“Teníamos todo planificado para estos últimos días y luego volver a Buenos Aires”. La frase es del profesor de geología Diego Kietzmann (41), de nacionalidad argentina, y quien junto a dos estudiantes debieron enfrentar el aluvión que dejó desconectada a la localidad de Baños Morales, en San José de Maipo. Y, por supuesto, a ellos también.

Kietzmann (41), Franco Iovino (25) y Ezequiel Prado (24) son parte de las 75 personas que quedaron aisladas luego que el desborde del río Volcán terminara destruyendo el puente Morales de la Ruta G-25. El grupo lo integran, además, otros 49 adultos y 13 menores de edad, los que se encuentran en buenas condiciones de salud.

El docente de la Universidad de Buenos Aires relata que estaban trabajando “en las unidades sedimentarias del jurásico y cretácico de Chile central, en el marco de un proyecto sobre la evolución tectono sedimentaria” y que es la segunda vez que visita la zona de San José de Maipo. “La primera vez estuvo bastante tranquila, pero nos llevamos una sorpresa por el desborde del río, pero está todo bien. Emocionalmente estamos bien, los chicos un poco choqueados por no saber cuándo se soluciona todo”.

Los argentinos arribaron el 6 de enero a Baños Morales y este miércoles 11 debían viajar hacia Termas del Flaco, en San Fernando. Luego recorrerían la mina El Fierro, parte de la Región del Maule y después volverían a Argentina. Pero el aluvión trastocó el itinerario.

Pero no eran los únicos extranjeros que se encontraban en el sector precordillerano a la hora del fenómeno climático. Según datos de la Onemi, también estaban de visita en la localidad de la Región Metropolitana tres uruguayos, quienes abandonaron a caballo el lugar ubicado a 1.840 metros sobre el nivel del mar y luego fueron llevados en automóvil. Los turistas se hospedaban en Espacio Crisol, cuyo dueño gestionó su salida: “Los turistas dejaron Baños Morales a caballo, por la ruta hacia el Parque Arenas, y los van a dejar en Cabrerío, allí los buscarán en vehículo y los dejarán seguramente en San Gabriel”, narra Eugenio Díaz.

Jaime Fuentes, delegado presidencial provincial de Cordillera, contó que las cifras oficiales de aislados variaron porque “los vecinos no querían salir de sus casas y hoy los dirigentes de la junta de vecinos del sector fueron casa por casa”. Según la Onemi, entre las personas se encontraban dos residentes con condiciones de salud dependientes y uno de ellos debía realizarse diálisis, por lo que fue evacuado vía aérea.

René Muñoz (56) tomó la decisión hace cuatro años de vivir en Baños Morales. Dice estar tranquilo y que desde la noche del lunes ha colaborado con las autoridades. “Estamos un poco cansados, porque estamos desde anoche en esto, pero estamos bien. Esto va a ser para rato, quizás vienen un par de lluvias más. Hay que tener paciencia, hay quienes se asustan porque no viven acá y no están acostumbrados, pero lo bueno es que ocurrió pasado el fin de semana. Si fuera sábado o domingo, sería más complicado”, sostiene.

Otra vecina del sector es Claudia Piccoli (59), quien lleva 20 años viviendo en la zona. Piccoli detalla que “los turistas se asustan mucho porque no son de la zona, pero como esto fue una alerta que se avisó, la barrera de San Gabriel estaba cerrada. Hay pocos turistas y eso es una buena noticia”.

Tanto Piccoli como Muñoz dan cuenta de que la comunidad en su mayoría es autosuficiente. Según Muñoz, “hay alimentación, medicamentos, tenemos placas solares y, quizás nos falte bencina, pero tenemos para una semana más. Hay vecinos que quieren todo rápido y que se los traigan a la casa, pero con un poco de paciencia y tranquilidad volveremos a la normalidad luego. Hay que esperar que repongan el puente, que es la parte más importante de la conectividad”.

Sobre el fenómeno ocurrido en Baños Morales, Cristián Araya, geógrafo de la Universidad de Chile, explica que “los ríos de alta montaña son altamente sensibles a las precipitaciones líquidas. Cuando es invierno o entrando a otoño, no se generan muchos problemas con este tipo de agua-nieve porque no escurre. Cuando llueve en verano sube la isoterma 0 de altitud, entonces todo lo que supuestamente debe haber llovido en estado sólido, llueve en estado líquido”.

Araya agrega que en la zona “no hay desarrollo de suelos ni vegetación, entonces todo lo que llueve escurre por las laderas y llega hacia los ríos de mayor envergadura, por lo tanto los ríos crecen, y si se pasa cierto umbral se desborda su cauce natural, entonces al desbordarse todas las construcciones sufren. Los puentes son los más expuestos a que tengan estos problemas”.

En cuanto a la emergencia, el Comité de Gestión del Riesgo de Desastres trabaja en resolver los problemas de vialidad de la zona, mientras que el seremi de Obras Públicas, Jorge Daza, sostuvo que “estamos desarrollando en paralelo las tres alternativas”. Una de ellas es un puente mecano, sobre el cual Daza explica que “es una solución más permanente, pero lleva más tiempo de gestión, esto serían semanas”.

Otra posibilidad es construir un terraplén, la que según la autoridad “sigue vigente, pero también necesita un poco de tiempo, ya que debe bajar el río”.

Finalmente, la tercera opción, según el seremi, es intervenir y mejorar condiciones de camino alternativo privado, el cual tiene un largo aproximado de cinco kilómetros y que conecta con la parte final del pueblo a Baños Morales. “Ese camino lo estamos despejando y nosotros estimamos que mañana al final de la tarde podríamos dar conectividad con una vuelta más larga”, que empalmaría con una calle ya existente de también unos cinco kilómetros. “Es para vehículos 4x4, ya que no es un camino en el que un vehículo liviano pueda transitar todavía”.