Reproches por las suspensiones y la violencia en los estadios: el último capítulo de la tensa relación entre la ANFP y la ministra Alexandra Benado

Pablo Milad, presidente de la ANFP, y la ministra Alexandra Benado.

La titular del Deporte vuelve a arremeter contra el fútbol, ahora a propósito del clima de inseguridad en los estadios. La máxima autoridad de la actividad física en el país se muestra en contra de la intervención de Carabineros en los recintos deportivos, enfatizando el carácter privado del balompié profesional. En Quilín se quedan de una relación distante, en comparación con la que había en el gobierno anterior. Buscan acercar posiciones.



Cuando el Presidente Gabriel Boric entregó la lista de su primer gabinete ministerial, en Quilín respiraron con cierta tranquilidad. A cargo del Mindep quedaba una mujer de fútbol con toda propiedad. Alexandra Benado había practicado este deporte al más alto nivel, llegando a ser la capitana de la selección en el proceso que encabezó Marta Tejedor, que puede considerarse como el surgimiento de la generación más exitosa que ha tenido la actividad. Había entrado en la historia por haber participado en la primera gira internacional del combinado, en 1994, a India. En la Copa América de 2010, con la hispana en la banca y la jineta en el brazo, encabezó al grupo que llegó al tercer puesto. Todo un logro para una actividad incipiente.

Hoy, en Quilín, a Benado la miran con distancia. Desde su rol, la máxima autoridad del deporte nacional ha criticado al fútbol con fuerza en un par de oportunidades. En septiembre, por ejemplo, lo había hecho en una entrevista a La Tercera. “Creo que es un buen momento para revisar qué es lo que está pasando con el fútbol”, declaró. Este fin de semana, uno de los más bochornosos que recuerde el fútbol chileno, volvió a la carga “La ANFP y los clubes también tienen que hacerse responsables. Vemos que los tribunales de disciplina de la misma ANFP toman medidas concretas pero después los clubes presionan porque apelan, porque quieren que los partidos igual se jueguen con publico...hay que tener clara las responsabilidades y el rol que cumple cada uno de los estamentos en la actividad del fútbol”, le dijo a CNN, en relación al resurgimiento de uno de los principales temores que rodean al balompié chileno: la violencia en los estadios. También rechazó la posibilidad de que Carabineros retorne a los estadios, como han planteado algunos timoneles, entre ellos el de Cruzados, Juan Tagle. “El tema de la violencia y la crisis del fútbol es multifactorial, no pasa solamente porque lo abordemos con una medida pública que sería el ingreso de Carabineros nuevamente a los estadios. Yo he hablado desde Estadio Seguro con Carabineros y las Fuerzas del Orden Público, y la verdad que es tienen mucho trabajo hoy día en Chile. Pensar que tengan que entrar a un estadio para facilitar un espectáculo de carácter privado, donde los clubes y la ANFP deberían invertir en medidas de seguridad adicionales a lo que estamos viendo, me parece que no es la solución”, enfatiza, otra vez situando en el centro de la discusión la responsabilidad de los clubes y de la entidad que los agrupa. “Es muy lamentable lo que está sucediendo con el fútbol profesional en Chile. Y no viene sucediendo de ahora, sino que desde hace un tiempo. Estamos viendo no solamente problemáticas de violencia, que nosotros siempre las condenamos. No vamos a aceptar ningún tipo de violencia en los estadios y en las prácticas del fútbol sino que, además, en términos de gestión. Me parece muy preocupante que veamos hoy día suspensiones de partidos justamente porque no hay estadios o porque hay malas coordinaciones. Me parece que hay una revisión completa que debiese hacer el fútbol en general. Y en eso estamos involucrados todos los actores. No hay nadie que se pueda restar sino que, al contrario, tenemos que sumar todos y a todas para que el fútbol profesional en Chile vuelva a ser la actividad que fue en algún minuto”, insistió hoy, en declaraciones a radio ADN.

Las respuesta no son casuales. Antes de asumir, la profesora de Educación Física había establecido entre sus prioridades la separación de los organismos que encabezan al fútbol. “Puede opinar, pero esta actividad es de privados”, le contestaron.

Alexandra Benado, ministra del Deporte.

En la sede de la ANFP establecen diferencias. La referencia es más bien cercana. Se remite a la última parte de la administración de Sebastián Piñera. El parámetro es el vínculo que existía con la antecesora de Benado en la cartera: Cecilia Pérez. Al recordar la gestión de la actual directora de Azul Azul, en Quilín evocan una mayor cercanía. Si con Benado las reuniones se deben solicitar a través de la ley del Lobby, con Pérez el contacto era más fluido. “Había línea directa”, grafican. Al margen de las diferencias de estilo en la gestión, en Peñalolén apuntan que hay un elemento que puede resultar relevante en el análisis: las diferencias políticas entre el timonel de fútbol chileno, Pablo Milad, y la ministra.

Tirantez

En el ministerio enfatizan que los problemas del fútbol se han tomado con la seriedad que merecen. Cuentan, por ejemplo que se involucraron en la mesa de trabajo que la ANFP convocó en julio para el tratamiento de la violencia en los recintos deportivos. Aunque la materia recae principalmente en Estadio Seguro, el Mindep, al considerarlo un tema relevante, incluyó a un profesional de la División de Políticas Públicas y Gestión Deportiva. Sin embargo, junto con aclarar la participación en la instancia, también dan cuenta de las constantes postergaciones del diagnóstico y las medidas, que inicialmente estaba previsto para fines de septiembre. “Luego se postergó a octubre y entiendo que ahora lo corrieron para noviembre”, apunta una fuente del ministerio.

Hay otra muestra de las diferencias. A propósito de la separación entre la federación y la ANFP, materia que Benado planteó en una reunión con la entidad que rige al fútbol profesional, desde la perspectiva de abordarlo a partir de la reforma a la ley sobre sociedades anónimas deportivas, que establecería la creación de ligas profesionales, la respuesta fue enfática, se generó otro flanco. “La respuesta pública del presidente de la ANFP fue que la ministra no estaba informada porque eso se estaba trabajando hace mucho tiempo en la ANFP”, recuerdan en la repartición pública.

Sin embargo, en el Mindep establecen que se han esforzado por mantener una relación cordial. Entre varios otros, hay un tema que necesariamente los hermana: la postulación de Chile como una de las sedes del Mundial de 2030, en el marco de la candidatura conjunta con Uruguay, Argentina y Paraguay. Benado ha participado en reuniones de trabajo con las más altas autoridades de los otros gobiernos involucrados.

Pablo Milad, presidente de la ANFP.

En ese contexto es que responden a la queja que surge en los pasillos de Quilín. Dicen que no hay una relación distante, sino un vínculo cordial que se enmarca en funciones y responsabilidades institucionales. “El presidente de la ANFP planteó públicamente que no aceptaba que el ministerio coordinara las reuniones a través de la ley de lobby, porque era especial. Pero ese mismo mecanismo se utilizó para la coordinación de las reuniones que se sostuvieron con las otras federaciones”. establecen en el mismo ministerio, resaltando la condición de igualdad que se procura mantener.

Tirones de orejas

En el Mindep llevan la cuenta de los problemas que han afectado al fútbol y que justifican los tirones de orejas que ha recibido la ANFP. “El ministerio no tiene una pelea con la ANFP. Sí ha planteado que hay cosas que se deben hacer mejor. Hay una seguidilla de situaciones que afectan no sólo el deporte sino que la integridad de los deportistas. Lo de Javiera Grez, donde no había ambulancia; lo del femenino de Santiago Morning, en donde no estuvo disponible el Calvo y Bascuñán y las enviaron a jugar a una cancha sin camarines; lo de la agresión a (Martín) Parra en el Elías Figueroa (y la suspensión de la sanción a Universidad Católica de jugar sin público); lo de Palestino el fin de semana...”, enumeran, en relación a deficiencias que han sido públicas y, por cierto, notorias.

En ese contexto, vuelven a establecer que los problemas exceden a la ausencia de Carabineros en los recintos deportivos. E insisten en el concepto que más les duele escuchar en Peñalolén: las deficiencias en la gestión.

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