Colo Colo no puede. Lo intenta, con intermitencia y desequilibrio en sus líneas, pero hace muy poco daño. El duelo Ñublense aparecía como la ocasión perfecta para sacudirse de tres goleadas. Otra vez tuvo que remar desde abajo y debió celebrar un esforzado 2-2 que poco puede maquillar el múltiple desastre.

Porque el equipo albo está sumido en la crisis. Se nota en el talante del equipo y en los rostros de desconcierto que muestran sus jugadores. Impotentes, sin respuestas para responder a esa exigencia autoimpuesta a inicio de temporada. Para peor, Almirón vuelve a sumar otro traspié y su continuidad en el Cacique está prácticamente sentenciada.

Encima, las circunstancias tampoco ayudan. Esa leve dosis de fortuna no llega, para un plantel y un entrenador muy cuestionados. Protagonistas que ya no tienen margen de maniobra para intentar salir del fracaso.

Todos elementos que otra vez conspiraron en la jornada del Monumental. Los problemas comenzaron antes de los 4 minutos. Gonzalo Sosa dejó solo en área chica a Matías Plaza, quien fue derribado por Mauricio Isla, penal que el juez Gastón Philippe no dudó en cobrar.

A pesar de los airados reclamos de los jugadores locales, la decisión no revestía dudas para el árbitro y tampoco para el VAR. Sosa tomó la pelota y engañó completamente a Fernando de Paul para el 1-0 de los chillanejos, a los 7’.

Tras la desventaja, los dirigidos de Jorge Almirón intentaron una reacción. Un cabezazo de Alan Saldivia contenido por el meta Nicola Pérez y otro remate desviado de Javier Correa, con el mismo expediente, entregaban una dosis de optimismo a los cerca de 20 mil hinchas que llegaron al frío de Macul.

Sin embargo, los Diablos Rojos no demoraron en evidenciar los enormes problemas defensivos de Colo Colo. Pasado el cuarto de hora, el centro al área de Bernardo Cerezo continuó en el pivoteo de Sosa para la entrada de Plaza, quien fusiló a De Paul para el 2-0.

Parecía que el campeón chileno reaccionaba frente a este nuevo golpe. A los 18’, Cristián Zavala recogía una pelota en la derecha e iniciaba la jugada que culminó con el centro para Correa, quien finalmente rompía la sequía. Sin embargo, el árbitro central anuló la conquista por falta de Saldivia a Lorenzo Reyes en el inicio de la jugada.

Una situación que encendió los ánimos entre los jugadores locales que protestaron en duros términos y comenzaron a multiplicarse las tarjetas amarillas. Los minutos pasaban, Colo Colo tenía la pelota, pero como ha sido la tendencia su juego se hacía predecible y anodino.

Ñublense, en cambio, hacía un juego más directo y vertical que hacía daño, especialmente en las bandas. De Paul salvó la tercera caída con un achique preciso ante la llegada de Sosa. En la jugada siguiente, Cerezo encontró a Patricio Rubio en el área y el cabezazo del atacante dio de lleno en el horizontal.

En los descuentos de la primera parte, en una jugada aislada cerca del área roja, Claudio Aquino no encontró receptor para una habilitación y ensayó un potente derechazo al rincón que derrotó a Pérez para el descuento de Colo Colo.

Así no alcanza

En el inicio de la segunda parte, contrario a su costumbre, Almirón decidió mover las piezas. Daniel Gutiérrez y Vicente Pizarro reemplazaron a Mauricio Isla y Esteban Pavez, respectivamente.

Colo Colo intentó adelantar las líneas y a los 50 minutos estuvo cerca de la paridad: centro atrás de Zavala y remate de Correa que tapó Pérez. Instantes más tardes fue casi calcado, pero esta vez el argentino no pudo dar con el arco, por muy poco.

Los Diablos Rojos intentaron reaccionar con un ajustado disparo de Plaza, pero el dominio de los albos empezó a hacerse más constante. Cerca de la hora de juego, Correa quedó solo frente al arco de Pérez y esta vez fue la zaga la sacó de la línea. En la siguiente, el argentino volvió a perder ante Pérez, quien salvó el gol del transandino en doble instancia.

Entonces, el partido se hizo de ida y vuelta. Un error de Vidal en la salida dejó la pelota en los pies de Rubio que abrió hacia la derecha para que Gabriel Graciani la estrella en el larguero.

Pero Correa encontró premio a su perseverancia, en la más complicada que tuvo. A veinte minutos del final, el argentino recibió en la medialuna del área y sacó un derechazo en el ángulo para el 2-2 de los albos.

En el final, la pelota pasó de lado a lado en la cancha de Macul. Sin embargo, el Cacique no consiguió las herramientas necesarias para volver a sumar de a tres con el ciclo de Almirón cada vez más cuestionado.