Budista, talentoso y una tensa relación con su padre: así es la película sobre Roberto Baggio

Estrenada recientemente vía Netflix, la película dirigida por Letizia Lamartire, y protagonizada por Andrea Arcangeli, relata la carrera del legendario "10" italiano, haciendo hincapié en aspectos poco conocidos de su vida. Sin embargo, aborda con dramatismo una mancha en la carrera de "Roby": el penal perdido ante Brasil en la final del mundial Estados Unidos '94.


El dolor que sentía por haber visto cómo el Brasil de Pelé, Tostao, Rivelinho y Jairzinho se quedaba con la Copa del Mundo en 1970 ante sus ojos, hacía que Florindo Baggio llevara una especie de dolor. Solo había una forma de remediarlo, y su sexto hijo, Roberto, lo supo bien. “Voy ganar la Copa del Mundo para ti”, sale como una promesa.

Eso, en la ficción.

En rigor, Baggio hijo, a lo largo de los 92 minutos que dura el filme, lo que más hace es buscar la aprobación del duro y tosco progenitor que tiene. Así se podría resumir en términos generales la trama de Roberto Baggio: el divino, la biopic sobre el recordado exfutbolista italiano que acaba de ser estrenada vía Netflix.

La ficción, es protagonizada por el actor peninsular Andrea Arcangeli, quien encarna al jugador desde sus inicios como una joven promesa del modesto club Vicenza, de su provincia natal, en el norte de Italia; hasta sus días finales, jugando como un consagrado crack en otro club modesto, el Brescia.

En la dirección, está la también italiana Letizia Lamartire (34). Este es su tercer trabajo como directora, tras Saremo giovani e bellissimi (2018) y la serie Baby (2018).

La tensa relación padre-hijo queda de manifiesto casi de inmediato. Y acá, advertimos que en adelante pueden haber spoilers a lo largo de esta nota.

Cuando el jovencísimo Roberto, en la mesa delante de su familia, anuncia que ha sido traspasado a la Fiorentina, con 18 años. El progenitor (Andrea Pennacchi), solo atina a decirle un seco “pagarás las ventanas que rompiste en el taller”, en referencia a cómo desde niño el jugador ya iniciaba su romance con el balón.

Todo por un penal

Sin embargo, el eje central de la película es la participación de Roberto Baggio en la selección italiana durante la Copa Mundial de fútbol de Estados Unidos 1994. “Roby” fue clave para la escuadra dirigida por Arrigo Sacchi (interpretado por Antonio Zavatteri). Gracias a él, Italia doblegó a una durísima Nigeria en octavos de final, a España en cuartos y a Bulgaria en semifinales. El calvo estratega lo tiene claro y se lo dice: “Para nosotros era como Maradona para Argentina”.

Eso sí, la buena onda no alcanza. Los roces surgen entre ellos debido a decisiones tomadas por el entrenador que Baggio, como la figura del equipo, no entiende.

Sin embargo, el filme hace hincapié en quizás el hito por el cual Baggio es recodado por gran parte de quienes lo vieron pisar la cancha, ese caluroso 17 de julio de 1994, en Pasadena, Los Ángeles. Italia iba abajo 3-2 en la inédita definición a penales de la final del mundial contra el Brasil de Dunga, Bebeto y Romario. El “10″ italiano tenía la responsabilidad del último tiro, si convertía, la tanda de penales se alargaba, sino, el trofeo iba a tierras sudamericanas.

El resto es historia conocida. En su biografía, el mismo Baggio lo contó así: “Cuando fui hacia el punto de penalti estaba todo lo lúcido que se puede estar en esos momentos. Sabía que Taffarel se tiraba siempre, por eso decidí tirarlo al medio, a media altura, justo para que no pudiera despejarlo con los pies. Era una elección inteligente. Sin embargo, el balón, no sé cómo, se elevó tres metros y se fue arriba. He fallado pocos penaltis, pero cuando los fallaba me los paraban, no se iban a las nubes”.

Y a renglón seguido añadió: “Fue el momento más duro de mi carrera, me condicionó durante años. Todavía sueño con él”.

Tal como le pasó a Carlos Caszely por el fatídico penal errado contra Austria en 1982, el filme explora cómo la mancha de ese penal perdido acompañó a Baggio hasta el final de su carrera. Como una sombra que se negaba a dejarlo pese a sus intentonas por escapar.

Andrea Arcangeli, como Roberto Baggio.

Un crack budista y una cuidada producción

Un aspecto poco conocido para el hincha promedio, y que era conocido solo por aquellos más fanatizados del balompié, es que Roberto Baggio es budista. Y no fue algo que decidiera de adulto, sino desde muy joven, nada más al lesionarse la rodilla justo cuando su traspaso a la Fiorentina se había concretado. Ahí fue clave un amigo, Maurizio (Riccardo Goretti).

Pero no solo fue él mismo quien adoptó la religión de Siddartha Gautama, también su esposa, Andreina (Valentina Bellè), quien tiene un rol muy secundario en el filme.

Del largometraje, también hay que rescatar el cuidado trabajo de caracterización y de producción, algo que en las producciones audiovisuales asociadas a deportes suele quedar relegado a segundo plano, o cometiendo errores garrafales. Los uniformes son idénticos a los de la época, y las caracterizaciones no fallan. Arrigo Sacchi, por ejemplo, efectivamente queda muy similar al original.

Arrigo Sacchi (Antonio Zavatteri) y Roberto Baggio (Andrea Arcangeli), en la película.

Otros filmes

Roberto Baggio: el divino, se suma a otras producciones audiovisuales donde jugadores tienen el protagonismo. En febrero, la “gran N” estrenó el documental Pelé, que hace hincapié sobre la relación de “O Rei” con la dictadura brasileña. También en la “Gran N” aparecieron Apache: La vida de Carlos Tevez (2019), una serie basada en el crack argentino; Antoine Griezmann: Nace una leyenda (2019), documental sobre el futbolista francés; Anelka, el incomprendido (2020), también documental; y por supuesto, la película Mi amigo Alexis (2019), sobre el delantero tocopillano.

En tanto, en Amazon Prime Video se encuentra el documental El corazón de Sergio Ramos (2019).

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