Mujeres en bicicleta: celebrar un camino hacia la libertad, la salud y la alegría

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Ciclista, transitando por el sector de Lyon con Pocuro, en Providencia.


Desde hace más de un siglo existe una relación íntima y empoderadora entre la bicicleta y los movimientos de las mujeres. Hoy, frente a la crisis climática y a un sistema ecológico al borde del colapso, este lazo ilumina más que nunca. Ilumina porque el cambio climático que enfrentamos es oscuro y amenazante como una guerra: Es momento de alinearnos en una economía al servicio de la sociedad y de la naturaleza.

Ya es tiempo de abandonar la medición del Producto Interno Bruto (PIB) como sinónimo de progreso y poner en el centro de nuestros éxitos, la disminución de la temperatura del planeta y cómo vamos salvando abejas, lombrices, bosques, lo verde y lo bello de nuestras ciudades. Y la bicicleta debe ser un eje de este cambio en las ciudades.

El Día Internacional de la Bicicleta, logro de un porfiado grupo de estudiantes de EEUU con la naciente Alianza Mundial ProBici (2017-2018), nos invita a entender que contar con una amplia gama de servicios de bici-carga, bici-taxis, bicicletas públicas, triciclos de servicio, y parrillas para bicicletas en buses es fomentar una vida mejor para las mujeres; Es simplificar las tareas de cuidado, como ocurriría en Temuco, por ejemplo, si una mujer que acompaña a su padre enfermo tiene acceso a un circuito de bicitaxis entre el paradero rural y en la puerta del hospital regional. Es reducir los costos y la vulnerabilidad, porque si una mujer jefa de hogar puede viajar en bicicleta propia o pública desde su casa en Puente Alto hasta el bus o Metro que la lleva al trabajo, podría rebajar sus gastos en transporte desde un 32% a un 22% de sus ingresos.

Planificar la ciudad desde una perspectiva de género y de edad nos llevaría a ubicar colegios, consultorios, bibliotecas y otros servicios básicos de calidad dentro de una distancia caminable o "ciclable", reduciendo las horas en que niñas, niños y adultos pasan apretados en autos o furgones. Diseñar calles para las personas permitiría a niñas y niños andar libres, caminando y pedaleando al colegio con la seguridad de vías segregadas y autos que circulan a baja velocidad, liberando de paso a sus apoderados, principalmente madres y abuelas, de la preocupación constante del transporte.

Como en todo, es importante guiar a niñas y niños a moverse libre y responsablemente. Por eso desde el Laboratorio de Cambio Social, con el apoyo del Centro de Desarrollo de Urbano Sustentable CEDEUS y del Centro de Excelencia en BRT+, hemos levantado Rutas Bakanes. Este programa partió en la comuna de El Bosque en la Región Metropolitana (2016-2018) y actualmente se encuentra en Independencia, San Eugenio y Lautaro, en la Región de La Araucanía. Originalmente su nombre era "rutas seguras", pero sus participantes exigieron Rutas Bakanes, abriendo un proceso de colaboración y creación para repensar calles y espacios territoriales inclusivos. Estas actividades de urbanismo ciudadano tienen un enfoque de género que fomenta mayor igualdad entre niñas y niños, al tiempo que juntos aprenden a mejorar la seguridad social y vial.

Recientemente finalizó el programa Al vuelo por El Bosque, Taller de Ciclismo Urbano para Mujeres, apoyado por Fondeporte, donde pudimos observar que las escuelas y comunidades están acogiendo estas iniciativas con entusiasmo. El desafío es convertirlas en una política pública consistente, para asegurar el mayor acceso estos beneficios.

La evidencia para Chile demuestra que quienes viven en sectores de menos ingresos sufren más de la contaminación y los atropellos, y tienen menos acceso a áreas verdes y espacios públicos seguros. Y la evidencia también indica que moverse en bicicleta agrega 10 años de vida y mayor calidad de vida porque posibilita un estado físico de una persona 10 años menor.

Es innegable que una ciudad amistosa con las bicicletas y triciclos trae beneficios para todos, pero más aún para las mujeres que podemos esquivar el acoso callejero y tener un medio que nos independiza a bajo costo. No será una vara mágica, pero la bicicleta y el triciclo son importantes para la transformación urbana, social y de género: celebrar la bicicleta no es solo para ciclistas. Es convocar a todas las personas que queremos vivir libres del automóvil y cuidar la vida en cada rincón de nuestra amada tierra. 

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