
Una silla en el Consejo de World Rugby y una millonaria calculadora: la hazaña de los Cóndores pone a Chile en otro nivel
La clasificación al Mundial dejó grandes noticias y un importante desafío, que elevan a la disciplina a un nuevo y poderoso estatus internacional.

El rugby chileno se encuentra hoy en una posición impensada hace siete años, cuando los Cóndores se hundían entre los peores del continente y no había un rumbo claro. Este lunes se confirmó el espectacular despegue del equipo comandado por Pablo Lemoine, que hoy lo pone como la decimoséptima mejor selección del mundo y la segunda de Sudamérica, solo por detrás de los Pumas, tras la brillante clasificación al Mundial de Australia, conseguida el último fin de semana.
Este ascenso en el ranking planetario no solo significa la mejor ubicación de la historia, sino que implica una serie de mejoras. Por ejemplo, el ascender al bombo 3, pensando en el sorteo para el Mundial. En ese sentido, las victorias contra Uruguay y Samoa fueron fundamentales para este notable salto. Pero, además, la clasificación a un segundo mundial consecutivo tiene una implicancia política fundamental, ya que permite acceder a un asiento en el Consejo de World Rugby.
“Eso es clave porque hasta hoy, especialmente después de la clasificación al Mundial de Francia, nosotros hemos sido muy intensos en nuestra presencia política a nivel del ranking mundial. Mostrar a Chile al mundo, aprovechamos muy bien los cuatro partidos que tuvimos contra potencias como Argentina, con la que hemos tenido una histórica relación, Inglaterra, Japon y Samoa”, señala Cristián Rudloff, presidente de Chile Rugby.
En ese sentido, el timonel destaca que se generaron importantes lazos con otros gigantes. “Construimos una relación política y también nos permitió acercarnos a Irlanda, a Escocia, a Sudáfrica, Nueva Zelandia, y a ahora a Australia, con quienes queremos tener una relación más estrecha desde el punto de vista competitivo”, sostiene.
El head coach Pablo Lemoine se entusiasma con esta opción. “Una posibilidad es que se haga crecer políticamente dentro de World Rugby para ganar votos de confianza y ayuda al crecimiento de los países. Creemos que hay que tener políticas de apoyo a los tier 2 porque, si no, se transforma en una carrera injusta. En todo caso, creo que esto está bien encaminado”, manifiesta.
Cómo funciona
El Consejo cuenta con un presidente, un vicepresidente e integrantes de las principales potencias que anteceden a los Cóndores en el ranking que, por cierto, son las más tradicionales y algunas emergentes. Ahí están Inglaterra, Escocia, Argentina, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Uruguay, Australia, Canadá, Irlanda, Italia, Japón, Rumania, Samoa, Fiyi, Gales y Estados Unidos, además de representantes de cada confederación. “El presidente de cada federación generalmente es el representante”, explica Rudloff, quien eventualmente ocuparía ese sillón.
Eso sí, también se debe responder a una serie obligaciones. “Nosotros tenemos que cumplir muchas otras cosas. El hecho de clasificar a dos mundiales seguidos nos entrega el derecho a postular a ser miembro pleno de World Rugby, con voto. Pero para lograr eso tenemos que demostrar muchas cosas”, indica el timonel.
“Aparte de lo deportivo, que ya lo hemos demostrado, hay que mostrar estructura de gobernanza, estructura de desarrollo también, porque no basta con clasificar a dos mundiales seguidos, sino que es importante tener una estructura que permita que este producto sea sustentable. Si cumplimos, el cupo está garantizado”, sentencia el mandamás de Chile Rugby.

El desafío económico
La ventana de noviembre es clave para asegurar la presencia de Chile en el bombo 3 de cara al sorteo del Mundial de 2027, ya que eso permitiría enfrentar a un rival de menor rango en la cita, lo que encaminaría a los Cóndores a sus primera victoria en esta cita.
Sin embargo, debido a las políticas de redistribución de World Rugby y la millonaria inversión en Estados Unidos, sede del Mundial de 2031, ha ido en desmedro de Sudamérica y los equipos del tier 2, lo que golpea duramente la economía de selecciones emergentes como los Cóndores. “Yo creo que en la ventana de noviembre, las tres semanas en Europa van a salir 250 millones de pesos, sin contar salarios ni costos operativos internos“, revela Lemoine.
“Uno va invirtiendo y va recogiendo y siempre está en cero, pero no importa, porque también nos mantiene atentos a siempre buscar nuevas formas de financiarnos y crecer”, afirma el entrenador charrúa.
Rudloff agrega otro detalle importante: “El presupuesto es más bien global, porque para poder construir una estructura de alto rendimiento profesional, donde los jugadores tengan un staff técnico que realmente se prepare de buena forma, el proyecto cuesta, por lo menos, entre 2 y 3 millones de dólares al año”.
“No es solo una gira, por ejemplo el primer semestre de Selknam jugamos todos los fines de semana de local y de visita, y eso también es parte de la preparación de nuestros jugadores. Y a los jugadores y los staffs técnicos tenemos que pagarles un sueldo”, resalta.

Por esta razón, se aceleran las gestiones con las autoridades para poder recibir apoyo. “Sabemos la importancia que tienen las competencias y preparaciones de estos años para llegar al Mundial de Rugby 2027. También tenemos claridad de que World Rugby ha disminuido los recursos, lo que genera un desafío mayor para sostener la participación internacional de nuestra selección”, afirma Israel Castro, director nacional del IND.
“Por eso, como IND estamos comprometidos a buscar las opciones necesarias y a trabajar codo a codo con la Federación de Rugby de Chile, explorando instancias de apoyo, especialmente en el presupuesto del próximo año, que permitan que los Cóndores puedan llegar con la mejor preparación al 2027. Queremos que los Cóndores sigan volando alto, llevando con orgullo el nombre de Chile al mundo”, anuncia.
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