Analistas destacan “repotenciación” de oposición tras histórico triunfo en bastión del chavismo en Venezuela

Personas caminan frente a un mural del difunto presidente venezolano Hugo Chávez, un día antes de que el estado de Barinas celebre una repetición de las elecciones para gobernador, en Barinas.

"(Con el resultado en Barinas) ahora hay una repotenciación de la oposición, tienes un líder regional activo, una gobernación controlada adicional y toda una simbología que sin duda te da muchísima más fuerza que la estrategia abstencionista de la oposición", señala a La Tercera el director de la encuestadora venezolana Datanálisis, Luis Vicente León.


A casi 54 kilómetros desde Barinas, la capital del estado venezolano del mismo nombre con 28 mil habitantes, está Sabaneta, una pequeña ciudad en la que nació Hugo Chávez, el segundo de seis hijos de una familia con padres profesores. El territorio barinense sería la cuna del liderazgo que catapultó al militar hasta llegar al Palacio Miraflores en Caracas y se transformó en el bastión que estuvo resguardado desde 1998 por la dinastía Chávez. Desde su padre, Hugo de los Reyes hasta sus hermanos, Adán y Argenis estuvieron en la gobernación de Barinas protegiendo el legado del expresidente hasta este domingo, cuando el opositor Sergio Garrido venció en las urnas en una repetición de las elecciones regionales de noviembre, en la que los votantes locales dieron la espalda al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) quebrando la tradición política electoral.

Los barineses debieron acudir a las urnas por segunda vez en cinco semanas debido a que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) desestimó los resultados del 21 de noviembre, que dieron por vencedor al opositor Freddy Superlano, que luego de haber autorizado para estar en la papeleta fue inhabilitado por el Consejo Nacional Electoral (CNE). En este escenario, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) debió superar las posteriores inhabilitaciones a dos candidatos hasta llegar a Garrido, un reconocido dirigente opositor en el estado.

El gobernador electo del estado Barinas, Sergio Garrido, en la sede del CNE en Barinas.

En respuesta, el PSUV decidió que en la papeleta del domingo en el histórico estado chavista y clave durante sus 14 años de gobierno, debía continuar con un heredero político del clan y el canciller Jorge Arreaza, exesposo de la primogénita del comandante, Rosa Virginia, y padre del primer nieto del mandatario, Jorge Arreaza Chávez, fue la opción con mayor renombre. Sin embargo, el resultado fue un golpe para Nicolás Maduro: con una participación del 51% del padrón y un 55% de los votos para el antichavismo, el oficialismo perdió su enclave, pero aún controla 20 de las 24 gobernaciones del país.

“El mensaje más importante es que, independientemente de las condiciones electorales evidentemente contrarias en Venezuela donde no hay transparencia y no son típicas de una democracia convencional, el único instrumento que tiene la población para manifestarse es el voto. No tenemos otras formas de expresión más eficiente y que si bien es injusto, es lo que tienes en la mano. Por lo tanto, creo que el gran ganador en Barinas fue el voto y un voto de castigo no a Maduro, sino al abuso de poder”, señala en conversación con La Tercera desde Caracas el director de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León.

Para el experto, “la estrategia que ha seguido la oposición en los últimos años ha sido de no participar porque las condiciones electorales son malas, con lo cual al final ni los ponía en evidencia, ni luchaban contra el chavismo, ni podían recuperar espacios. Llegaron a Barinas a una elección con todo en contra que se estaba repitiendo por un abuso de poder, que además inhabilitar a una segunda candidata simplemente porque era de un partido político y debieron acudir a un tercer candidato, eso no es democracia, pero no participando no ganas nada. En cambio, ahora hay una repotenciación de la oposición, tienes un líder regional activo, una gobernación controlada adicional y toda una simbología que sin duda te da muchísima más fuerza que la estrategia abstencionista”.

Jorge Arreaza, el candidato del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) a la gubernatura del estado de Barinas, fue derrotado en las elecciones de gobernador del domingo.

Hasta los últimos meses, Sergio Garrido no era un rostro central entre los liderazgos a nivel nacional en la oposición y en cambio alistaba su postulación a la alcaldía de la urbe, pero al aceptar la candidatura a la gobernación recibió los principales partidos antichavistas aglutinados en el G-4 -Primero Justicia, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo y Acción Democrática- se cuadraron con el político, que inició su carrera a los 16 años cuando comenzó a militar en el partido Acción Democrática.

Según el diario RFI, durante la campaña electoral el gobierno de Nicolás Maduro intentó convertir a Barinas en un lugar de culto a Chávez tras su muerte por cáncer en 2013, pero como el resto de Venezuela, el estado está golpeado por la hiperinflación que disolvió el poder adquisitivo y por pésimos servicios públicos. No obstante, desde la entrada de Sabaneta, el camino está plagado de murales del expresidente desde niño, practicando deportes, tocando instrumentos o con mensajes políticos. Más aún su casa de infancia y los colegios a los que asistió siguen siendo parte importante de la urbe.

“El voto en Barinas es antichavista y no a favor de un candidato o partido opositor. Es más evidente porque el candidato original no era Garrido, luego la oposición presentó como carta a la esposa del primer candidato Freddy Superlano, Aurora Silva, que también fue inhabilitada y Garrido termina siendo el tercero en la lista. Es un voto que demuestra el hartazgo y el rechazo que tiene el chavismo. Barinas es un ejemplo mucho más relevante que otros estados porque es de donde nace el chavismo hace casi 30 años y se consideraba un estado en manos de la familia Chávez, por lo cual tiene un impacto importante porque demuestra el colapso del movimiento político y de lo que muchos han defendido como el legado de Chávez, cuando cada vez es menor el apoyo a su memoria”, sostiene a La Tercera el politólogo venezolano Miguel Velarde.

Una reestructuración opositora

Después de meses de distanciamientos y desencuentros, la victoria en Barinas podría ser clave para reagrupar los liderazgos disidentes, especialmente desde que a inicios de mes, Juan Guaidó prorrogó por un año más su mandato interino. Pese a una serie de críticas, la votación podría reencauzar las políticas para volcar las apuestas a buscar una salida pacífica mediante las elecciones presidenciales programadas para 2024.

El líder de la oposición de Venezuela, Juan Guaidó, durante una conferencia en Caracas.

Durante la jornada de ayer, el líder antichavista señaló que “la unidad es lo que va a recuperar la democracia en Venezuela. Tenemos que hacer lo que hemos hecho bien en el pasado: desprendimiento, unidad, movilización, organización, claridad en el mensaje. El dilema no es votar o no votar. Tenemos que lograr el fortalecimiento de la unidad y de la plataforma unitaria, de la interlocución y la posibilidad a un acuerdo integral, de enfrentar el siguiente evento electoral”.

Para Luis Vicente León, “la oposición tiene que reestructurarse en términos de su propuesta y liderazgos, y el voto es otro mecanismo para hacerlo. No es solamente llamar a votar en contra del gobierno, tienen que validarse y tener mecanismos que permitan que la gente se exprese sobre qué es lo que quiere dentro de la oposición. Me parece bien que Guaidó tenga un proceso de aprendizaje en el que no fue a votar para el 21 de noviembre y sí fue a Barinas y llamó a votar, pero nadie se puede atribuir el triunfo en Barinas. Sin embargo, lo que ocurrió el domingo es temporal y es una burbuja porque ocurrió un evento en el que te sientes confortable, en el que pudiste votar y elegir, en el que el gobierno lo permitió y no bloqueó, pero no te puedes confundir pensando que esa es la realidad de Venezuela”.

En el caso de Miguel Velarde, “más allá que no sea el apoyo a un liderazgo concreto o confirmar que el chavismo genera mucho más rechazo que apoyo en Venezuela, también hay que ver que el principal derrotado es la familia Chávez y fortalecen al nuevo chavismo de Nicolás Maduro, que intentan presentarse al mundo como un régimen democrático y que reconoce derrotas electorales, impulsando la tesis que el camino electoral es el que debe seguir el país para hacer ver que hay una democracia. Todos han reconocido la victoria y por ende reconocen al órgano electoral, el mismo que ha sido cuestionado desde hace 15 años por falta de transparencia”.

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