¿Cómo evalúa el desempeño chino en el marco de la emergencia por coronavirus?

-Cuando el virus emergió por primera vez en diciembre y enero, China desperdicio dos o tres semanas antes de que el liderazgo realmente reconociera lo que estaba sucediendo, pero después de ese retraso, tomaron medidas bastante contundentes. La economía se cerró por cerca de un mes y parece haber logrado contener el virus. Si bien hubo un rebrote recientemente en Beijing, francamente fue muy acotado.

En términos generales, han hecho un buen trabajo y la prueba de eso es que la economía se está reactivando velozmente. Tuvieron contracciones muy severas en el primer trimestre pero en el segundo la economía china básicamente está regresando al punto en que se encontraba previo virus. Eso es bastante positivo en relación a lo que se ve en el resto del mundo.

¿Dada esta mejora, qué papel jugará en la recuperación económica del resto del mundo?

-China jugará un rol muy útil en la recuperación del mundo. Probablemente no será un rol tan amplio como el que tuvo tras la crisis financiera, cuando desplegó un enorme estímulo que empujó la demanda de metales, de energía e impulsó a muchos países de manera indirecta.

En esta canción China definitivamente está proveyendo de algunos estímulos, pero a una escala más pequeña. Les preocupa que se ha construido mucha deuda en el sistema, por lo que están actuando con precaución, en relación a lo que han hecho países como Estados Unidos y Japón.

¿Es razonable que ofrezcan estímulos más acotados, dada la magnitud de la crisis global?

-Creo que la respuesta para la crisis anterior fue mayor de lo necesario por lo que tiene sentido que sean un poco más moderados en esta ocasión. Algunos podrán decir que han sido demasiado precavidos, pero lo cierto es que están obteniendo buenos resultados. Una cosa que caracteriza a China es que su responsables políticos son muy flexibles, por lo que si notan que hace falta estímulo en el segundo semestre procederá en consecuencia. Pero si continuamos viendo un buen ritmo de recuperación, seguirá primando la precaución.

¿En ese marco son sostenibles las alzas que hemos visto en el cobre?

-De hecho el cobre es un buen ejemplo de que China está teniendo un rol positivo en el mundo, similar al que tuvo posterior a 2008-2009. Si bien la economía China está de regreso a dónde estaba previo a la crisis por coronavirus, la recuperación es muy desigual a través de todos los sectores, pero uno de los que está en boom es el de construcción, el cual usa mucho cobre y eso es lo que está impulsando sus precios. Eso va a seguir adelante, no veo ninguna razón para que se detenga.

Las relaciones con Estados Unidos no han logrado recomponerse a plenitud. ¿Le preocupa?

-Me parece que es un gran riesgo. Si miras los últimos acontecimientos, ves que Estados Unidos sigue envuelto en conflictos comerciales, mientras que China acaba de llegar a acuerdo con los países Asean, más Japón y Corea del Sur, además, lo cual negocia un tratado comercial con la Unión Europea. China tiene la oportunidad de crear un sistema más abierto, incluyendo Europa y el Asia-Pacífico, mientras Estados Unidos está en una ruta de aislamiento.

Creo que el mejor de los mundos es ese donde China y Estados Unidos quieren mantenerse ligados al mundo y que mantengan ciertos compromisos respecto a asuntos globales. Si se enfrentan y eso significa que todo el resto va a tener que elegir entre uno y otro, eso va a ser muy difícil.

¿Es posible un desacoplamiento entre ambas naciones?

-Es verdaderamente poco realista. Esa idea no reconoce que China y Estados Unidos están profundamente integrados en el mismo sistema global. Por ejemplo, durante la guerra comercial mucho comercio se movió hacia Vietnam, viendo un rápido aumento de sus exportaciones hacia Estados Unidos. Sin embargo, eso realmente no daña a China, porque son ellos los que están exportando la maquinaria y los componentes a Vietnam.

De todas maneras puede haber algunas áreas donde hay algún tipo de desacoplamiento. Por ejemplo, Estados Unidos realmente está tratando desacoplarse en semiconductores. Cosas así se pueden hacer, pero pensar en un desacoplamiento total no es realista.

¿La China de 1949 va a ser muy distinta a la actual?

-Va a ser muy diferente. Una de las cosas que enfatizamos es que la población de China se está envejeciendo muy rápido, por la política del pasado de un solo hijo. Especialmente el número de la población de personas mayores de 85 años se va a triplicar.

Además, creo que China va a ser gradualmente en las reformas que necesita su economía. Ahí están sus desafíos. Requiere un sistema financiero más eficiente, más apertura a los mercados y creemos que seguirá avanzando en esa ruta.

Creo que para 2049 lucirá más como una economía capitalista y menos en torno a la planificación central que existía 40 años atrás. Este es un proyecto de largo plazo y para entonces ya estará más avanzado en su transformación en una economía de mercado.

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