Los padres de la ciencia moderna que correrán el telón

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Sus teorías revolucionaron las bases del conocimiento humano, mientras sus vidas eran eclipsadas por el obsesivo y solitario estudio del universo. Al reestreno de La desobediencia de Marte, de Juan Villoro, centrada en los astrónomos Brahe y Kepler, dos nuevas obras indagarán en las luces y sombras de Charles Darwin y Albert Einstein.


"¿Qué hace este desconocido extranjero aquí, en nuestra iglesia?", se habrán preguntado los habitantes del archipiélago de Chiloé. Era fines de 1834, y un joven británico de 25 años con estudios de medicina, además de flora y fauna, había zarpado desde Plymouth, al sur de Inglaterra, a bordo del HMS Beagle, rumbo a tierras desconocidas. Así y todo, y ante el asombro de los fieles que esa mañana lo miraron de arriba a abajo, el mismo muchacho, Charles Darwin (1809-1882), parecía más interesado en los insectos que se habían instalado en las vigas de la antigua construcción de madera en lugar de rendir culto y guardar silencio.

El viaje que lo trajo desde Europa había sido largo, de casi tres años. Pero ya instalado en Chile, Darwin se reunió el 28 de octubre de ese mismo año, en Santiago, con el naturalista francés Claudio Gay, quien llevaba algo más que eso recorriendo el país, empecinado en estudiar su historia natural. El encuentro, del que se tiene escasos antecedentes, terminó con el traspaso del detallado informe que este último había elaborado para su famoso atlas. Pero ahora, una ficción que pretende proyectar la desconocida relación entre ambos científicos, verá la luz este viernes 13 de abril, en el marco del Festival Puerto de Ideas Antofagasta, con el estreno de Darwin: Un día espléndido.

Escrito por Andrés Kalawski, historiador y director del Teatro UC -donde el montaje sumará funciones durante el año-, el mismo texto reúne en escena a los actores Héctor Morales y Juan Pablo Peragallo bajo la dirección de Verónica Tapia. "El tono es bien cercano a la comedia, y cuando empecé a indagar en la relación hermanable y divertida que ambos habían tenido, propuse a Peragallo, con quien ya habíamos trabajado juntos y en base a científicos en Zoo (2013), dirigidos por Manuela Infante", dice Morales.

La acción transcurre en tres planos, explica el intérprete: "El de ese encuentro real, en 1834; en una ficción que acontece en Chiloé, donde se topan con dos indígenas que los acusan de brujos y amenazan de muerte, y finalmente en 2018, cuando un científico -interpretado por él mismo- da una conferencia sobre sus motivaciones y cuestionándose lo que pocos se cuestionan, al igual que Darwin", agrega Morales, quien en agosto estrenará, también en el Teatro UC, una versión local de Relatividad (2017) del estadounidense Mark St. Germain, protagonizada por el mismísimo Albert Einstein (1879-1955).

Egos y encrucijadas

En 1933 y temeroso por su vida, el Premio Nobel de Física de 1921 dejó su Alemania natal para instalarse en EEUU, donde vivirá el resto de sus días tras unirse al Instituto de Estudios Avanzados de la U. de Princeton. Sospechoso de militar en el Partido Comunista en los años más álgidos de la caza de brujas, "un paranoico Einstein", como se lee en una elogiosa crítica publicada por The New York Times, recibe en su oficina a una aguda reportera que ha venido en busca de verdades, particularmente una que no se revelará hasta 1986: la existencia de Liesserl, su hija perdida y concebida fuera del matrimonio.

Coproducida por The Cow Company, la pieza tendrá en su elenco a las actrices Blanca Lewin y Carmen Disa junto a actor Tito Bustamante en la piel del físico alemán, considerado el más conocido y popular del siglo XX. "Los científicos, como los artistas, entran en una obsesión con su trabajo, arriesgándose incluso a no ver los impactos de su quehacer y postergando o descuidando al mismo tiempo lo más preciado que tienen: sus propias vidas", comenta Morales.

El director Alvaro Viguera (Tío Vania), en tanto, quien hasta el próximo 28 de abril se presentará en el Teatro Finis Terrae con la reposición de La desobediencia de Marte, del mexicano Juan Villoro, añade: "Supongo que es curioso ver a este tipo de personajes, a los que conocemos más por sus teorías y aportes a la ciencia que por sus intimidades y tormentos, sorteando la vida misma". La obra estrenada en 2017 en Chile pone sobre el escenario a dos de los padres de la astronomía moderna: el danés Tycho Brahe (1546-1601) y a su discípulo, el matemático alemán Johannes Kepler (1571-1630), interpretados por Francisco Reyes y Néstor Cantillana.

Ambientada en 1600 en Praga, aunque con claros guiños al presente, la historia gira en torno al método de trabajo de ambos durante su investigación sobre el posicionamiento de las estrellas y planetas, especialmente de Marte y su movimiento retrógrado. "Ahí asoman sus roces y también complicidades", dice Viguera, y concluye: "Kepler, que era el más rupturista de los dos, solía decirle a Brahe: 'Eres el notario de las estrellas'. Se lo decía con un dejo de arrogancia, pienso, pero también con mucho cariño, lo que se traduce en una lucha de egos constante y a la vez en una dependencia familiar pocos imaginarían".

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