Evangélicos al poder

Eduardo Durán (Por un Chile para Cristo)

Son el 18% de la población, pero en las Cámaras solo tienen un senador que se declara su representante. Decidieron cambiar eso y en las municipales consiguieron elegir cinco alcaldes y 24 concejales. Los evangélicos, que en EE.UU. fueron vitales para elegir a Trump, en Chile toman conciencia de su poder. Y ahora quieren empezar a influir en el Parlamento.




Pasó desapercibido, pero hubo un momento durante este año en que los evangélicos de la Iglesia Metodista Pentecostal, que agrupa al 80% de los alrededor de tres millones de evangélicos que hay en Chile, se cansaron de mirar desde la tribuna lo que ocurría en la arena política. Los temas valóricos, como el proyecto de aborto en sus tres causales, el debate sobre el matrimonio homosexual y la posible legalización de ciertas drogas les preocupan profundamente. Pero en el Congreso, donde se votan estos temas, no se sienten representados.

Y esto es lo que dicen.

Antes de cada elección, diferentes candidatos los van a visitar. Saben que los evangélicos representan el 18% de la población, que su apoyo (o falta de respaldo) puede marcar la diferencia entre ganar o perder un cupo en el Parlamento. "El problema es que los acogemos, les damos nuestro voto, los hacemos amigos de la Iglesia, pero después votan a favor de todo lo que estamos en contra", dice Eddy Roldán, uno de los tres directores del comité político del movimiento social Por un Chile para Cristo. "Nos ha pasado, por ejemplo, con el senador Guido Girardi y con el diputado Daniel Farkas (ambos PPD), pero ahora queremos que no nos siga pasando, queremos tener representantes en el Parlamento que de verdad representen a nuestra Iglesia", asegura.

Para eso se formó el movimiento. Y la primera incursión de éste ocurrió en la elección municipal de octubre. Eduardo Durán es el coordinador de Chile Para Cristo y también es hijo del obispo del mismo nombre, quien además es el líder de la Catedral Evangélica. Durán, quien es ingeniero civil de la Usach, pero no siguió el camino religioso formal de su padre, decidió hacerse cargo de la parte política de su Iglesia. Y cuenta que, aunque en la municipal pasada no llevaron candidatos, el movimiento se encargó de apoyar postulantes que estuvieran en línea con su set de valores cristianos.

El resultado los dejó conformes: cinco alcaldes fueron electos, entre los que se cuentan los de Calama, Talcahuano y La Unión, además de 24 concejales esparcidos por el país.

En Estados Unidos, en la elección presidencial de esta semana, el voto evangélico pudo haber sido decisivo. Del 25% que se declara protestante, un 74% es evangélico blanco. Es decir, alrededor de un quinto del país. Y de ese quinto, un 81% votó por Donald Trump. En una elección estrecha como la norteamericana, ese voto religioso pudo haber inclinado la balanza. "Cuando un candidato es demasiado progresista no va a recibir el apoyo de los evangélicos", explica el obispo Durán. "Eso es lo que ocurrió allá".

Y eso que ocurrió allá, perfectamente se puede empezar a replicar acá. Al menos esa es la intención. A pesar del descrédito de la política, de que cada vez son menos las personas que votan en las diferentes elecciones, los evangélicos decidieron que quieren empezar a tomarse esos espacios. Según Roldán, en las elecciones parlamentarias de 2017, quieren llevar a un candidato vinculado a la Iglesia en cada uno de los 28 distritos que eligen parlamentarios para la Cámara de Diputados. Ya está definido que Roldán vaya de candidato por el distrito 8, que agrupa comunas como Cerro Navia, Recoleta, Independencia y Conchalí. Roldán, quien vive en Cerro Navia, dice que en su comuna alrededor del 40 % de los residentes son evangélicos. Durán hijo, por otro lado, también será candidato, pero no se sabe por qué distrito. La lista se está diseñando.

De todo el Senado y la Cámara de Diputados, el único parlamentario que actualmente se define como evangélico es el senador Iván Moreira (UDI), a pesar de que esa Iglesia representa a casi un quinto de los habitantes del país. "Para nosotros, sacar un diputado es tener un 100% más de lo que actualmente tenemos", dice Roldán. "Pero nuestra idea es poder elegir cinco o seis en las próximas parlamentarias", apuesta.

El obispo Durán explica qué es lo que pasa cada vez que se les pide la opinión a miembros de su Iglesia en el Congreso: "Cuando un proyecto se envía al Congreso llaman a diferentes grupos de la sociedad para que emitan su opinión. Eso queda en las actas de la Cámara y del Senado. Nos escuchan, nos preparamos para dar nuestra opinión, pero todo eso queda solamente en las actas, no en las votaciones. Ahora queremos que nuestra voz se escuche teniendo parlamentarios evangélicos".

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El peso de la Iglesia Evangélica se nota en los tedeum religiosos que se hacen para Fiestas Patrias. Es cada vez más notoria la mayor asistencia de políticos al oficio evangélico que se hace en Jotabeche, en desmedro del que se desarrolla en la Catedral de Santiago.

Algo de esa influencia sobre el Estado se ha notado en la consecución de $ 5 mil millones para refaccionar Jotabeche, la Catedral Evangélica de Chile. "El gobierno reconoció que había una deuda con el mundo evangélico en este aspecto", dice el obispo de ese credo Eduardo Durán. "Ayudamos al Estado con la rehabilitación de muchos alcohólicos, jóvenes drogadictos, presos. Ese cambio de conducta que se genera ayuda no solo a la gente, sino que también es un ahorro tremendo para el Estado, y eso se debe tomar en cuenta en la entrega de recursos que se hace a nuestra catedral", explica.

En Jotabeche cuentan que la necesidad de mejorar su recinto más emblemático viene desde hace años. "Con el tiempo se le han hecho ampliaciones y remodelaciones, pero la capacidad eléctrica está sobrecargada y hay algunas situaciones que en un futuro se podrían ver afectadas, como ponerse al día con las normas antisísmicas", señala Durán.

Según datos de la administración, actualmente el templo cuenta con una capacidad aproximada de 6.500 personas y es usado durante los domingos por distintos grupos evangélicos de la Región Metropolitana. Todas las ampliaciones de este edificio durante sus 50 años de historia han sido financiadas por los mismos fieles, pero el actual proyecto requiere de un aporte mucho mayor. "Terminó el gobierno de Eduardo Frei y me reuní con Ricardo Lagos", recuerda el obispo Durán. "Me dijo que no podía entregar dinero sin un motivo justificado, que la manera de poder recibir un aporte era que nuestro templo se convirtiera en monumento nacional. A través de esa figura es como la Iglesia Católica recibe dinero del Estado", recuerda.

Entre mayo y septiembre de 2013 se preparó la postulación para que Jotabeche se convierta en Monumento Nacional. Se obtuvieron las firmas de diputados, senadores, vecinos del barrio, e incluso autoridades de la Iglesia Católica, para adjuntar a la carpeta de postulación. Todos manifestaron su apoyo unánime. "Mucha gente piensa que para que un edificio sea monumento tiene que ser viejo", dice Rodrigo Vidal, arquitecto a cargo del proyecto, quien, además, es miembro de la iglesia. "Nuestro templo tiene 45 años, no es tan viejo, pero Alexis Sánchez no tiene 30 años y es un monumento del fútbol. No tiene que ver con los años, también puede tener que ver con la comunidad, con lo social, que va más allá del edificio. Tiene que ver con los tres millones de fieles, los 12 mil templos construidos en el país y que están representados en esta catedral".

El decreto que hace de Jotabeche un monumento nacional se firmó a fines de 2013. Con este reconocimiento, el siguiente paso fue postular al financiamiento que el Estado entrega a todos sus monumentos para su preservación. Los recursos se entregarán en partes iguales entre la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo, el MOP y el gobierno regional. Aunque en octubre de este año se firmó un convenio de acuerdo, todavía faltan algunos trámites para concretar la remodelación, como una presentación que debe hacer Vidal ante el gobierno regional. "Los recursos están comprometidos, aunque faltan ese tipo de instancias", dice Vidal. Aun así, en Jotabeche tienen fe. "Pero en la puerta del horno a veces se quema el pan", agrega el arquitecto. En marzo del próximo año se debería empezar el proceso de licitación para el inicio de las obras, justo en el año en que los candidatos evangélicos probarán suerte en las elecciones parlamentarias.

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Henry Campos (34) es el nuevo alcalde UDI de Talcahuano, pero es un poco más que eso. Desde el regreso a la democracia, la ciudad siempre tuvo alcaldes ligados o a la Nueva Mayoría o a la antigua Concertación. Campos rompió esa hegemonía y lo hizo, en buena medida, con la ayuda del movimiento político que lidera Eduardo Durán.

El mismo Campos pertenece a la Iglesia Metodista Pentecostal desde que nació, aunque, dice, dio su paso de fe a los 14 años. Luego entró a estudiar Derecho a la Universidad de Concepción y participó de varios movimientos religiosos. La candidatura al municipio de su ciudad, entonces, era un paso lógico. "Siempre me definí como un candidato de la ciudadanía", dice Campos. "Yo quiero liderar a todos, pero tenemos que ser capaces de influir con nuestro pensamiento cristiano de justicia y respeto a la vida humana. Tenemos el derecho de enfrentar la dictadura del relativismo y la subjetividad de valores", asegura.

Campos no tiene claro cuántas iglesias evangélicas hay en Talcahuano, pero sí cree que el porcentaje de evangélicos es un poco mayor que el 18% que mostró el último censo. Solo en su templo, dice, asisten, unas 400 personas, alrededor de 300 de ellas adultos. "Se le pidió a cada pastor que orara por mi candidatura", explica Campos. "Desconozco si a la gente se le pidió que votara por mí, pero cuando iba a los diferentes iglesias se me presentaba como uno de los suyos. Y en la calle mucha gente me paró para decir que iba a votar por mí, porque yo representaba sus valores", cuenta.

Eduardo Durán hijo explica cómo se articuló el apoyo desde la iglesia: "En las municipales iban candidatos nuestros por la UDI, por Renovación Nacional, otros partidos de centro y también en partidos de la Nueva Mayoría, como el PPD o la Democracia Cristiana. Difícilmente va ir un evangélico dentro de una lista del Partido Comunista. Pero en los otros partidos que son, entre comillas, más moderados, ahí hay hermanos. En las comunas donde iban ellos, nosotros les dijimos a nuestros fieles, en tal comuna va nuestro hermano, por ejemplo, Juan Pérez, y les pedimos que lo tomen cuenta, lo conocemos, ustedes lo conocen, tiene un buen testimonio y nos va a representar y va a ser un aporte positivo", explica.

Eso le pasó en Calama a Daniel Agusto (38), candidato por RN, quien ganó con 34,81%, equivalente a 11.675 votos. Agusto, quien es abogado en proceso de titulación de la Arturo Prat de Iquique, también será el primer alcalde de derecha en su ciudad desde el retorno a la democracia, y admite que el voto evangélico pudo haber sido fundamental para elegirlo. "Yo creo que el 30% de mi votación total fue voto evangélico", dice Agusto, quien profesa la religión desde niño. Y agrega: "Valoro y celebro que haya organización en torno a ir levantando liderazgos a nivel de las distintas ciudades, pero si lo extrapolamos al ámbito nacional, yo creo que puede hacer la diferencia entre un presidenciable u otro".

La paradoja está en que, según el obispo Durán, la Iglesia Evangélica nunca quiso incursionar en política, pero ocurrió un cambio cultural: "Nuestra Iglesia Pentecostal por historia ha sida modesta, nunca nos quisimos involucrar, pero los nietos o bisnietos de esos cristianos ahora egresan todos los días de la universidad y tienen posgrados. Es con ese cambio que podemos aspirar a ocupar cargos políticos".

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