Anne Carson y la nueva vida de una tragedia
La destacada poeta canadiense ha desarrollado un interés en la cultura griega clásica, que la ha llevado a traducir al inglés tragedias de la antigüedad. La última de ellas fue la Antígona, de Sófocles, aunque con un título nuevo y algunos cambios. En Chile, ya se encuentra disponible en castellano con una traducción hecha en el país.
No solo es una destacada poeta. Eterna candidata canadiense al Premio Nobel, conocida por sus descomunales libros La belleza del marido y El ensayo de cristal, Anne Carson también ha desarrollado un genuino interés por la cultura griega clásica. De hecho, en más de una oportunidad ha comentado que su interés por la poesía se debió a un encuentro con los intensos versos de la poeta griega Safo, cuando era una quinceañera en Ontario. Era una edición bilingüe la que la cautivó.
“Yo era una adolescente desafecta necesitada de estímulos. La visión de las dos páginas yuxtapuestas, una de ellas un texto impenetrable pero de gran belleza visual, me cautivó y me compré el libro. Al año siguiente destinaron a mi padre a otra ciudad igual de aburrida, pero lo que me salvó fue que en el instituto había una profesora de latín, una mujer excéntrica, que cuando supo de mi interés por aprender griego se ofreció a darme clases a la hora del almuerzo. Se llamaba Alice Cowan y le debo mi carrera y mi felicidad”, recordó al mautino español El País, en mayo de 2019, en una de las pocas entrevistas que ha concedido.
Ese bichito del mundo heleno jamás se le fue. Por ello, ingresó a la Universidad de Toronto, donde sacó su Bachelor of Arts y maestría en lenguas clásicas. Posteriormente cursó un doctorado en la Universidad de St. Andrews, Escocia. Para esto último, hizo su tesis justamente sobre Safo.
De ahí el interés de Carson por el griego. “Es un idioma diferente a los demás, mejor. Es como si alguien te pusiera en las manos una lengua que sólo tuviera una hora de vida, un ser vivo todavía cubierto de rocío”, dijo a El País. Además, como confesó en una charla con la revista canadiense Brick Magazine, de 2014, que una de las cosas que más disfruta hacer en la vida es traducir.
“La actividad mental de estar dentro de una traducción es algo que simplemente amo. Es como hacer un crucigrama interminable pero con un producto valioso. Y ese modo mental de rompecabezas es simplemente lo mejor”.
Carson ha hecho el trabajo de traducir obras clásicas directamente desde el griego antiguo al inglés. De esta forma, en 2012 tradujo la obra de teatro Antígona, de Sófocles, fechada hacia el 441 AC. En Tebas, el rey Creonte ha ordenado que dos hermanos que acaban de morir tengan un destino particular: uno, enterrado con honores; y el otro debe ser deshonrado y su cadáver arrojado a la intemperie, sin más. Quien le de sepultura será condenado a muerte. Una mujer, hermana de ambos, Antígona -hija de Edipo- se rebela contra este decreto y arriesgando el pellejo procede a enterrar al difunto.
Pero Carson no hizo un traspaso literal, sino que una versión propia. En los diálogos, incluyó referencias al escritor Samuel Beckett o al filósofo Georg Wilhelm Hegel, muy posteriores al tiempo original. Incluso, fue más allá e incluyó un prólogo, pero no es un texto sino que un notable poema largo, como si le mandara a una carta a la misma Antígona, que de hecho titula La tarea del traductor de Antígona.
Acaso para darle su sello, Carson tituló como Antigo Nick a su versión, haciendo referencia a uno de los personajes de la obra. Esa versión ya se encuentra disponible en castellano -en edición bilingüe- a través de la editorial chilena La Pollera. En una muestra más de la creciente tendencia de las editoriales independientes nacionales a traducir autores del extranjero desde Chile. De este modo se han puesto a disposición del público libros de Emily Dickinson, Philip Larkin o Annie Ernaux, entre otros.
Fue Bernardita Bolumburu quien asumió la responsabilidad de trasladar la Antígona de Anne Carson al castellano. No era su primera vez, ya que en 2020 tradujo la versión que la canadiense hizo de la tragedia Bakkhai, de Eurípides. “Esta fue más difícil -asegura Bolumburu a Culto-. En Antigo Nick hay una reescritura y modificación del relato antiguo mayor que en Bakkhai. Esta obra interviene y transforma el texto original y a la vez presenta un ejercicio sintáctico de supresión y elipsis que va condensando el texto y entregándole un nuevo sentido poético a través de la abstracción. Con esto la autora construye imágenes cargadas de símbolos y alegorías que son resignificadas y funcionan como puente entre el pasado y el presente”.
¿Cuáles dirías que son las particularidades de esta versión realizada por Anne Carson desde el griego?
Tiene muchos elementos sorprendentes y destacables. Es una nueva obra que es a la vez la misma y mantiene su fuerza poética profunda. Carson le escribe una carta a Antígona como prólogo, recordando a Walter Benjamin, donde la autora interpela al personaje, lo desmenuza. Al mismo tiempo exhibe la sobreinterpretación filosófica que reviste y que ha promovido su interpretación y análisis desde los tiempos antiguos pasando por los paradigmas decimonónicos para luego instalarse en el presente como un nuevo espectador del siglo XXI. De ahí entra todo el juego de lenguaje con “Nick”.
¿Con qué problemas te topaste al momento de traducir?
Es una obra difícil porque se distancia más del texto de Sófocles y en ese proceso de desarme y reconstrucción, mediado por el tránsito del griego al inglés que ya supone un ejercicio de síntesis, se producen muchos saltos, hiatos, quiebres de párrafos, diálogos, coro, etc. Y en donde cada palabra representa este nuevo texto que amplía la lectura. Por un lado, resulta muy necesario leer antes Antígona de Sófocles para comprender la versión de Carson, pero por otro, se puede simplemente llegar a este texto desde su poesía y desde su problemática filosófica. Y en este proceso semántico y estético, la autora renueva, refresca y reinstala la historia de la hija de Edipo.
Otra de las gracias de la versión, es que presenta un tono neutro. “Eso es más destacable e interesante -dice Bolumburu-. No hay ningún indicador de época que la reduzca a un tiempo determinado, puede ser pasado o presente, y presenta desde arcaísmos a términos más modernos, pero siempre transitando de un lado a otro sin fijar su relato en un contexto específico, sino rebasando esa especificidad. Y eso es lo que ratifica la capacidad de las tragedias griegas y sus problemáticas para resituarse permanentemente y seguir vigentes e incluso seguir sorprendiendo.
Ya has traducido antes a Carson, en Bakkhai. ¿Qué te parecen ambas versiones que hizo?
Bakkhai es más apegada a la literariedad del texto de Eurípides pero innova en formas y recursos visuales, construyendo caligramas y armando una cohesión entre lo visual y lo sonoro, entre la forma y el contenido. Es una obra muy bella porque se reconstruye en una especie de simbiosis a través del coro y los diálogos que se conectan con el anhelo por la naturaleza, las raíces de una historia y de una humanidad. Antigo Nick es totalmente rupturista, sarcástica, solemne y trágica. Lo notable es que en esta traducción y reescritura, aun distanciándose de la literariedad del texto original, se logra el efecto del “pathos” de la tragedia griega y se exhiben las profundidades de la condición humana.
¿De qué forma crees que esta obra dialogan con el presente?
Antigo Nick está construida a partir del diálogo con el pasado y presente, y analizar la obra de Sófocles del 441 A.C. en su diacronía es lo que le continúa otorgando un lugar tan importante en la historia de la literatura, y ser uno de los más representados y retomados hasta la actualidad. La propuesta de Carson abre espacios para resituar, disgregar y transfigurar el texto y sobre todo el personaje mismo de Antígona. Esto logra revivir eternamente a este personaje tan importante y poder asimismo otorgarle un nuevo sentido cada vez que se vuelve a leer y se vuelve a analizar.
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