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Ataques entre Israel e Irán inflaman a Medio Oriente

Israel llevó a cabo ataques de una magnitud sin precedentes contra instalaciones militares y nucleares en Irán, donde mató a varios altos funcionarios, a lo que Teherán respondió disparando decenas de misiles balísticos. El conflicto pone a prueba al gobierno de Donald Trump, que había asegurado que no estaba implicado en la inédita operación.

Estelas de cohetes iraníes en el cielo sobre la ciudad israelí de Netanya, el 13 de junio de 2025. Foto: AFP JACK GUEZ

Bautizada como “Operación León Ascendente”, la acción militar de enormes proporciones lanzada por Israel contra Irán la madrugada de ayer, y la consiguiente represalia de este último, no tienen precedentes en alcance ni en posibles consecuencias, afirman los analistas. La ofensiva ordenada por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, incluyó una serie de ataques dirigidos a diversos lugares relacionados con el programa nuclear iraní, fábricas de misiles balísticos y sus capacidades de defensa aérea, además de líderes militares y científicos nucleares. En respuesta, los Guardianes de la Revolución de Irán atacaron decenas de objetivos en Israel, provocando al menos 63 heridos, dos de ellos graves, según los servicios de emergencia israelíes.

Las declaraciones de los principales protagonistas dejan en claro la magnitud del conflicto. Tras augurar que “estaremos expuestos a varias olas de ataques iraníes”, Netanyahu -ya con la represalia de Teherán en curso- advirtió que “hay más en camino”, luego de enfatizar que “en las últimas 24 horas, hemos eliminado a altos comandantes militares y científicos nucleares de alto nivel, la instalación de enriquecimiento de uranio más importante del régimen islámico y gran parte de su arsenal de misiles balísticos”.

Desde el bando opuesto, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, calificó la ofensiva israelí como una “declaración de guerra”. Más categórico, el recién nombrado comandante de los Guardianes de la Revolución de Irán, Mohammad Pakpour, amenazó con abrir “las puertas del infierno” en respuesta a los ataques que mataron a su predecesor, Hossein Salami.

Más de 200 aviones de combate de la Fuerza Aérea israelí atacaron más de 100 objetivos en todo Irán, incluidos los escondites de figuras clave. El primer paso en el ataque israelí fue neutralizar las instalaciones de detección y defensa aérea en el norte de Irán e Irak. La mayoría de las incursiones se llevaron a cabo a través de rutas en Siria, que eran peligrosas hasta hace poco, después de que la Fuerza Aérea destruyera el sistema antiaéreo del régimen de Bashar al-Assad. Según da cuenta el medio israelí Ynet News, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el Mossad “frustraron” los misiles balísticos dirigidos a Israel.

The New York Times dijo que Israel atacó en la primera ofensiva seis instalaciones militares en el área de Teherán, incluida la base de Parchin, así como edificios residenciales en dos complejos de alta seguridad donde viven altos mandos militares, y otras casas en el área de Teherán. Otros informes dijeron que se atacaron objetivos en Tabriz y Arak, una zona donde hay un reactor de agua pesada, así como bases de misiles cerca de Teherán y la ciudad de Kermanshah.

De partida, uno de los blancos prioritarios fue la instalación de enriquecimiento de uranio de Natanz, la principal de Irán, que fue bombardeada para que no fuera posible transferir las centrifugadoras avanzadas a una zona fortificada dentro de la montaña. El presidente del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, llamó al presidente israelí, Isaac Herzog, y le informó que la instalación había sufrido daños graves. Grossi ofreció visitar Irán después del ataque a Natanz y confirmó que no había fugas de radiación.

Al respecto, el director de la Organización de Energía Atómica de Irán, Mohammad Islami, informó que “los daños fueron a nivel del suelo y no sufrimos pérdidas humanas”. Agregó que la situación no reviste de gravedad, pues tampoco se presentaron “fugas de radiación que pudieran preocupar a la población”. El lunes habrá una sesión de urgencia de la Junta de Gobernadores de la OIEA para evaluar los pasos a seguir.

Edificio que sufrió el bombardeo israelí este viernes, en Teherán, capital de Irán. Foto: AFP ATTA KENARE

Otro de los blancos de la operación León Ascendente contempló las universidades en el corazón de Teherán y a las instalaciones de Parchin, cerca de la capital, donde se concentra la actividad del “grupo armamentístico”, que era importante desbaratar porque estaba cerca de producir un artefacto explosivo, señaló Ynet News.

Como tercer objetivo, la operación incluyó la eliminación de la cúpula militar y de los científicos que se ocupaban del “grupo de armas”. Decenas de altos funcionarios iraníes murieron en los ataques, entre ellos el comandante en jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, la principal fuerza militar de Irán, el general Hossein Salami, y el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y segundo comandante en jefe después del Ayatolá Jamenei, el mayor general Mohammad Bagheri. También se reportaron los decesos del general Gholamali Rashid, subcomandante en jefe de las Fuerzas Armadas, y del general Amir Ali Hajizadeh, jefe de la unidad aeroespacial de la Guardia Revolucionaria.

Asimismo, en la operación perdieron la vida Fereydoun Abbasi, exdirector de la Organización de Energía Atómica de Irán, y Mohammad Mehdi Tehranji, físico teórico y presidente de la Universidad Islámica Azad de Teherán, además del científico nuclear Abdolhamid Minuchehr. The New York Times también dio cuenta del fallecimiento de Ali Shamkhani, uno de los políticos más influyentes de Irán y confidente cercano del ayatolá Jamenei. Según el periódico, había estado supervisando las conversaciones nucleares con Estados Unidos como parte de un comité nombrado por el líder supremo para dirigir las negociaciones.

El Ejército israelí afirmó tener informaciones que prueban que Teherán se está acercando al “punto de no retorno” para obtener la bomba atómica. Netanyahu subrayó que el ataque no fue “producto del azar”, y recordó haber “ordenado la eliminación del programa nuclear iraní”.

Israel lanzó nuevos bombardeos contra Irán al caer la tarde de ayer. Un portavoz del Ejército israelí, el general de brigada Effie Defrin, informó del ataque en la instalación de tecnología nuclear de Isfahán, a unos 350 kilómetros al sureste de Teherán, que emplea a miles de científicos nucleares. Isfahán también alberga tres reactores de investigación y laboratorios chinos asociados con el programa atómico del país.

The Associated Press señaló que Irán había notificado explosiones en otro sitio nuclear. La planta de enriquecimiento nuclear de Fordo está enterrada a cientos de metros bajo tierra. Nour News, organismo cercano al Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, dijo que se escucharon dos explosiones en la zona cercana. Por otra parte, la agencia de noticias oficial iraní, IRNA, indicó que un radar cerca de Tabriz fue atacado, según un funcionario de la provincia de Azerbaiyán Oriental. Majid Farshi declaró que 11 bases militares en la provincia de Azerbaiyán Oriental fueron atacadas y que 18 personas fallecieron. Los ataques contra la república islámica provocaron al menos 78 muertos y más de 320 heridos, afirmó el embajador iraní ante la ONU.

Represalia de Teherán

Reconociendo que Teherán tiene la capacidad de provocar daños “significativos”, el Ejército israelí anunció que Irán había disparado decenas de misiles en su dirección y ordenó a su población dirigirse a los refugios.

En Jerusalén sonaron las sirenas y poco después se escucharon explosiones. Más tarde, el Ejército levantó la orden de permanecer en los refugios, pero pidió a la población no alejarse de estos espacios protegidos.

La televisión estatal iraní afirmó que su derribó dos aviones de combate israelíes. Israel dictaminó que atacando a civiles Irán cruzó una “línea roja”. Además de declarar el estado de emergencia, el gobierno de Netanyahu desplegó reservistas en todo el país “como parte de los preparativos (del Ejército) de defensa y ataque”.

Estados Unidos, aliado de Israel, aseguró que no participó en la ofensiva, pero Teherán señaló que Washington será “responsable de las consecuencias”.

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