El nuevo Plan Estratégico de Carabineros 2021-2028: vigilancia a policías de orden público y programa de “prevención de conductas no deseadas”

Foto: Agenciauno

La institución ya oficializó su nueva "hoja de ruta" de cara a los 100 años que la policía uniformada cumplirá en 2027. “Es necesario avanzar y abordar las nuevas exigencias que demanda la ciudadanía al rol del Estado y sus instituciones. Esto implica la apertura de los procesos y de la gestión de carabineros, asumiendo un nuevo paradigma de trabajo basado en la transparencia, probidad, modernización, inclusión, equidad, eficiencia y materialización efectiva de los procesos de rendición de cuentas, para lo cual se constituye y formaliza el presente Plan Estratégico de Desarrollo Policial 2021-2028 (PEDP), con miras a la consolidación del perfil del 'Carabinero del centenario'", señala el documento de 125 páginas.


Iba a ser una tarea del general Hermes Soto, director de Carabineros que en marzo de 2018 asumió como el nuevo líder de la institución, tras la salida de Bruno Villalobos. Sin embargo, Soto colgó el uniforme antes de tiempo: en diciembre de ese año, el gobierno decretó su marginación de la entidad, en el marco del denominado caso Catrillanca. Era el turno de Mario Rozas, él tendría la misión.

El general director (R), Mario Rozas, en enero de 2019 comenzó a elaborar el nuevo Plan Estratégico de Carabineros 2021-2028, enfocado en la reforma a la policía uniformada. Sin embargo, en octubre de ese año el denominado estallido social cambió las prioridades de cambio, por lo que comenzaron a ajustarse todas las instrucciones en materia de orden público.

Pues bien, Rozas tampoco terminó su mandato. En noviembre de 2020, el liderazgo de la institución fue encomendado por el gobierno al general Ricardo Yáñez, exdirector nacional de Orden y Seguridad, quien, finalmente, pudo darle forma al plan estratégico “Carabinero del centenario”.

En 125 páginas, Carabineros detalla cada uno de los puntos en que, reconoció, debe avanzar hacia una policía más moderna. “Es necesario avanzar y abordar las nuevas exigencias que demanda la ciudadanía al rol del Estado y sus instituciones. Esto implica la apertura de los procesos y de la gestión de carabineros, asumiendo un nuevo paradigma de trabajo basado en la transparencia, probidad, modernización, inclusión, equidad, eficiencia y materialización efectiva de los procesos de rendición de cuentas, para lo cual se constituye y formaliza el presente Plan Estratégico de Desarrollo Policial 2021-2028 (PEDP), con miras a la consolidación del perfil del ‘Carabinero del centenario’”, se plantea en el documento, que se oficializó mediante la orden general Nº2832.

Gestión operativa y suprimir labores extras

En la introducción del plan, en palabras del general Yáñez, se señala que “este nuevo Plan Estratégico de Desarrollo Policial, que orientará el quehacer de Carabineros de Chile hacia el futuro, busca materializar la visión integral y sistémica de la seguridad para responder a las demandas de orden y seguridad de la comunidad, con una gestión policial de alta efectividad, profesional, colaborativa, transparente y respetuosa de los DD.HH., por lo que será necesario centrar los esfuerzos en maximizar la eficiencia de las operaciones policiales y fortalecer el más importante de sus recursos, los hombres y mujeres carabineros, que son el sustento de su actividad al servicio del país”.

El proyecto de Carabineros destaca la labor preventiva que tiene la policía. Para ello, además, advierten que existen leyes que no tienen relación directa con la seguridad pública y que impactan en las labores de los efectivos de la institución, por ejemplo, las notificaciones judiciales que ordena el Poder Judicial.

“Esto provoca un importante uso de recursos institucionales, considerando que solo en el año 2018 Carabineros debió procesar 1,6 millones de órdenes judiciales de diversa naturaleza. Sobre el particular, ahora el análisis se centra en discutir la pertinencia de qué funciones pertenecen al ‘núcleo’ del quehacer de Carabineros o si podrían ser delegables, al menos de manera parcial, a actores más especializados”.

En esta misma línea, lo que propone el plan es una labor más eficaz del personal uniformado y así mejorar los índices de prevención. Esto, dado que en la policía -según plantean en el documento- existe la sensación de que las estrategias operativas se llevan a cabo una vez ocurridos los delitos, pero estiman que existe una cantidad significativa de hechos que no son conocidos y que requieren urgentemente ser abordados.

Por lo mismo, se quiere “elaborar modelos predictivos de criminalidad, que posibilitan ubicar un medio de vigilancia en el lugar y tiempo correcto. Esto se puede lograr mediante el uso de tecnologías, como por ejemplo el ‘big data’. Lo anterior contribuye a generar más acciones de prevención y mayor evidencia en caso de ocurrencia de algún delito, lo que facilita la labor policial y permite una mejor distribución de los recursos humanos y logísticos necesarios para satisfacer la demanda por seguridad de un cuadrante y el despliegue de estos en el terreno, lo que es clave para una gestión policial efectiva. En este sentido, los modelos predictivos del Departamento de Análisis Criminal de Carabineros y de sus capas de información georreferenciadas del delito han sido una gran contribución”.

Carabineros propone “un centro de estudios en materias policiales y criminológicas, mediante una alianza de largo plazo entre Carabineros de Chile y la academia”, y “fortalecer la planificación de los servicios policiales, mediante el análisis basado en la evidencia y optimizado por un modelo de programación matemática”.

Especialización de Control y Orden Público

Con el estallido social, Carabineros tuvo que poner un foco especial en las labores de Control y Orden Público. Es más, se les cambió el nombre a las históricas Fuerzas Especiales, dado que la manera de operar de estas fueron públicamente cuestionadas, incluso, muchas hoy están siendo investigadas por distintas reparticiones del Ministerio Público.

Es por eso que en el Plan Estratégico tenía que haber un apartado para esta sección, donde se plantean modificaciones y modernizaciones. “Una vez en funcionamiento la Metodología de Control de Orden Público (COP), se requerirá de un mecanismo permanente de vigilancia y ajuste normativo de los protocolos de actuación, el cual no puede estar sujeto a una revisión esporádica o reactiva, para garantizar a la sociedad que las actuaciones en estas materias se encuentren alineadas y actualizadas con los más altos estándares nacionales e internacionales. Este mecanismo definirá el criterio y modalidad de seguimiento para su periódica actualización”, dice el documento.

De esta manera, la especialización de las unidades COP se materializará a través de la creación de la “Especialidad de Control del Orden Público”, una actualización permanente de las actuaciones que regulan los procedimientos. Los medios logísticos para apoyar estas labores también serán relevantes en el futuro institucional y, por eso, también proponen un nuevo sistema para adquirir insumos, externalizando, por ejemplo, la reparación de vehículos.

“Existe un déficit de oferta respecto de la demanda de funciones policiales, que, entre personal y medios, bordea el 42% y que si bien se intenta distribuir (el déficit) de manera ecuánime entre las unidades, se generan desigualdades importantes respecto de la demanda real, con sobre y subasignaciones evidentes de recursos”, señala la nueva hoja de ruta policial.

Mejores docentes y prevención de prácticas irregulares

Ya es conocida la decisión de Carabineros, impulsada también por el gobierno y su mesa de trabajo en la Reforma a Carabineros, de aumentar a cuatro semestres la formación de los policía (antes era solo de dos), pero adicionalmente a eso, también se busca un nuevo diseño.

“Se debe perseguir una mejora en la calidad de los docentes, generando la normativa necesaria para tales efectos, como sería un Reglamento de Profesores, el cual contenga los perfiles de competencias esperadas, sus remuneraciones, perfeccionamiento, evaluación y, además, la forma de selección de estos. Finalmente, es relevante mencionar que para la materialización de todo lo anteriormente expuesto es necesaria una infraestructura acorde a los desafíos país en estas materias, es decir, se debe contar con salas de clases, bibliotecas, laboratorios, etc., además de la propia infraestructura utilizada en la habitabilidad de los alumnos”, detalla el plan.

En la institución golpearon los casos en que se cuestionó la integridad policial: Huracán, Catrillanca y, sobre todo, el millonario fraude ideado por oficiales de la institución. Por lo mismo, esta es un área donde quieren apretar algunos fisuras, mediante el “plan de prevención de conductas no deseadas”.

“En ocasiones es posible reconocer ciertas desviaciones frente a las expectativas internas y externas, las cuales van desde delitos, pasando por faltas y otras conductas que, no poseyendo los atributos anteriores, tienen un compromiso y juicio desde la mirada ética y valórica”, detalla el dossier. Acá, para evitar nuevos casos, se propone “instaurar una cultura organizacional de prevención y detección oportuna de conductas no deseadas, para lo cual implementará un modelo transversal de detección de conductas indebidas (controles cruzados), que integre la acción fiscalizadora de organismos gubernamentales, la Contraloría General de Carabineros, Dirección de Auditoría Interna, además de los controles de línea de mando y de los pares, considerando los respectivos controles administrativos, especialmente los financieros contables y las propias operaciones policiales”.

De esta manera, el programa diseñará un modelo de detección oportuna de “conductas no deseadas” y se implementarán controles administrativos y operacionales en los distintos niveles del mando policial.

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