Nadie sobra



SEÑOR DIRECTOR:

Hace muchos años que como país no veíamos una catástrofe nacional tan grande. Incendios simultáneos en tantas zonas, focos que se han reactivado constantemente, y temperaturas altas que no amainan, nos recuerdan al verano de 2017. Ante una emergencia de este tipo, sin duda han surgido muchas interrogantes, pero dentro de las principales que como fundación hemos recibido destacamos aquellas que dicen relación con cómo ayudar y cuál es la mejor manera de hacerlo; lo que nos da mucha esperanza, porque queda claro que Chile no ha dejado de ser un país solidario.

En circunstancias como estas, creemos que las decisiones deben tomarse de manera rápida y eficiente, puesto que no hay tiempo que perder cuando un chileno está perdiendo su casa, con todo el contenido emocional y material que esto significa; por lo que es esencial considerar todas las variables, entre las cuales, y quizás la más importante, está el no estorbar en las labores de bomberos, brigadistas y otros expertos en su combate al fuego. Luego de esto, podemos pensar en distintas alternativas, pero para ello es también fundamental estar ahí, en terreno, ver y entender en primera persona qué es lo que necesitan las familias y comunidades afectadas para no llevar soluciones desde el escritorio que no conversan con la realidad.

En una emergencia de estas dimensiones, con más de mil hogares destruidos, decenas de fallecidos y miles de personas damnificadas, con 25 recintos educacionales quemados, por supuesto, nadie sobra; gobierno y organizaciones de la sociedad civil deben cooperar y aportar desde donde mejor puedan hacerlo. En lo que nos compete, por ejemplo, las autoridades saben que pueden contar con la experiencia que hemos ganado todos estos años en reconstrucción producto de catástrofes naturales; especialmente luego de la última experiencia vivida en Castro, donde gracias a un modelo de colaboración público privada logramos levantar 49 viviendas para que en tan solo ocho meses los vecinos de la población Camilo Henríquez pudieran retomar sus vidas. Dicho lo cual, ahora nos comprometimos con Purén y Vilcún, para que en un trabajo conjunto con el gobierno regional y donaciones privadas podamos entregar a cientos de personas y familias una perspectiva de vida digna y, de ser posible, mejor.

La misión es clara: como país debemos ser capaces de actuar de forma rápida y eficiente para devolver lo antes posible las viviendas, educación, salud y trabajo que el fuego arrebató.

Ignacio Serrano

Director ejecutivo Desafío Levantemos Chile

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