SEÑOR DIRECTOR:
Una de las grandes dificultades en la lucha contra la violencia intrafamiliar es su normalización al interior del hogar. La víctima se acostumbra al maltrato y no lo denuncia: el agresor impone las condiciones.
Chile es como un hogar que va camino de normalizar la violencia. Poco a poco vamos incorporando rutinas que nacen del temor y nos acostumbramos a ellas. Imperceptiblemente, el agresor impone sus condiciones a la víctima, que las acepta para evitar nuevas hostilidades.
El gobierno tiene que demostrar con su actuar y su decir que no es cómplice de este clima; que está en contra de la esclavitud del miedo.
Luis Alejandro Silva Irarrázaval
Doctor en Derecho
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