Tesla no lo pasa bien. Ayer, el fabricante de autos eléctricos reportó una caída de sus ventas por segundo trimestre consecutivo y hoy sus acciones sufrieron una dura caída.

Al cierre de las operaciones en Wall Street, los papeles de la compañía bajaron 8,2%, hasta los US$ 305.

Y el futuro inmediato no se ve demasiado auspicioso, en palabras de su propio fundador, el magnate Elon Musk.

En una conferencia telefónica tras la presentación de los resultados, Musk dijo que Tesla “probablemente tendrá algunos trimestres difíciles” por delante como resultado del vencimiento de los créditos fiscales federales para vehículos eléctricos.

“No digo que lo haremos, pero podríamos”, afirmó Musk.

La firma estadounidense reportó este martes que registró ganancias por US$1.172 millones el segundo trimestre, cifra inferior en 16% a la anotada en el mismo periodo del año pasado.

Los ingresos de la compañía, que enfrenta una durísima competencia tras la arremetida de los autos chinos, cayeron 12% a US$22.496 millones, cifra que además resultó menor a los US$22.740 millones que esperaba el mercado.

El retroceso se explicó principalmente por la baja de 16% en los ingresos del segmento de automóviles los que totalizaron US$16.661 millones.

“Las cifras hablan por sí solas”, dijo Ross Gerber, consejero delegado de Gerber Kawasaki Wealth and Investment Management e inversor de Tesla.

“Son malos para una empresa en crecimiento, que no está creciendo”, dijo el ejecutivo citado por la agencia Reuters.

Los resultados, además, se producen luego de la incursión política de su fundador. Hay que recordar que el millonario jugó un papel clave en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) durante la administración del presidente Donald Trump y ha respaldado al partido ultraderechista alemán AfD.

En los últimos meses, los dos antiguos aliados se han enfrentado por el proyecto de ley de gastos del presidente. Desde entonces, el empresario anunciado que está formando su propio partido político.