Karoline Mayer: “Le pedí al Presidente que escuche y conozca la necesidad de la gente”

El 20 de octubre, la religiosa alemana acudió a La Moneda a una reunión citada por Sebastián Piñera, buscando luces en medio de la crisis. "Creo que esto es muy difícil para él, estaba tan lejos del quehacer del pueblo que no puede captar dónde está la enfermedad", dice.


El 20 de octubre de 2019, sólo dos días después de que estallara la crisis, el Presidente Piñera convocó a una reunión a representantes de distintas organizaciones civiles en La Moneda. Entre los asistentes se encontraba Karoline Mayer, religiosa alemana creadora de la Fundación Cristo Vive, y que desde 1968 ha vivido en distintas poblaciones del país.

Aquella vez, a la reunión en La Moneda también llegó Sebastián Bowen, de Techo Chile; Benito Baranda de América Solidaria; José Tomás Vicuña del Servicio Jesuita a Migrantes y Alejandra Pizarro, de la Comunidad de Organizaciones Solidarias.

Los líderes de las fundaciones hicieron su propio diagnóstico y autocrítica acerca de cómo habían fallado en su rol como organizaciones civiles ante la explosión de demandas sociales. En el acotado tiempo que tuvieron para hablar, Karoline Mayer -cuenta a La Tercera PM- decidió pedirle al Mandatario “escuchar a las personas” y le recomendó que “este momento no es para parches”. Además, se refirió la situación que vive el Presidente: “Es muy difícil para él, estaba tan lejos del quehacer del pueblo que no puede captar dónde está la enfermedad”.

Apenas llegó al país en 1968, Meyer se instaló en la población Angela Davis en Recoleta donde vivió durante 16 años. Hoy vive en la misma comuna pero en el barrio La Quinta Bella. Desde ahí le ha tocado vivir en primera persona gran parte de las demandas que están en el corazón de la crisis.

-Siento que en este momento nuestro pueblo está preocupado por la necesidad de una transformación en el país y que de alguna manera se logre en el plebiscito junto con una nueva Constitución. Lo que yo escucho de la gente es que ellos han hecho reclamos, han ido a la calle y en realidad no ha pasado nada. Yo les digo que sí han pasado cosas. Se ha avanzado. Están desconfiados de que los que tienen el poder económico en la mano y los que tienen poder político en realidad estén dispuestos a hacer cambios profundos estructurales en nuestro país.

¿Falta más democracia en Chile?

Falta que nuestro pueblo vuelva a despertar. Nuestro pueblo estuvo callado 47 años, sin pensar, dejando el quehacer político en manos de los que saben y a quienes eligen en algún momento. No hay un pensar popular.

La religiosa define el origen de la crisis como “un pueblo con necesidad de transformación”. También, agrega que esto se vincula con un quiebre en la confianza con las autoridades políticas. Para ella, el principal problema está en el modelo económico. “El modelo está enfermo. Esta es una sociedad que respeta poco los derechos de las personas”, afirmó.

¿Existe un abandono por parte del Estado hacia los más pobres?

El Estado tiene el deber de cuidar el bien común. Tiene la tarea de buscar una vida digna y que se respeten los derechos humanos. Todo este último tiempo el Estado se ha deshecho del deber social cuando se declara en la Constitución como subsidiario y el quehacer económico queda en manos de los privados y de los expertos que saben. Chile podrá haber crecido económicamente pero se ha olvidado de su gente.

¿Qué le dijo al Presidente Piñera ese 20 de octubre?

Yo creo que esto es muy difícil para él, estaba tan lejos del quehacer del pueblo que no puede captar dónde está la enfermedad. No está en el orden público. Estoy absolutamente en contra de toda violencia, de ambos lados. Estoy en contra la violencia desde los manifestantes como también de la violencia de parte de los carabineros, militares y del mismo Presidente. La solución está en poder conversar y escuchar al pueblo. El pueblo está despertando lentamente. Necesitamos ser llamados a ser parte de cómo queremos este Chile y en éste todos tenemos nuestra dignidad y los mismos derechos y deberes.

Yo le tengo respeto a don Sebastián, fue elegido por el pueblo. Yo le he pedido que él conozca la situación de necesidad de la gente y que en realidad me gustaría mucho que puedan escucharnos. Este momento no es para parches. No es para 30 mil pesos más para la jubilación.

¿Cómo evalúa la gestión del Gobierno?

Yo creo que creo que es muy difícil transmitirles al Gobierno e incluso a una parte del Parlamento dónde está el problema. Para restablecer la tranquilidad en el país y la paz, primero necesitas escuchar a la gente para saber dónde están los problemas.

¿Cree que está crisis traerá cambios en la forma de relacionarse de los chilenos?

Espero y trabajo para esto todos los días, anunciando la buena noticia de Jesús. Tenemos que conversar, estar entre nosotros, compartir. Algunos necesitan renunciar a ciertos privilegios para que otros también puedan acceder a ciertas cosas, quienes se quedaron atrás en nuestra historia en los últimos 47 años, a quienes fueron postergados por un modelo económico neoliberal.

“Me siento fracasada por la violencia”

¿Qué lectura hace de la violencia que se ha visto en las calles?

Me siento muy fracasada porque nosotros hemos enseñado por años la no violencia en la protesta. Tú no necesitas la violencia. Puedo entender que a comienzos era para llamar la atención. Ahora no más. No entiendo que no seamos capaces de poner bajo control la violencia. No puedo entender que no tengamos suficiente agentes protectores. Esta violencia me causa dolor porque no somos capaces de pararla.

Desde el 18 de octubre hasta la fecha se ha especulado que parte de esta violencia tiene que ver con grupos narco. ¿Lo ve así?

No, el narcotráfico es un negocio. La droga no necesita estar detrás de esto. La especulación no sirve. Yo creo que nuestros servicios secretos no están capacitados para diagnosticar.

¿Cuál es el rol que tiene hoy el narco en una población?

Lamentablemente se instaló en Chile y es un tejido bien complejo. Los que están más visibles son los microtraficantes que viven de eso, en parte porque necesitan consumir y en parte porque con esto logran algún ingreso. No veo ninguna capacidad del Estado o de parte de la sociedad pueda ir en contra del narcotráfico, está entrelazado en el tejido social. Se ha incrustado.

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