La apuesta chilena de la viña española Félix Solís Avantis

Félix Solís.

La firma inauguró hace algunas semanas sus operaciones locales con una primera producción que será embotellada en los próximos meses. Invirtió 45 millones de euros en una bodega en el valle del Cachapoal y piensa en probar con clásicos españoles como la cepa albariño. “Sería recomendable que el país elevara el precio medio por litro exportado”, dice sobre Chile el CEO de la compañía, Félix Solís Yáñez.


“La bodega de Chile forma parte de este plan de expansión internacional y es uno de nuestros proyectos más emblemáticos”, explicita a Pulso Félix Solís Yáñez, CEO de la viña española Félix Solís Avantis. Hace algunas semanas, la firma castellanomanchega inauguró una bodega propia a un costo de 45 millones de euros en el Valle del Cachapoal.

Con ello, la hispana podrá ofrecer vinos de ambos hemisferios todo el año. “Nuestra bodega, Viña Casa Solís, tiene capacidad para almacenar más de 30 millones de litros y en ella se realizará todo el proceso, desde la elaboración de los vinos, con uva procedente de los viticultores, hasta su embotellado”, añade el empresario, miembro también de la familia controladora de la viña, que lleva más de 70 años en el negocio y es una de las 10 mayores de España.

La bodega, nueva y de última generación, como destaca el empresario, operará con un modelo de negocios similar al que la firma usa en su país, que incluye la compra de uva a viticultores locales. Producirán chardonnay y sauvignon blanc (blancos), además de los tintos merlot, cabernet sauvignon y carménère. “Incluso también se están probando Malbec y Syrah”, detalla Solís. “El Valle del Cachapoal es una zona con unas condiciones óptimas para que casi cualquier variedad pueda crecer con éxito”, sostiene, y adelanta que hasta están pensando en probar con nuevas variedades interesantes, incluidos clásicos españoles como el albariño, uno de los íconos de la industria ibérica y que se cultiva especialmente en Galicia.

El objetivo de la firma, que maneja viñedos en las zonas con denominación de origen más señeras de la industria española de los vinos (Rioja, Ribera del Duero, Rueda, Valdepeñas, La Mancha y Toro) busca aprovechar su red de distribución de 135 países para comercializar los vinos que se producen en sus territorios chilenos en todo el mundo, “además de contribuir a diferenciar los vinos de Chile del resto de Sudamérica”, puntualiza Solís.

-¿Qué característica tendrá la producción?

-Seguirá nuestras señas de identidad. Productos con una excelente relación calidad-precio a todos los niveles, en el que se busca dar respuesta a las expectativas y gustos del consumidor, siempre en el centro de nuestra estrategia. Una producción que, además, contará con los últimos avances en materia de innovación y sostenibilidad.

Proyecto “emblemático”

La casa Félix Solís es una enseña global, cuya marca Viña Albali es una de las más conocidas en el mundo, con ventas superiores a los 2 millones de cajas. La propia firma declara a la internacionalización como uno de sus pilares fundamentales y es considerada pionera en el sector vitivinícola español en ese ámbito. Empezaron a exportar en los años 60, pero fue en los 90 cuando se lanzaron al exterior. Sus exportaciones ya representan un 65% de su facturación anual. “La bodega de Chile forma parte de este plan de expansión internacional y es uno de nuestros proyectos más emblemáticos”, responde Solís por escrito a Pulso.

El otro proyecto emblemático de la firma se desarrolla en España: la construcción de una nueva bodega de crianza (envejecimiento) en Valdepeñas, completamente automatizada, pionera en el mundo, con capacidad para 130.000 barricas. “Ya hemos destinado 70 millones de euros de inversión”, destaca Solís. En 1998, fue una de las primeras de España en instalarse en China, con una planta embotelladora.

Crece “casi cualquier variedad”

Solís explica que el 95% de los 45 millones de euros de inversión prevista en Chile ya se ha realizado. El proceso productivo, que abarca hasta la elaboración de los vinos, lo terminaron hace algunos días con el fin de la cosecha y está previsto que en las próximas semanas de junio lleven a cabo la fase de embotellado. “De esta forma, las inversiones pendientes estarán destinadas al montaje de una segunda línea de embotellado”, dice Solís.

Explica que eligieron el Valle del Cachapoal después de rigurosos estudios. “Tras estos análisis, concluimos que el Valle del Cachapoal goza de una gran variedad de suelos ricos en minerales, además de la existencia de microclimas marcadamente diferentes, según la proximidad al mar o a la montaña. Juntos proporcionan condiciones lo suficientemente variadas como para que casi cualquier variedad pueda crecer aquí con éxito”, argumenta.

Durante este primer año, la producción alcanzará a los 15 millones de kilos de uva, la mitad de la capacidad, pensando en duplicar su vinos en unos años más. Su ubicación además, cercana a otros valles de alta calidad como Casablanca, Leyda, Maipo, Curicó y Maule, les permitirá elaborar vinos de esas zonas, cubriendo diferentes terrenos y condiciones de producción nacional.

Solís dice que el proceso de inversión ha sido ágil y se ha desarrollado dentro de la normalidad.

Premiunización, al debe

El ejecutivo comenta que en los últimos años el sector ha encarado una enorme transformación, debido a factores externos como el cambio climático, los conflictos geopolíticos, el Covid-19, la crisis energética o el incremento de las materias primas y nuevas regulaciones. Y que eso, sumado a los retos derivados de los cambios en los hábitos de consumo obliga a la industria a estar muy atenta para atraer a las nuevas generaciones y a un consumidor cada vez más concientizado en temas de salud y sostenibilidad. “Estos nuevos gustos y tendencias han impulsado la innovación en el sector, que está ampliando su oferta con vinos más adaptados a los nuevos consumidores”, reflexiona.

Solís también se refiere al posicionamiento de Chile en el mundo del vino y la relevancia de crecer en productos de más alto valor. “Chile es el mayor productor del hemisferio sur y, gracias a sus acuerdos y a la gran labor de comercialización llevada a cabo hasta ahora, cuenta con un buen posicionamiento en todos los países consumidores. Sería recomendable que el país elevara el precio medio por litro exportado para dotar de un mayor valor al producto final, teniendo en cuenta a lo que llamamos ‘premiunización’, ya sea a través de nuevos varietales o de nuevos procesos de elaboración y envejecimiento”.

Y agrega Solís: “Sin duda, Chile se sitúa entre los 10 primeros países del mundo en cuanto a superficie cultivada de vid, elaboración y exportaciones de vino. El vino chileno tiene un buen posicionamiento a nivel mundial y una calidad reconocida, siendo uno de los principales vinos consumidos en Reino Unido, China, Japón y Brasil, por ejemplo. No obstante, es cierto que el sector en general está sufriendo una contracción de la demanda a nivel mundial. Por ello, como decía anteriormente, es fundamental que las compañías impulsemos la innovación en la búsqueda de nuevos productos que den respuestas a los nuevos hábitos de consumo”.

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