El debate global por el pasaporte de inmunidad

Una residente de un hogar de ancianos baila mientras escucha a una banda que toca en un estacionamiento en Arlington, Virginia. Foto: AFP

Si bien los epidemiólogos advierten que aún hay muy pocos datos sobre la inmunidad al coronavirus, varios países consideran dar certificados a quienes se han recuperado del Covid-19. Se abre el debate sobre una fuerza laboral basada en anticuerpos.


Con cientos de millones obligados a quedarse en sus casas para detener la propagación del coronavirus, los políticos y expertos en salud pública están buscando mecanismos seguros para permitir que las personas regresen a trabajar sin provocar una segunda ola de infecciones. La mayoría coincide en que la única forma de salir de una cuarentena es a través de pruebas. Test confiables permitirían a los ciudadanos saber si han tenido el virus y, por lo tanto, si gozan de cierto grado de inmunidad. Además, les darían a las autoridades la capacidad de aislar nuevos brotes cuando surjan. Pero, ¿cómo podría la gente probar su condición de salud, y qué derechos le conferiría ese estado? Estas son algunas de las preguntas clave con las que varios países están lidiando.

Las pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan que un paciente con Covid-19 clínicamente recuperado debe dar negativo dos veces, con pruebas realizadas con al menos 24 horas de diferencia, antes de ser dado de alta. Sin embargo, Marc Lipsitch, epidemiólogo de la Universidad de Harvard, advierte en una columna publicada en The New York Times que una de las “muchas incertidumbres” que aún rodean al coronavirus es cómo el sistema inmunitario humano responde a la infección. “Hasta ahora, hay muy pocos datos disponibles sobre la inmunidad al SARS-CoV-2, el coronavirus que causa el Covid-19”, dice, al presentar evidencias y dudas sobre la posibilidad de reinfección.

Pese a ello, las autoridades y científicos en Italia, Alemania y otros países están considerando dar certificados a personas que se han recuperado de Covid-19. Estos verdaderos “pasaportes de inmunidad” les permitirían escapar de las restricciones, mientras que los no infectados tendrían que permanecer aislados hasta que se encuentre una vacuna o tratamiento, destaca Bloomberg.

En Reino Unido, el secretario de Salud, Matt Hancock, quien acaba de salir del autoaislamiento después de dar positivo por Covid-19, sugirió que los británicos que tuvieron el virus podrían recibir un pasaporte de inmunidad. La idea de los certificados de inmunidad es “realmente inteligente”, aseguró a la emisora ITV. Sin embargo, reconoció que el gobierno hasta ahora no ha encontrado una prueba de anticuerpos que funcione. Los laboratorios de Public Health England en Porton Down, un lugar de investigación gubernamental de alto secreto, están estudiando seriamente la idea, agregó.

También en Alemania, los investigadores están preparando un estudio a gran escala sobre la inmunidad al Covid-19, según informó la revista Der Spiegel. Se extenderá un documento de aptitud sanitaria a los ciudadanos que obtengan un resultado favorable en los exámenes. Los primeros análisis de desarrollo de anticuerpos contra el coronavirus se llevarán a cabo sobre 100 mil voluntarios a fines de abril. “Se podría dar a las personas inmunes algo similar a un certificado de vacunación que podría permitirles excepciones a los límites sobre sus actividades”, dijo el epidemiólogo del Instituto Helmholtz, Gérard Krause.

En Italia, el presidente de la región de Véneto, Luca Zaia, propuso que los ciudadanos en posesión de anticuerpos que demuestren que ya no tienen el virus podrían obtener una “licencia” que les permita moverse por el país y trabajar. El ex primer ministro Matteo Renzi también ha hablado sobre un “Pase Covid” para los no infectados. Véneto planea comenzar a recolectar 100.000 muestras de sangre de personas en toda la región para estudiar en los laboratorios los anticuerpos de los individuos que tienen el coronavirus y los que se han curado de este.

Incentivos perversos

En una columna para The Wall Street Journal, el senador republicano de Louisiana Bill Cassidy, quien también es médico, propuso una acción similar en Estados Unidos. “Para reactivar la economía, el gobierno necesita establecer registros de inmunidad al coronavirus”. Al respecto, el principal asesor del Presidente Donald Trump para la pandemia, Anthony Fauci, reveló que el gobierno federal está considerando emitir certificados de inmunidad contra el coronavirus. “Esto es algo que se está discutiendo”, dijo Fauci al programa New Day de CNN. La propuesta depende del despliegue generalizado de pruebas de anticuerpos que los Institutos Nacionales de Salud y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) están en proceso de validar en Estados Unidos, señaló Fauci, quien es director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas.

En España hay comunidades como Castilla y León que ya se plantean asignar un carnet sanitario para otorgar libertad de movimientos a los pacientes curados. Sin embargo, la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempsph) se ha posicionado en contra de cualquier forma de pasaporte serológico que identifique a quien ha superado la infección por el coronavirus. “Hay varios criterios de salud pública y legales, pero uno de los más importantes es que este tipo de pasaportes incentivan a la gente para que se infecte”, resumen fuentes de la Sempsph citadas por el diario El País.

Y es que la idea de extender pasaportes de inmunidad a los recuperados del Covid-19 ha abierto el debate sobre una fuerza laboral basada en anticuerpos. “Parece que divide a la humanidad en dos, los fuertes y los débiles”, dijo a The New York Times Michela Marzano, profesora de filosofía moral en la Universidad Paris Descartes. “Pero este es realmente el caso”, comentó.

De hecho, según Bloomberg, a los científicos y expertos en políticas públicas les preocupa que esta iniciativa pueda crear una fuerza laboral de dos niveles e incentivos perversos para que las personas intenten contraer el virus, especialmente los millennials que podrían sentir que sus posibilidades de sobrevivir son altas. “Al igual que las ‘fiestas de la varicela’ de antaño, algunos trabajadores querrán infectarse”, afirma I. Glenn Cohen, experto en bioética de la Facultad de Derecho de Harvard, refiriéndose a cuando los padres exponían deliberadamente a sus hijos a niños con varicela a una edad temprana, cuando los síntomas tienden a ser más leves. “Eso suena loco, pero si tener los anticuerpos se convierte en el costo de ingresar al mercado laboral y así alimentar a su familia, puede haber trabajadores que se sientan presionados a ingresar”, concluyó.

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