Carolina Tohá y el impacto del Caso Frei en la causa por la muerte de su padre: "Siento que se nos está terminando el tiempo"

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"El fallo de ayer nos removió a mí y a varios muchas cosas: volver a conectarse con esas cosas profundas", confiesa la ex ministra y ex diputada, hija del último ministro de Defensa de Salvador Allende, hallado muerto en 1974 en el Hospital Militar. Dice tener esperanzas en que el caso de su padre avance, aunque " lo que no ha logrado la investigación de mi padre es establecer las condiciones exactas en que ocurrió el homicidio, y quiénes son los responsables".


Gracias a Carmen Frei y familia por la persistencia en buscar justicia. El Chile del futuro será el mayor beneficiado. Ojalá este fallo ayude para impulsar otras causas de ddhh, como la de mi padre, José Tohá, que tienes conexiones evidentes con el caso del Pdte Frei.

Eso fue lo que posteó en su cuenta de Twitter Carolina Tohá, a las 10.53 horas de ayer. El impacto que tuvo en ella la sentencia en el Caso Frei, cuenta a La Tercera PM, la llevó a romper por una mañana el largo silencio político que ha mantenido en los últimos años, donde se ha abstenido casi por completo -salvo alcances que ha hecho en foros, como los organizados por el CEP- de comentar la contingencia o el momento que vive su sector. Tampoco desea hacerlo ahora, sino centrarse en lo que espera: que la sentencia tenga un efecto en la causa por la muerte de su padre.

"No estoy participando en la contingencia por muchas razones. Pero lo que pasó ayer tiene tal impacto para el país, para mí, para mi familia, para quienes tenemos familiares que tenemos víctimas, que amerita decir lo que hay que decir", remarca.

José Tohá González fue el último ministro de Defensa del Presidente Salvador Allende. Luego del Golpe estuvo preso en Isla Dawson, y finalmente en el Hospital Militar. Fue torturado -el año pasado se dictó condena contra ex oficiales de la FACh por eso-, perdió kilos y kilos de peso y finalmente, el 15 de marzo de 1974, fue encontrado muerto en su habitación. La versión oficial fue que se había suicidado ahorcándose con un cinturón que supuestamente había atado a una cañería, tesis desacreditada por el doctor de Investigaciones Alfonso Chelín, y luego por otros peritajes. Su familia lleva hasta hoy esperando que se acredite que lo mataron.

La causa fue reabierta en mayo del año pasado por orden de la Corte de Apelaciones. La ex ministra, diputada y alcaldesa PPD dice que al enterarse ayer del fallo en el Caso Frei "he tenido una sensación ambivalente: primero, tanta alegría de ver que se logra justicia, todavía, que alguien como Carmen Frei, y su familia, que después de tantos años logran conocer la verdad y que se acerque la justicia. Pero al mismo tiempo, uno siente que estamos en los últimos años en que vamos a poder lograr fallos. Se nos está terminando el tiempo".

-Se van muriendo los testigos, y los responsables.

-Los protagonistas, sobre todo los que tenían responsabilidades en ese tiempo, están llegando a edades en las que, o ya han fallecido o les queda poco tiempo de vida. Es algo que sentí muy fuerte ayer; necesitamos tomar nota. Hay tanta verdad por conocer, hay tantas mentiras que están flotando. Se necesita un esfuerzo por agilizar en estos años las causas que siguen pendientes. Si no, se nos va a ir el tiempo.

-En varios de estos casos, como el de su padre, las investigaciones tardaron varios años en comenzar o en tomar curso. ¿Le causa angustia eso?

-Se ha logrado avanzar. Esto prueba que se puede avanzar. Pero insisto: queda poco tiempo. Y los ministros que investigan las causas lo hacen en condiciones muy adversas. El ministro Carroza tiene alrededor de 200 causas. ¿Qué posibilidad tiene? Además les faltan recursos, dificultades para tener peritos, actuarios, hacer diligencias. Si hay algo que concluir, además de volver a horrorizarnos con la dictadura, es que hay que darles respaldo.

"Aún n0 logramos que Silva Garín sea procesado"

-Dijo que hay "conexiones evidentes" entre el Caso Frei y el de su padre. También hay personajes que se repiten.

-Hay tres tipos de conexiones. Algunas son circunstanciales y otras se refieren a los involucrados. Las primeras tienen que ver con que son dos muertes en hospitales (Frei en el Clinica Santa María y Tohá en el Militar). En ambos casos, un montaje con una falsa causa de muerte. En ambos hubo autopsias manipuladas, se mintió a las familias, se escondieron antecedentes. Y en ambos tiene un rol protagónico el doctor Patricio Silva Garín.

-Silva Garín dijo que Frei "murió de una enfermedad que no se pudo arreglar, esa es la única verdad".

-Él era el subdirector médico del Hospital Militar. Todo este tiempo ha costado mucho que colabore. Ha declarado en varias ocasiones, pero en varias modificó sus declaraciones; cosas que negó las ha ido admitiendo.

-¿Por ejemplo?

-Dijo que la DINA no tenía ingreso al Hospital Militar. Que él no lo vio. Y eso ha quedado desmentido. Y varias situaciones más en que ha ido reconociendo circunstancias, no del homicidio, sino de las torturas a mi padre, que era trasladado fuera del Hospital Militar. Eso, obviamente, tenía que ser con conocimiento y autorización del subdirector médico.

-¿Él es una pieza esencial en el caso de su padre?

-Es una pieza fundamental. Hemos intentado, y aún no se ha logrado, es que él sea procesado. Hubo un momento en que el caso estuvo sobreseído, y luego fue reabierto y se pidieron diligencias adicionales.

-¿Cuántos actores del caso están vivos y cuántos han muerto?

-Silva Garín está vivo. Pero falleció quien era entonces el director militar del Hospital. También falleció el responsable directo de Tanatología, pero el segundo está vivo. Todavía hay protagonistas vivos, pero no será para siempre.

-En ambos casos hay versiones iniciales que han ido siendo desacreditadas. En el de su padre, primero se dijo que era suicidio, lo que se desacreditó.

-En el caso de mi padre, se estableció a través de peritajes que la causa de muerte no fue esa, el proceso ya lo estableció. También que hubo torturas, han sido condenados tres miembros de la FACh. Pero lo que no ha logrado la investigación de mi padre es establecer las condiciones exactas en que ocurrió el homicidio, y quiénes son los responsables.

"Mi padre empezó a morir mucho antes"

"Todos los que estamos con procesos pendientes sentimos ayer, al ver a la familia Frei, es que todavía hay esperanzas de que estos procesos den frutos y se establezca la verdad. Además hay esperanzas de que este fallo tan fuerte, que nos hace recordar cómo la dictadura se supera a sí misma, haga aparecer personas que aporten antecedentes. Que se remuevan las conciencias de quienes tienen la llave para clarificar los casos en que aún no se encuentra verdad ni justicia", recalca.

-Desde que se reabrió el caso por orden de la Corte de Apelaciones, ¿qué avances ha habido?

-Llegan personas con antecedentes nuevos, siguen apareciendo, y nos han entregado nombres de posibles testigos que pueden aportar.

-¿De qué tipo?

-Enfermeras, funcionarios del hospital. No ha sido fácil reconstruir el rol de todas las personas que estuvieron ahí. Estamos en camino de tratar de ubicarlas para ver si pueden aportar nuevos datos.

"Cada vez que hay fallos relevantes, cada vez que los medios de comunicación vuelven a sacudirnos y recordarnos qué tipo de dictadura vivimos, hay personas que se levantan, que toman el teléfono y entregan antecedentes. A veces me llaman a mí o a otros familiares, a veces mandan recados o lo hacen por distintos medios. Eso sigue sucediendo, y espero que el Caso Frei traiga esos frutos, que ayude a traer justicia a otros casos pendientes", apunta.

-¿En qué ha incidido a favor de las pesquisas que el año pasado hayan condenado a oficiales de la FACh por torturar a su padre?

-Tanto eso como los peritajes que demostraron que no fue suicidio, sino homicidio, han echado por el suelo la versión oficial. Mi padre estaba incomunicado, sometido a torturas, y era visto como una amenaza, y que fue tratado en forma inhumana. Están todos los elementos para reafirmar lo que como familia siempre hemos sentido. Es lo que el primer doctor que llegó al sitio de la muerte de mi padre, el doctor Chelén, dijo: que no era un suicidio. Él se negó a firmar un informe que decía eso.

-A diferencia del Caso Frei, en el de su padre no ha aparecido la autopsia. ¿Habrá algún Luis Castillo que no la ha entregado?

-Después del caso del Presidente Frei, ¿qué puede uno descartar? No sólo sorprende que sea el asesinato de un Presidente de la República, sino el nivel de maquinación, la sofisticación, la paciencia con que lo mataron, de a poco. Con mi padre fue de alguna manera lo mismo: mi padre empezó a morir mucho antes.

-Su padre era el superior de Augusto Pinochet, como ministro de Defensa. El general Carlos Prats le remarcó ese aspecto a su madre en la carta que le envió antes de ser asesinado en Buenos Aires. ¿Radican ahí los motivos según usted?

-La dictadura tuvo un espectro de formas de matar. No fue una sola. A veces mató de manera desembozada. A veces hizo montajes de enfrentamientos. A veces salió a defender lo que había hecho, diciendo que "murieron como ratas". Y otras veces usó este mecanismo que aplicó con mi padre y con el Presidente Frei: decir en forma sibilina que todo era muy triste, mientras que por el lado los estaba matando. Eso muestra el nivel de crueldad y la sofisticación del mal.

"Por supuesto que tenemos tesis y sospechas"

-La sentencia conocida ayer no acreditó ni describió una escena exacta en que se le administran a Frei químicos, tóxicos o venenos que le hayan provocado por sí mismos la muerte. No pudo establecer el homicidio calificado, sino que el simple. Usted dice que aún no logran acreditar cómo mataron a su padre. ¿Teme que pase algo parecido en este caso?

-Veo las cosas al revés. Podemos tener más verdad que la que tenemos hoy; podemos establecer las circunstancias en que mi padre murió; a lo mejor podemos establecer los culpables. Todo eso es esperanza para nosotros. Me pongo más de ese lado en vez de pensar a que no vamos a lograr establecer todo.

"Esto es importante además, porque hoy tenemos gente que ha salido a relativizar la dictadura, a decir que es 'una diversidad' defenderla. Esto nos muestra que la dictadura fue monstruosa, y que aún hay gente que la relativiza o la justifica", dice.

-Uno de los testigos claves ha sido el doctor Alfonso Chelín, entonces de la Brigada de Homicidios de Investigaciones, el primero en refutar y desacreditar el suicidio. El murió hace pocos años, ¿habrá contado todo lo que sabía? ¿Nunca piensa en eso?

-Sí, no tengo dudas de eso. Aportó todo lo que podía, fue clave y muy valiente. Su muerte fue una pena muy grande, le teníamos mucho cariño. En 1974 le tocó ir por turno a la habitación en que estaba mi padre, y al ver el cuerpo se negó a firmar el acta que le entregaban, que afirmaba que era un suicidio. Le dijo a mi madre sus aprensiones, y cuando nos querellamos fue el primer testigo en declarar.

-Sin él, ¿no tendrían caso?

-Sí habría. También hubo peritajes -recordemos que el cuerpo de mi padre fue exhumado- que acreditaron que no murió por ahorcamiento, sino por asfixia. Y eso implica participación de terceros. La investigación ha dado mucha información, pero no ha llegado es ese elemento clave que permite identificar quiénes lo mataron.

-Usted, su familia, ¿tienen una tesis específica sobre cómo lo mataron?

-Por supuesto que tenemos tesis y sospechas. Pero lo importante es que el ministro llegue a una convicción y tenga elementos para investigar. Quienes tienen elementos para hacerlo, el gobierno del Presidente Piñera, quien ayer condenó con indignación el homicididio del Presidente Frei, los parlamentarios, tienen que tomar medidas. Este es el momento. Hay que respaldar a los ministros.

-Que tengan menos tiempo, ¿es la única dificultad que ve para que avance el caso de su padre?

-Hay dos cosas distintas hoy: nos queda menos tiempo, y estamos ante una oleada de reivindicación de la dictadura. Hay que volver a dar pruebas de que hay voluntad de avanzar en los casos pendientes: el Caso Frei nos muestra con cuánto montaje, mentira y burla hemos vivido por tantas décadas.

-¿Qué le pasa a usted cuando ve que se reivindica a la dictadura o al pinochetismo?

-Me parece que hay tanta frialdad, tanta frivolidad, tanta falta de humanidad en ese tipo de declaraciones, que reafirma algo que sabíamos: que estas peleas por la memoria, por los valores democráticos, no terminan nunca. Esas cosas nunca están totalmente asentadas; siempre, después de un rato, parecen obvias y sin importancia.

"El fallo de ayer nos removió a mí y a varios muchas cosas: volver a conectarse con esas cosas profundas", recalca.

-Su madre dijo, cuando se hizo la reconstitución de escena, que esto "remueve el alma y los recuerdos". ¿Qué le pasa exactamente a usted?

-Para mí es muy impactante volver a verle a la cara a esa historia de la dictadura, a sus niveles de crueldad. A mí me pasó que el fallo no sólo conecta con eso, sino con algo muy esperanzador y gratificante: esta pelea de años de una familia, y de Carmen Frei en particular, que da frutos.

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