El Betis de Manuel Pellegrini busca su primer título internacional. El equipo del Ingeniero finaliza su histórica temporada midiéndose ante el Chelsea de Enzo Maresca, un club en reconstrucción que tiene como entrenador a uno de los pupilos más destacados del entrenador chileno. “Lo considero una de mis figuras paternas en el fútbol profesional. Estoy donde estoy gracias a él. Trabajé con Manuel cuatro años, dos como jugador y dos como parte de su equipo. Le debo mucho de lo que he conseguido”, señaló el italiano en la antesala de la final.

La definición está programada para este miércoles a las 15 horas y enfrenta a instituciones con realidades diferentes. Por un lado, el Betis se califica como un elenco humilde. “Lo que más tenemos es ilusión por este partido”, marcando una distancia por el poderío económico al que se le suele asociar al cuadro de Londres.

Aunque su declaración encontró una respuesta, precisamente de Maresca. “Con dinero no se ganan partidos ni títulos”, lanzó el DT.

Millones, ¿en vano?

Actualmente, los Blues están bajo el alero de un consorcio liderado por Todd Boehly, empresario estadounidense que adquirió la propiedad tras la compra a Román Abramóvich, el ruso que elevó al cuadro británico al primer orden del fútbol europeo, a cambio de 3.200 millones de dólares. En el sitio oficial del club, se explica como se llevó a cabo la transacción.

“De la inversión total, 2.500 millones de libras se destinarán a la adquisición de las acciones del Club. Dichos fondos se depositarán en una cuenta bancaria británica congelada con la intención de donar el 100% a causas benéficas, según confirmó Abramovich. Se requerirá la aprobación del Gobierno del Reino Unido para transferir los fondos desde la cuenta bancaria británica congelada. Además, los nuevos propietarios propuestos destinarán 1.750 millones de libras a inversiones adicionales en beneficio del Club. Esto incluye inversiones en Stamford Bridge, la Academia, el Equipo Femenino y Kingsmeadow, así como la financiación continua de la Fundación Chelsea”, establecen.

La salida del europeo se dio luego de la invasión de su país a Ucrania, en 2022, lo que provocó que varios inversores y auspicios tomaran distancia de su figura. Además, el empresario es uno de los confidentes de Vladimir Putin.

Con la llegada de los norteamericanos, al Chelsea lo han acusado de despilfarrar dinero y elegir mal sus refuerzos. En tres temporadas han gastado 1.500 millones de dólares en jugadores, lo que los deja con un saldo negativo de US$ 900 millones ese periodo.

En ese período, han incorporado la increíble cifra de 89 futbolistas. Una parte importante de ellos fue enviada a préstamo antes de debutar. La estrategia busca aumentar su valor de mercado para luego obtener réditos económicos. Algo que de momento no ha ocurrido

Entre las operaciones más costosas figuran Enzo Fernández (137 millones de dólares), Moisés Caicedo (131 millones), Wesley Fofana (90 millones), Mykhaylo Mudryk (79 millones) y Marc Cucurella (74 millones), todos jugadores con proyección, pero por los que se pagaron cifras consideradas elevadas.

Estabilidad

Recién en el curso actual, con un plantel que finalmente quedó cerrado en 33 jugadores, encontraron cierta estabilidad. Esto llegó con Maresca en la banca, quien logró que se posicionen en el cuarto lugar de la Premier League, detrás del Liverpool, Arsenal y Manchester City, con 69 puntos. Eso los lleva a asegurar su presencia en la próxima Champions League. Un panorama distante de la temporada pasada, donde fueron sextos. El hecho de que hoy estén en la final de la Conference se da porque el año anterior no les alcanzó ni siquiera para la Europa League.

En la 2022-23, cuando recién asumió el estadounidense en la propiedad, fue peor, ya que remataron en la duodécima colocación de la máxima competición inglesa.

El pupilo de Pellegrini puso orden y deja atrás los tragos amargos que significaron los pasos de Graham Potter, Frank Lampard y Mauricio Pochettino, quienes llegaron bajo la administración actual. El DT italiano venía con poca experiencia. Solo había dirigido al Parma en la Serie B, y al Leicester, en la Championship. Pero su ascenso a la Premier fue suficiente para que apostaran por su figura. Antes fue asistente del Ingeniero en el West Ham y de Pep Guardiola en el City.

Una marca inédita

La búsqueda de este miércoles no es solo por el título de la Conference League, sino también el de una marca inédita en el Viejo Continente. De ganar, pasaran a ser el único club europeo que tiene los tres títulos internacionales vigentes en lo que a competiciones largas respectas a nivel UEFA. Tienen dos Champions League (2011-12 y 2020-21), y dos Europa League (2012-12 y 2018-19).

Es una motivación que Maresca reconoce. Y que utiliza para aleonar a su plantel. “Lo más complicado para los jugadores fue convencerlos de que ésta era la mejor competición del mundo, porque es la que podemos ganar. El Chelsea puede convertirse en el primer club de Europa en ganar todos los torneos de la UEFA”, remarcó.

“La Conference League es importante. Ha sido importante, porque es la competición en la que estamos. Si somos capaces de ganar, será bueno porque seguiremos construyendo la mentalidad ganadora. Tenemos que volver a demostrar el deseo de ganar partidos”, enfatizó el entrenador italiano.