¿Puede la gripe aviar convertirse en una pandemia como la del COVID-19?

Uno de los factores que preocupan a los expertos es que, en el caso de la gripe aviar, es imposible detener los contagios, pues se transmite por aves migratorias.

Una cepa de la influenza aviar (H5N1) está causando preocupación en la comunidad científica. El virus se propaga por el mundo, llegando incluso a Chile a principios de este año. Si bien en un inicio afectaba sólo a aves, la variante ha impactado en mamíferos y, en mínimos casos, a humanos. Existe temor que pueda convertirse en una emergencia mundial. Expertos de la U. San Sebastián indican que hay que tomar las lecciones aprendidas de la pandemia COVID-19 y levantar una respuesta coordinada con diversos agentes público-privados para enfrentarla.



Fue hace un par de semanas, exactamente el 5 de mayo, cuando Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), decretó el fin de la emergencia internacional por el COVID-19. Una noticia que marca fin a tres años en que el mundo cambió para siempre, luego que el SARS-CoV-2 se extendiera a cada rincón del planeta. En el caso chileno, más de 5 millones de contagios han sido reportados desde marzo de 2020, junto con 61.484 fallecidos, según el más reciente informe del Ministerio de Salud.

Sin embargo, este hecho se ve empañado por las advertencias que científicos y veterinarios han realizado en los últimos meses respecto a un virus altamente contagioso en aves y que, hasta ahora, es de bajo riesgo en humanos. Se trata de la influenza aviar que, al igual que el COVID-19, tiene origen asiático. Fue detectado en aves a mediados de la década de los 90 ‘s, en China y, desde ese entonces, han existido alarmas por temporadas, sobre todo afectando a aves de corral en producciones agrícolas.

Gripe aviar: el descubrimiento de una variante de un tipo especial de este virus, la llamada H5N1, ha tenido la capacidad de hacer un salto interespecie.

María Violeta Barrera, médico veterinaria y directora del Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre sede De la Patagonia de la Universidad San Sebastián (USS), explica que la influenza aviar “no es algo nuevo para el mundo veterinario”. Sin embargo, ¿qué es lo que hace la distinción en estos momentos? “El descubrimiento de una variante de un tipo especial de este virus, la llamada H5N1, que ha tenido la capacidad de hacer un salto interespecie; es decir, enfermar desde las aves hacia los mamíferos, incluidos humanos”, responde la especialista USS.

Si bien también había ocurrido en el pasado, esta vez afecta a una gran variedad de especies silvestres, y está generando problemas a nivel de población. Al ser aves que migran por los océanos, la enfermedad no ha logrado ser contenida. “El impacto ecológico es preocupante”, asegura la profesional especializada en trabajo de conservación. El virus ya ha causado brotes generalizados en todos los continentes, lo que ha llevado a la muerte de millones de aves de corral y silvestres, alcanzando también a la fauna marina.

María Violeta Barrera, médico veterinaria y directora del Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre sede De la Patagonia USS, en Puerto Montt.

Las primeras alarmas ocurrieron en Canadá en 2020, y un año después en granjas de Estados Unidos. En Chile, a mediados de febrero fue cuando el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) confirmó un caso positivo de influenza aviar en un lobo marino, en la región de Antofagasta, para luego encontrar rastros del virus en pingüinos, chungungos o mamíferos marinos como marsopas y delfines.

No fue hasta finales de marzo cuando se notificó el primer y único caso a la fecha en Chile de infección por el virus en un humano. Se trata de un hombre de 53 años, que debió ser intubado a un respirador artificial desde hace seis semanas, tras ser internado en el Hospital de Tocopilla. Otros datos relevantes son las diferentes producciones de huevos y pollo que se han visto afectadas, por lo que 16 regiones del país se encuentran en Emergencia de Influenza Aviar altamente patógena (IAAP), según datos del SAG, específicamente 151 Zonas de Bajo Control Sanitario activas en el territorio.

Frente a una posible nueva pandemia de la mano del H5N1, Daniel Medina, ingeniero en biotecnología y académico investigador USS, cree que no hay que dejar fuera el contexto medioambiental, un complejo panorama en que las temperaturas mundiales alcanzan niveles sin precedentes producto del calentamiento global. “Hay diferentes mecanismos por los cuales, ya sea la naturaleza e independiente el tipo de virus, una de las características de las gripes es que pueden cambiar y mutar constantemente”, sintetiza el investigador USS. Agrega que cada vez que se replica la enfermedad, por probabilidad van ingresando errores dentro de su material genético, y estos pueden generar alguna variabilidad del virus que se obtiene.

En Chile, a mediados de febrero fue cuando el SAG confirmó un caso positivo de influenza aviar en un lobo marino en la región de Antofagasta.

El ingeniero ocupa el concepto “sindemia” que, en sus palabras, “involucra el hecho epidemiológico en la transmisión de la enfermedad, que afecta a distintas y transversales líneas, como la línea económica, la de salud, administrativa, entre otras”.

Sostiene que, pensando que vivimos en un mundo globalizado e interconectado, la crisis de la gripe aviar puede impactar a la cadena de suministros y alimentación global. Y mientras que la Asociación de Productores de Huevos Chilehuevos indicó que cerca de 700.000 ponedoras se han visto afectadas, un cinco por ciento de la producción nacional, países como Brasil, el principal productor mundial avícola, con casi 10 mil millones de dólares en exportaciones de pollo, confirmó el 17 de mayo sus dos primeros casos de esta cepa en el suroeste de esa nación.

Situación local

Para calmar a la población, hay que recalcar que la gripe aviar hasta ahora ha tenido saltos a otros mamíferos, y que desde su descubrimiento en los 90 ‘s, ha habido menos de mil casos en humanos en el mundo. Eso sí, con una alta mortalidad a diferencia del COVID-19, que como se vio es altamente contagioso y provocó una mortalidad del 1 por ciento de la población del planeta.

Daniel Medina, ingeniero en biotecnología y académico investigador USS, especialista en gripe aviar.

El investigador Daniel Medina enfatiza que existen una serie de barreras de transmisión y contagio que no han permitido que se genere una gran crisis epidemiológica a nivel humano, entre ellas la de temperatura. Mientras que los humanos tenemos una temperatura corporal de 37 grados, las aves tienen una temperatura cercana a los 40 grados. “Un mamífero marino, si está en situación de estrés, puede llegar a los 39 grados. Esa barrera de temperatura existe y es uno de los tantos factores que se están dimensionando en cuanto a la viabilidad del virus en el ambiente”, ejemplifica el académico USS.

Frente a la situación nacional, la Dra. María Violeta Barrera ha trabajado de la mano de instituciones como el SAG y Sernapesca, capacitando a funcionarios para detectar oportunamente esta patología e incrementar las medidas de bioseguridad. Eso le ha permitido dimensionar la magnitud de la emergencia zoosanitaria, donde ella es honesta al decir que no se estaba preparado para algo así. “Nos falta información y estos datos están en los organismos públicos. Recientemente, han sido liberadas plataformas abiertas para que cualquier persona vea cómo está la situación diaria”, puntualiza, indicando que al ingresar a los sitios oficiales se puede saber cuál es la situación de cada región.

“Esa transparencia de los datos se abrió en marzo, pero a pesar de este tema puntual, en Chile no hay vigilancia epidemiológica activa en fauna silvestre ni un sistema implementado. Eso es algo pendiente de muchos años, y por eso tememos lo que pueda pasar”, dice la Dra Barrera. Desde su experiencia, aún falta manejo intersectorial para comunicar de forma clara, precisa y en un lenguaje ameno en sectores rurales.

Es fundamental la protección de las aves de corral, impidiendo contacto con aves silvestres.

“Debemos bajar los tecnicismos y hablar con las personas que están en el borde costero, que tienen el contacto día a día con animales”, manifiesta, para enseñarles cómo actuar ante los protocolos y explicar a las familias que acostumbran a criar gallinas en su cotidianidad.

Una sola salud

María Emilia Undurraga, decana de la Facultad de Ciencias de la Naturaleza USS y ex ministra de Agricultura, recuerda que la actual alarma de gripe aviar lleva dos años en Estados Unidos y Europa. “Yo estaba en el Ministerio de Agricultura cuando esto ocurría, y se preparó al SAG en conjunto con diferentes actores para poder estar atentos cuando llegara, porque sabíamos que era una posibilidad fuerte, dado que se transmite por aves migratorias”, rememora la decana USS.

María Emilia Undurraga, decana de la Facultad de Ciencias de la Naturaleza USS.

Hoy, el escenario es otro. “La experiencia del COVID-19 nos presiona a trabajar de manera distinta”, sostiene Undurraga, indicando que “lo que debe hacer un ministerio cuando hay una alerta de esta magnitud es aplicar mayores protocolos para la detección, comunicación de riesgo en poblaciones y la contención del virus con los planteles productivos que podrían tener contacto con aves migratorias”.

Undurraga resalta que los esfuerzos deben estar puestos en levantar una respuesta coordinada con diversos actores, ya sea instituciones gubernamentales, privados, asociaciones de productores y la academia. A ello, la decana Undurraga complementa: “En eso, el rol que tienen las universidades es fundamental, sobre todo aquellas de regiones. La inclusión de la academia es necesaria en la participación y para seguir avanzando en esa mirada que no debe quedarse en la investigación, sino que llevarlo a la práctica con respuestas que permitan conectar con las personas”.

Undurraga toma como punto central la crisis climática que ha ido amenazando el sistema completo y la interacción entre las personas, los ecosistemas y los animales. La gripe aviar y sus posibles consecuencias, que impactan en la relación entre seres vivos, pone en relieve la visión de la facultad que dirige, resumida en el concepto One Health (Una Sola Salud), que enfatiza la interconexión entre la salud humana, animal y de los ecosistemas.

Una opinión que comparte la Dra. María Violeta Barrera: “Este concepto de Una Sola Salud se hace evidente de requerir una profundización desde las universidades para poder enfrentar esta crisis de la gripe aviar, que puede ocurrir en otras especies, pero que necesita de aprendizajes que hemos tenido producto de la pandemia del coronavirus”.

Lecciones de la pandemia

Dentro de las lecciones, el investigador USS Daniel Medina considera aumentar el monitoreo ambiental para determinar qué variabilidad o qué cepas están mutando en el país. “Debemos entender las características de este virus que permanece en cuerpos de agua por largos periodos, y pensar no en la erradicación, sino en entender cómo algunas poblaciones nativas se adaptarán y así defenderse de los virus”, desarrolla.

Fuente: Ministerio de Salud.

El académico USS usa un ejemplo sencillo: cuando se saca una maleza de la tierra, por más que se extraiga, seguirá reproduciéndose. Sobre la influenza aún no se sabe completamente sobre sus condiciones de temperatura, humedad o PH, elementos que hacen que se mantenga en el ambiente donde habitan los animales.

Eso implica también, desde la postura de la Dra. Barrera, que el monitoreo activo permite conocer los ciclos de las aves, para así asociar factores climáticos al peak de mortalidad, que ocurre en ciertas épocas del año. En la estación invernal se espera ver cambios con las bajas de temperatura. Sin embargo, la profesional es realista: “El modelamiento epidemiológico del SAG para ver qué pasará en tres meses no se ha logrado, porque las curvas que han modelado son dinámicas, cambiando la situación semana a semana”.

Una estrategia para aplicar es la conocida TTA, siglas en inglés que resumen las acciones de aislar, testear y trazar. “Tenemos una brecha importante del testeo, porque parte de ella está centralizada en Santiago. Hay un atraso en regiones. Hay trazabilidad en terreno de SAG y Sernapesca, y hay que buscar estrategias de aislar”, asegura la Dra. Barrera.

Para ello, la búsqueda de aunar esfuerzos implica considerar el trabajo de las universidades en regiones: “Se hace necesario que en la zona sur tengamos un centro de monitoreo de zoonosis, en el que podamos estudiar qué fenómenos están ocurriendo en la naturaleza, de manera descentralizada y cooperativa”, manifiesta la directora del Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre sede De la Patagonia.

En Francia se vacunan a las aves de corral para que tengan un sistema inmune preparado con anticuerpos; un plan presentado por las autoridades galas en diciembre de 2022.

Otro factor es el cuidado de la población. El Ministerio de Salud (MINSAL) sigue en su campaña intensiva de invierno para que las personas se vacunen contra la influenza estacional, virus distinto al aviar. En este contexto, la Dra. Barrera manifiesta que “es positivo que las personas tengan esa vacuna. Si una persona se llega a infectar de ambos virus, al tener anticuerpos puede ser más seguro ante una posible mutación”.

Lo otro es mantener la vigilancia de los pollos de corral, e incluso vacunar a las aves para que tengan un sistema inmune preparado con anticuerpos. Una idea difícil de llevar a la práctica, pero que países como Francia lideran ese enfoque. La Agencia gala de Seguridad y Salud Alimentaria, Ambiental y de Salud Laboral, publicó un informe en abril pasado entregando directrices para la vacunación de pollos, mientras que otros países aún siguen planteando estrategias para evitar enfrentar una crisis de salud que vuelva a rememorar tiempos recientes.

Si existe sospecha de exposición, es recomendable solicitar atención médica y si una persona se encuentra con un ave muerta se puede comunicar al SAG en su Call Center 2 2345 1100.

Más información sobre la gripe aviar en el sitio de la OMS en el siguiente link.

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