La oportunidad de los recicladores de base

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A casi dos años de la promulgación de la Ley de Responsabilidad Extendida al Productor (Ley 20.920), cuyos reglamentos aún se encuentran en etapa de discusión, tanto en el sector público como en el privado, se evidencia una creciente sensibilidad institucional en relación con la gestión de los residuos.

Los objetivos planteados por la Ley, -disminuir la generación de residuos e instaurar la responsabilidad extendida del productor-, requieren necesariamente la articulación y compromiso entre todos los actores vinculados en la cadena de generación de residuos (empresas productoras, municipios, comunidad, gestores de residuos, entre otros), para que la Ley no quede como una declaración de principios.

Un primer paso para que se produzca la implicación de los actores relevantes, es que estos cuenten con claridad respecto de los objetivos de la Ley. El cómo, cuándo y dónde serán implementados los cambios, no son conocidos ni claros en los diversos sectores, consecuencia natural al no estar establecidos todos los reglamentos.

Pero en paralelo a las resoluciones administrativas, es necesario que se produzcan ciertos cambios orientados a fortalecer la industria del reciclaje, para preparar el terreno para las nuevas exigencias que propone la Ley, en ámbitos que todavía se encuentran rezagados como la capacidad de gestionar y recuperar los residuos a gran escala; el desarrollo de una industria de valorización de residuos más competitiva y con capacidad de aumentar el volumen y diversificar los materiales a procesar, y en definitiva, invertir en educación que permita un cambio cultural en la ciudadanía, para promover el consumo responsable y conductas que faciliten la recuperación de materiales susceptibles de ser valorizados, en donde un eje debería ser la separación de origen.

En esta línea, los recicladores de base -a través del Movimiento Nacional de Recicladores de Chile (MNRCH)- en alianza con el Ministerio de Medio Ambiente, Chile Valora, municipios, empresas privadas y otras organizaciones, desarrollaron una estrategia de certificación de competencias y difusión de los nuevos desafíos que implica la ley para el gremio, lo que ha permitido, contar con 149 que estarán certificados en el mes de mayo. Con esto se busca profesionalizar y formalizar la labor de los recicladores, y cumplir con una de las exigencias que determina la Ley, en el nuevo rol de los recicladores de base como Gestores de Residuos.

En esta línea, Cempre Chile -viene desarrollando un conjunto de acciones que apuntan a apoyar la formalización del trabajo de los recicladores de base, reconociendo su experiencia en la recuperación, almacenamiento y comercialización de los materiales, labor que han desarrollado durante décadas, lo que les permite contar con el conocimiento y capacidad para proyectarse como gestores de residuos, y, en definitiva, ser facilitadores en la implementación de las problemáticas que encierra la Ley.

Pero esta tarea no es sencilla, pese a que algunos recicladores ya cuentan con lugar de acopio y vehículo para el transporte de residuos -incluso con la autorización ambiental y sanitaria para operar-, la mayoría del gremio carece de los recursos para poder formalizarse y ofrecer un servicio en las condiciones que va a requerir la industria.

Uno de los caminos a seguir profundizando, debería apuntar a que se reconozca el valor de los recicladores en la cadena de valorización de residuos, y desde ahí, se generen estrategias desde el sector público y privado, cooperativamente, que apunten a mejorar las competencias, recursos técnicos y económicos, para robustecer la logística, trazabilidad y, en definitiva, todas las aristas del modelo de negocio, por medio del acompañamiento profesional y técnico, que permitan poseer sistemas de gestión para registro y trazabilidad, lugares de acopio y acceso de transporte adecuados para los nuevos estándares exigidos.

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