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Triple homicidio en La Reina: las pistas que encontraron los detectives tras revisar el sitio del crimen

Entre el día del crimen, el 18 de octubre, y el 20 de ese mismo mes los funcionarios de la PDI incautaron una serie de elementos del inmueble de La Cañada. Vasos, latas de cerveza y manchas que serían de sangre fueron llevados hasta los laboratorios de la policía civil.

Tres inspecciones realizaron los detectives de la PDI entre el 18 y el 20 de octubre en el inmueble ubicado en La Cañada 6652, en La Reina, donde el 18 de octubre ocurrió el triple homicidio de Eduardo Cruz-Coke y sus dos hijos, de 17 años.

Luego de la llegada de Carabineros, que según el informe de la policía civil se produjo a las 19.20, la Fiscalía Metropolitana Oriente ordenó que fuera la Brigada de Homicidios la que investigara un hecho que, en un primer momento, se manejaba bajo dos hipótesis: parricidio y suicidio y homicidio triple.

Los detectives hicieron una acabada inspección, donde fueron incautando una serie de objetos que podían ser importantes para la investigación. Fue en una de ellas, en la primera, donde encontraron una pistola de plástico. Ese objeto, a juicio de la Fiscalía, fue comprada por Ugalde unas horas antes en un mall chino.

La PDI detalló qué encontró en esas tres inspecciones en un informe policial, al cual tuvo acceso La Tercera.

Un guante y una pistola plástica

Los detectives llegaron al sitio a las 21.35 del 18 de octubre. Allí constataron que se trataba de un terreno “tipo predio que contenía tres casas interiores” y que el acceso principal “presentaba un muro de ladrillo y portón metálico azul corredizo con puerta peatonal y caja de seguridad numérica tipo rodillo”. En ese texto, describieron que Cruz-Coke fue hallado sin vida en un pasillo exterior del inmueble, mientras que sus hijos fueron encontrados en un dormitorio: uno en la cama y otro tendido en el suelo.

En el informe, los funcionarios señalaron que levantaron un manojo de llaves correspondiente a un vehículo marca Subaru. Asimismo, en uno de los dormitorios se encontraron frascos con medicamentos homeopáticos. También se incautaron aparatos electrónicos, como un teléfono marca Samsung, un iPhone y un notebook marca Apple.

En el dormitorio donde estaban los cuerpos de los menores de edad, los policías se llevaron la funda de una almohada con manchas de sangre. Con todo, detectaron que en la cocina estaba el almuerzo preparado, pero no consumido. Por último, ese día, en la terraza, encontraron un guante sintético con manchas de sangre y tres vasos con contenido líquido y la referida pistola.

La segunda visita policial se produjo al día siguiente, a las 10.30. En esa pasada los policías pudieron detectar nuevos elementos. Por ejemplo, en el baño contiguo al dormitorio principal de la casa de Cruz-Coke se constató una mancha color pardo rojiza en la manilla del lavamanos. En la manilla de la puerta se halló otra mancha similar.

En ese dormitorio se encontraron elementos que despertaron el interés de los policías. Por ejemplo, en esa misma pieza “se advirtió un desprendimiento de material leñoso en el muro poniente, correspondiente al sector donde se insertaba la cerradura de la puerta, con fractura y astillamiento vertical de unos 80 por 4 centímetros, bajo el cual se encontraron fragmentos de madera y un tornillo metálico”.

En el acceso de la pieza se encontraron otras manchas pardo rojizas. Los detectives precisaron que “en la misma jornada se aplicó reactivo químico BlueStar en dependencias del baño y pasillo del domicilio, sin observarse luminiscencia positiva para contenido hemático”.

Los detectives buscaron algún arma cortopunzante apoyados de detectores de metales al interior de la casa, pero el resultado fue negativo.

En la última visita los detectives siguieron incautando utensilios, ahora extendiendo sus revisiones en los otros domicilios. De esa pasada levantaron “diversos objetos de interés”, como latas de cerveza, cuatro vasos plásticos y fragmentos dactilares revelados en una mampara de acceso a la terraza. Allí detectaron nuevas manchas pardo rojizas, ahora sobre un peldaño. Fue en la última inspección en que los policías encontraron la máscara de gorila que Ugalde mantenía en un mueble del dormitorio. En ella había manchas pardo rojizas.

Todas las muestras que serían de sangre fueron tomadas por los detectives y llevadas hasta laboratorios policiales para su posterior análisis. Lo mismo con los elementos que hoy se encuentran en custodia policial.

El abogado de Ugalde, Marcelo Castillo, sostuvo la semana pasada que la dispersión de las manchas de sangre podría deberse a que la mascota del imputado se paseó libre por esos alrededores hasta la llegada de la policía.

Inconsistencias

En ese mismo informe policial, firmado por la subcomisaria Konny González y el subprefecto Luis Herrera, se relata lo que para los policías son “inconsistencias” de Ugalde.

Una de ellas es que el sujeto señaló haber dormido una siesta entre las 14.00 y las 17.00, pero una testigo dijo haberlo visto frente a su domicilio a las 15.13.

La otra es que el imputado dijo haber llamado “a los pocos minutos de llegar” a su casa de un paseo con su perra. Pero los registros audiovisuales lo sitúan ingresando a su casa a las 18.44 y la llamada a Carabineros se produjo a las 19.13; o sea, 28 minutos después.

Por último, dicen los funcionarios de la PDI, su versión respecto a la adquisición, tenencia y manipulación de la máscara y la pistola plástica “no coinciden con lo registrado en el sitio del suceso ni con lo incautado en su dormitorio”.

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