El chiste está en el discurso

ESTEBAN VALENCIA


Despejadas todas las dudas respecto de la capacidad para dirigir competitivamente al equipo profesional de Universidad de Chile, Esteban Valencia simboliza de alguna forma la poco certera evaluación que se tiene en nuestro medio de los jóvenes entrenadores chilenos que deben cargar con una mochila del pasado.

Ciertas evaluaciones que realizan algunos pseudo especialistas en fútbol, son dirigidas como misiles a los entrenadores chilenos, pasando por alto algunas perlitas que son interesantes de analizar, para evaluar a los de casa y a los foráneos.

Jugaron fútbol como cualquiera y la gran mayoría ha pasado por el INAF, que como pocos saben, es uno de los Institutos de Fútbol más capacitados en Latinoamérica, con una malla curricular que no tiene nada que envidiarle a Clarefontaine en Francia o a la escuela de Vichy, donde el exitoso modelo español sub 19 encuentra su génesis con el extécnico Iñaki Sáez.

Es un completo chiste malintencionado evaluar la capacidad por el color del pasaporte o colgar cualidades inexistentes en entrenadores, sólo porque Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli jerarquizaron a la Selección en la última década. Esto se compara sólo con el soberbio error de pensar que el éxito es traspasable de un entrenador a otro. Nunca más acertada que en estos tiempos, la máxima que dice que "cada técnico con su librito".

En el barro de una cancha se encuentra de todo. Existen indolentes que vienen de afuera y también los encontramos adentro. Vetado nacional e importado para diferentes bolsillos. Entonces, a la hora de disparar por el nivel del torneo criollo, dejemos el verso aprendido y metámonos en la realidad inmediata, que cuando se haga el diagnóstico sea desde el estadio y no sentadito desde la casa.

En el constante acecho hacia la propia flojera se encuentra la periódica evaluación que cada DT debe auto imponerse. El discurso y el modo de vender su propia imagen son áreas donde el entrenador chileno se ha quedado estancado, producto de una divergencia mal entendida, entre el trabajo analítico dentro de la cancha y la forma de expresar su proyecto deportivo frente a dirigentes, empresarios y medios de comunicación.

El trabajo dentro y fuera de la cancha hace tiempo que juegan juntos y en sociedad para los estrategas. El discurso frente a los micrófonos debe ser preparado igual como la estrategia para un partido y no dejarlo como algo tedioso y sin sentido, pues muchos clubes compran por lo que escuchan y no por lo que ven.

Esteban Valencia se encuentra preparado para dirigir a la Universidad de Chile, SÍ. Por qué no lo empoderan en la U, no tengo la menor idea.

Personalmente no me entusiasma ninguna defensa corporativa, sí me atrae observar la transformación de los azules, el enfriamiento del fierro caliente y el segundo tiempo que comandó Valencia desde la banca en el clásico universitario. Alejado de los discursos alambicados y los dogmas ultra ofensivos vendidos como pan caliente en los últimos años, el DT interino ha sabido aquietar y estabilizar al equipo, neutralizando momentáneamente los crecidos "egos" dentro del camarín azul.

Me parece bien que Ronald Fuentes no juegue de primera y aguante la pelotita un rato para definir al próximo entrenador. En ocasiones la elaboración larga es más efectiva y efectista que un ataque directo, sobre todo porque en los últimos proyectos, Lasarte, Beccacece, Catañeda y Hoyos, llegaron por la puerta grande y terminaron saliendo por la ventana chica.

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