Con desaires y emplazamientos: el duro primer concejo municipal de Hassler tras la fallida compra de Sierra Bella

Este miércoles, la alcaldesa de Santiago enfrentó por primera vez a los concejales luego de una dura semana tras el lapidario informe de Contraloría. Y si bien la propia edil arrancó la instancia refiriéndose a la fracasada adquisición, luego hubo poco espacio para los descargos que pretendían, sobre todo, los tres concejales que mostraron reparos a lo largo del proceso.


“Me parece importante señalar en este concejo municipal, en primer lugar, que he instruido acatar cada uno de los puntos abordados en el informe señalado por la Contraloría y particularmente que he tomado la decisión de no seguir adelante con el inmueble exclínica Sierra Bella”.

No era un concejo municipal cualquiera el que este miércoles debían sostener en Santiago. Se trataba del primero luego de la polémica y fallida compra del recinto, proceso tras el cual la alcaldesa Irací Hassler (PC) quedó muy debilitada hacia adentro y hacia afuera del municipio.

Tal como se presumía, el caso de la fallida adquisición se tomó el primer concejo municipal de Santiago a casi una semana del duro portazo de la Contraloría General de la República al proyecto que la edil pretendía fuera uno de sus grandes legados para la comuna. Y es que si bien el informe que el ente contralor emitió el jueves pasado al municipio ya había sido abordado por Hassler, algunos de los concejales ansiaban encontrarse cara a cara con la edil para hacer públicos sus reproches sobre un proceso que acusaron como irregular.

La sesión virtual comenzó a las 15 horas en punto. Y por alrededor de 10 minutos Hassler tomó la palabra para “destacar algunos de los puntos a propósito de la discusión pública que ya habían sido señalados en la conferencia anterior”.

Entre estos, la alcaldesa apuntó a que tal como lo señaló Contraloría en su informe, el concejo siempre tuvo “a tiempo y a disposición” toda la información municipal para “llevar a cabo una votación que con 10 votos a favor, una abstención y ningún rechazo”, el pasado 18 de enero había llevado a la aprobación de la adquisición del inmueble.

La autoridad creyó relevante destacar, además, las denuncias efectuadas a CGR por la modificación presupuestaria para acceder el inmueble ubicado en Santiago Centro, las cuales finalmente fueron descartadas por Contraloría, “así como también se desechó alguna necesidad que se instaló por algunas personas de pasar por el Ministerio de Hacienda para tener una autorización previa en cuanto al presupuesto municipal”. Asimismo, la máxima autoridad santiaguina ahondó que el informe del ente contralor instó al municipio para tomar acciones legales a propósito de las tres tasaciones de, según dijo, “personas expertas, quienes tendrán que dar explicaciones y argumentar en torno a las tasaciones entregadas a Santiago”.

También recalcó las medidas tomadas en contra de los funcionarios involucrados en el proyecto y los sumarios que tanto Contraloría como el municipio instruirán para identificar las responsabilidades administrativas. Eso sí, la alcaldesa cerró su discurso prometiendo a los vecinos de la comuna que “seguirá trabajando por fortalecer la infraestructura de salud pública de nuestra comuna de Santiago”.

Si bien durante el tiempo que duró esa intervención los concejales se mantuvieron tranquilos y atentos, el concejo comenzó a tomar calor a medida que los puntos en tabla -relacionados a deportes, seguridad y medioambiente- iban siendo votados y analizados por los miembros de la instancia.

Así, el punto de inflexión llegó pasada las dos horas de votaciones, cuando el concejal Santiago Mekis (RN) pidió la palabra para retrucar a su par Virginia Palma (PC), luego de que esta mencionara irregularidades en la adquisión de una cancha deportiva en la calle Zenteno de Santiago.

“Me encantó tu speech, tu potencia con este mensaje, preocupada por los recursos públicos”, comenzó Mekis. Y siguió: “Después de lo que ha pasado en el municipio con la Clínica Sierra Bella tengo que ver cada caso de lo que estemos aprobando, porque nosotros como concejales estamos acá para cuidar los recursos públicos, no solo votarlos. Usted fue una de las principales defensoras de la clínica. Usted les prestó ropa a los tasadores, dijo que eran impecables, pero Contraloría dijo que los tasadores no tenían nada que ver con lo tasado. Un sobreprecio increíble y también un principio acá”, acabó, antes de ser interrumpido por la alcaldesa Hassler, puesto que su argumento “se escapaba del punto en discusión”.

Eso sí, las palabras del concejal no pasaron inadvertidas y sacaron ronchas en la concejala Palma y el resto de concejalas que apoyó el proyecto de clínica municipal.

“‘Que se quede tranquilita’”, “‘que le prestó ropa’”... ese es el nivel de concejales que hoy tenemos. Ni tranquilita ni prestando ropa, haciendo el trabajo con convicción”, dijo de golpe la concejala Palma. Y siguió: “El trabajo de convicción es eso: jugársela por algo cuando uno está convencido de las necesidades que tienen las vecinas y vecinos”, remarcó.

Luego del acalorado enfrentamiento, que prosiguió con una seguidilla de comentarios por parte de las concejalas Yasna Tapia (CS) y Dafne Concha en defensa de Palma, la alcaldesa Hassler trató de calmar las aguas y llamó al concejo a proseguir con los puntos en votación. Finalmente, tras un concejo de tres horas, donde quedó poco espacio para las recriminaciones, la alcaldesa dio por cerrada la primera instancia pública tras, quizás, el traspié más grande de su gestión.

Junto a Mekis, los concejales opositores al proyecto, Juan Mena (Ind) y Rosario Carvajal (Ind) intentaron intervenir con el fin de opinar sobre la fallida compraventa. No obstante, fueron interrumpidos por la alcaldesa puesto que “tales opiniones se alejaban de los puntos de discusión”.

La despedida fue rápida, con una concejala -Rosario Carvajal- pidiendo unos minutos extraordinarios para hablar, los que habían sido aprobados por Hassler, pero que al final se quedó en solitario y con las pantallas del resto de los integrantes en negro. Y los micrófonos ya apagados.

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