Laura Rodig, pionera del arte y el feminismo llega al Bellas Artes

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A casi 50 años de su muerte, la pinacoteca expone desde hoy obras que dan cuenta de la faceta creadora, educativa y política de una artista de gran compromiso social.


El gran aporte de Laura Rodig (1901-1972) no reside solo en su amplia producción artística, sino también en su compromiso social. Cruzada por el arte, el feminismo y la educación, la pintora y escultora desarrolló una obra que unió distintas facetas a lo largo de su vida.

"Ella vincula todo su quehacer con una sintonía con el pueblo", explica Gloria Cortés, curadora del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) y quien hace más de 10 años investiga la obra de Laura Rodig.

Nacida en Los Andes, Laura Rodig fue aprendiz de Virginio Arias y alentada por Felipe Íñiguez, casado con la escultora Rebeca Matte, estudió en la Escuela de Bellas Artes. La escultura, el dibujo y la pintura fueron sus especialidades; sin embargo su producción artística abarcó otro tipo de labores culturales. En 1930 fundó la Asociación de Pintores y Escultores, más tarde se desempeñó como académica y a fines de los 60 trabajó en el área educativa del MNBA.

Es ese mismo espacio el que le dedicará, por primera vez después de su muerte en 1972, una exposición individual. Lo que el alma hace al cuerpo, el artista hace el pueblo, que abre hoy, reúne pinturas, esculturas, archivos, documentos, y correspondencia de la artista. Todos elementos procedentes de colecciones públicas de espacios como la Universidad de Concepción, el Museo Regional de Magallanes, el Museo de Arte y Artesanía de Linares, el Museo Gabriela Mistral de Vicuña y el Palacio Vergara, entre otros.

"Quisimos hacer una valorización de la obra de Laura Rodig en todos los ámbitos. No separar las facetas, sino mostrar cómo se conjugan en el desarrollo de todos sus quehaceres", dice Cortés.

Vida personal

Destacada activista política en Chile y el extranjero, Laura Rodig militó en el Partido Comunista y fue una de las líderes del Movimiento Pro Emancipación de las Mujeres de Chile (MEMCH), formado en 1935. Durante los años que vivió en España, entre fines de los años 20 y comienzos de los 30, fue parte del Socorro Rojo Internacional, que prestaba apoyo a los perseguidos políticos; del mismo modo, adhirió al movimiento Mujeres contra Franco. Vinculó ese compromiso social con su obra a través de la realización de afiches o la participación en proyectos como la publicación La Mujer Nueva (1935-1941), donde escribió sobre las demandas sociales de las mujeres de la época.

También llevó adelante una labor educativa en distintos liceos del país junto a Gabriela Mistral, con quién matuvo una estrecha relación. Vivieron en Punta Arenas y posteriormente en México. Sin embargo, a pesar de los años de colaboración, Laura Rodig supo forjar sus propios proyectos vinculados al teatro infantil, a las clases de dibujo y la incorporación del arte en la formación de los niños.

"Laura Rodig es un alma hecha para admirar", escribió Gabriela Mistral sobre la pintora y escultora. Entre los archivos expuestos en el Museo de Bellas Artes hay una amplia correspondencia con Gabriela Mistral, a quien escribió durante años, enviando su obra y poniéndola al tanto de su vida, incluso cuando ya no estaban juntas. "Hay un amor profundo ahí. Eso se ve reflejado en las cartas y en las esculturas que realizó de Gabriela. Ella no se olvida nunca, no se desvincula nunca de ese amor", cuenta Gloria Cortés.

En lo estrictamente artístico, la obra de Laura Rodig, caracterizada por la utilización de materiales frágiles, también modificó su estilo artístico fuera de Chile. Entre 1922 y 1923 vivió con Gabriela Mistral en México, país donde conoció la obra de los muralistas Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Esa influencia mexicana quedó de manifiesto en esculturas como la India Mexicana, que la llevó a ser la primera artista latinoamericana en entrar al Museo Reina Sofía. La investigadora y curadora Gloria Cortés se enteró alrededor del 2013 sobre la existencia de esta obra en ese museo, por lo que realizaron las gestiones para contar con ella en la exposición.

"De las esculturas de esa época de México, acá en Chile yo no he encontrado ninguna. Salvo que estén en alguna colección privada que no hayamos podido localizar. Por lo tanto ese tipo de obra de Laura Rodig es muy particular y no se parece en nada a lo que hizo después. Es un resultado muy fino y se logra entender por qué causó tanto impresión en España", explica.

Tanto la escultura India Mexicana, como su pintura y escultura más tradicional, hasta las cartas que escribió incansablemente a Gabriela Mistral, son parte de la muestra que se extenderá hasta el 29 de marzo en el Bellas Artes.

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