La necesaria nueva agenda de productividad

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La trayectoria negativa de la productividad en los últimos siete años es una más que razonable razón para darle prioridad. Por ello, es una buena noticia que el gobierno anuncie una nueva agenda sobre esta materia. Eso sí, tiene el desafío de no caer en la intrascendencia.


En un contexto en el que las cifras económicas han mostrado un fuerte repunte respecto a las tasas de expansión de los últimos años, se debe hacer un esfuerzo por avanzar en iniciativas que permitan elevar el PIB potencial y tendencial. Es por ello que la creación de la oficina de la productividad que el gobierno pretende anunciar este viernes es una buena noticia.

De acuerdo con lo explicado por el ministro de Economía, José Ramón Valente, esta semana presentarán una nueva Agenda de Reimpulso Productivo, cuya finalidad es guiar, revisar y simplificar las regulaciones actuales o futuras para dinamizar la inversión y el emprendimiento. Esta agenda contendrá diversos insumos de gobiernos anteriores, así como también nuevas ideas preparadas por el futuro equipo de la Oficina de Productividad, instancia que será de carácter permanente.

Otro de los puntos de esta agenda será instaurar los informes de productividad para la presentación de todos los proyectos de ley, y no sólo para algunas iniciativas económicas como es actualmente.

Esto es relevante puesto que dentro de la Ocde, Chile es el sexto con mayores barreras al emprendimiento. Por ello, una agenda y oficina le dan un peso específico más que necesario.

De hecho, una de las debilidades que ha presentado nuestra economía es la productividad. En 2017 el país completó un período de siete años de cifras negativas en productividad. Según el informe anual de la Comisión Nacional de Productividad (CNP), la Productividad Total de Factores (PTF) cayó entre 0,1% (ajustada al ciclo por asalariados) y 0,7% (ajustada al ciclo por ocupados) en 2017. La baja ley de cobre y un precio más bajo que en años anteriores afectó, aunque también el resto de la actividad mostró cifras exiguas.

De todos modos, si la iniciativa no contiene medidas relevantes para la ganancia de eficiencias, que sean valoradas por los distintos agentes del mercado, corre el riesgo de caer en la categoría de intrascendente. Es de esperar que no se pierda esta oportunidad para, poco a poco, ir marcando una señal clara desde el Ejecutivo que permita avizorar un crecimiento de largo plazo mayor. Será clave que parte importante del trabajo de la nueva oficina sea modernizar el Estado.

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