Opinión

Los bosques y la COP30

En el corazón de la Amazonía, la COP30 nos ha recordado algo esencial: los bosques no son parte del problema, sino de la solución. Las negociaciones en Belém han estado marcadas por un nuevo consenso global: para que la acción climática avance, se necesitan mecanismos reales de financiamiento que reconozcan el valor de la naturaleza.

Brasil ha tomado la delantera y hoy continúa haciéndolo con el lanzamiento del fondo Tropical Forests Forever, una iniciativa que reunió compromisos por más de US$ 5.500 millones y la promesa de movilizar capital público y privado hacia la conservación y el desarrollo de las comunidades que habitan los ecosistemas tropicales.

Pero más allá de los anuncios, la COP30 ha dejado en evidencia que el tiempo de las declaraciones ya pasó. El desafío hoy es traducir los compromisos en acción concreta, con proyectos verificables, resultados medibles y colaboración efectiva entre gobiernos, empresas y comunidades. Sin implementación, incluso las mejores intenciones se diluyen.

En un contexto de tensiones geopolíticas y ausencia de EE.UU. en la mesa de acuerdos, A. Latina emergió con liderazgo y propósito. Por primera vez, los países del sur han presentado una voz unificada, impulsando soluciones desde su propia experiencia, biodiversidad y conocimiento territorial.

Chile también ha tenido experiencias que aportar. Desde Arauco, compartimos más de cinco décadas de trabajo aprendiendo a producir desde la naturaleza y no a su costo. El 29% de nuestro patrimonio forestal está destinado a conservación y bosque nativo, alineado con el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, y fuimos la primera empresa forestal en alcanzar la carbono neutralidad.

Hoy avanzamos hacia un modelo Nature Positive, que busca medir y ampliar nuestro impacto positivo sobre el agua, el suelo y la biodiversidad. Creemos que el futuro se construye con ciencia, innovación y colaboración, con tecnología al servicio del cuidado de los ecosistemas y alianzas que escalen soluciones probadas.

La COP30 nos ha ido dejando una señal potente: los bosques pueden unir al mundo en torno a un propósito común, pero ese propósito solo tendrá sentido si se convierte en acción. Desde el sur de Chile, Arauco ha reafirmado su convicción de que lo bueno de ser renovables es también lo bueno de regenerar el planeta no con promesas, sino con resultados.

Por Soledad Vial, Gerenta de Asuntos Públicos y Sostenibilidad de Arauco.

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