Defensa y Fuerzas Armadas: los sectores que podrían verse más afectados si Chile rompe relaciones con Israel
Israel ha sido un proveedor histórico de Chile en materia de Defensa. Exministros del área de distintos sectores advierten que un quiebre diplomático afectaría directamente la capacidad operativa nacional.

Con cautela y preocupación han recibido en las Fuerzas Armadas el anuncio realizado por Cancillería sobre el retiro de los dos agregados militares de Chile en Tel Aviv.
La medida, impulsada directamente por el Presidente Gabriel Boric, instaló la duda sobre si el mandatario frenteamplista este domingo -en su última cuenta pública- irá más allá y anunciará el cese de relaciones diplomáticas, lo que sería un giro total en la tradición de política exterior de Chile.
Si hay un sector que en estos días mira con especial cautela las decisiones de La Moneda sobre Israel son las Fuerzas Armadas y los expertos en Defensa, pues Chile mantiene una “relación extendida con Israel” e históricamente ha sido un proveedor de tecnología y armamento que ha estado a disposición de las Fuerzas Armadas, las policías y la inteligencia.
Fuentes de gobierno aseguran que desde el inicio de la administración de Boric -que ha estado marcada por las críticas y gestos en contra de Israel- los vínculos con empresas israelíes en materia de defensa han ido a la baja. Pero persisten.
Actualmente, la Armada opera los misiles Barak 1, los que tienen un origen israelí. El país también ha proveído de fusiles Galil, aviones no tripulados y sistemas de tecnología. También han entregado misiles antitanques Spike y el cohete de largo alcance LAR-160.
Asimismo, los sistemas de armas, de software, municiones, tecnología para combate del crimen, entre otros, depende del soporte tecnológico de Israel.
Otro ejemplo, la firma israelí EGO, especializada en interceptación legal de telecomunicaciones, ha sido una de las proveedoras de tecnología sensible para la seguridad interior en Chile. Su sistema de monitoreo, utilizado por la Policía de Investigaciones, permite interceptar llamadas, mensajes y ubicaciones en tiempo real. Algo que hoy podría entrar en revisión tras la decisión del Ejecutivo.
Desde el mundo militar, los agregados han sido considerados una extensión de la diplomacia. Chile designa agregados militares en aquellos países donde existen relaciones armamentísticas, ya que estos representantes participan en programas de mantención de equipos, gestiones de compraventa, y son el principal canal de enlace en esos procesos. También actúan como observadores en operaciones militares y recogen experiencias que puedan ser útiles para la defensa nacional.
Aunque ya se percibe como una señal compleja —por implicar la suspensión de los canales diplomáticos castrenses—, al interior de las FF.AA. existe preocupación por una posible ruptura más profunda. Esto porque dejar de adquirir equipamiento de Israel obligaría a buscar nuevos proveedores, como Inglaterra, Francia o España, países que ya abastecen a Chile pero con costos significativamente más altos. En ese escenario, un quiebre total es calificado internamente como “grave”.
Las agregadurías militares chilenas en Israel —de Defensa y Aérea, Militar y Naval— cumplen un rol clave como puente institucional entre las Fuerzas Armadas de ambos países.
En términos operativos, gestionan el intercambio de información, entrenamiento, proyectos técnicos y actúan como enlace directo con la industria de defensa israelí, visualizando tecnologías aplicables a las capacidades nacionales. También fortalecen los vínculos de confianza con las Fuerzas de Defensa de Israel, tanto en sus ramas terrestre, aérea como naval.
Los exministros de Defensa de distintos sectores han advertido sobre el impacto que podría tener la decisión del Ejecutivo. José Antonio Gómez, quien encabezó la cartera durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, sostuvo que romper la relación con Israel sería “muy perjudicial para el país y su defensa”, recordando que la alianza con ese país ha implicado una inversión de largo plazo “en recursos y en confianza que se construye en el tiempo”.
A su juicio, retirar a los agregados militares representa un nuevo paso en una línea que ya había comenzado con la exclusión de empresas israelíes de la última FIDAE. “Es un error comprometer a la defensa nacional. El Presidente debiera tener mayor prudencia en esta área”, agregó.
Su par, Mario Desbordes, exministro de Defensa en la administración de Sebastián Piñera, coincidió en la gravedad de los efectos y llamó a separar la política exterior del vínculo técnico-militar: “Las decisiones de fondo deberían ser relaciones de Estado, no solo de gobierno”, planteó.
También advirtió que “la relación entre las Fuerzas Armadas chilenas y las de Israel es muy estrecha”, y que buena parte del material que se utiliza proviene de ese país. “El Presidente puede hacer gestos políticos, pero tiene que tener cuidado de no generar un daño a la relación en materia de defensa, que va más allá del actual primer ministro Netanyahu”, señaló.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.